El yate y los 'tiburones'

Ah¨ª est¨¢ su joya, el Joselle, envidia de los veraneantes que abarrotan cada atardecer las calles de Puerto Ban¨²s. Alexander Sigarev adquiri¨® en Gibraltar , el mes de septiembre de 1995, un yate valorado en m¨¢s de 225 millones de pesetas y orden¨® que se lo llevaran a Marbella. Lo atrac¨® en Puerto Ban¨²s -casi tres millones de pesetas al a?o- para que todo el mundo viera que el viejo banquero ya se hab¨ªa hartado del fr¨ªo de Mosc¨². Tambi¨¦n se compr¨® en Gibraltar un Rolls Royce por nueve millones de pesetas. Villa, Rolls y yate. ?Qu¨¦ le faltaba para codearse con sus nuevos vecinos de lujo y ostentaci¨®n? Ir al casino. En el de Nueva Andaluc¨ªa lo conocen por su nombre. Y no s¨®lo los porteros y los crupieres. Tambi¨¦n los tiburones, los personajes que mejor nadan por las turbulencias de la noche de Marbella: prestamistas de lujo, capaces de desenfundar varios millones -a nadie se le ocurre preguntar la procedencia- para que el jugador empedernido, enamorado de un dado que le es infiel, tenga otra oportunidad.

Cuando sus guardaespaldas o sus testaferros, encargados de traerle de Mosc¨², Gibraltar o Nueva York el dinero de sus buenos negocios, perd¨ªan el ¨²ltimo avi¨®n, Alexander Sigarev recurr¨ªa a los servicios de los tiburones. Ya ten¨ªa el suyo propio. Se llamaba...