Batalla por el queso Roquefort
El personaje del momento en Francia es un modesto criador de ovejas de Larzac, devoto del queso Roquefort y amante de la buena mesa, que el pasado 12 de agosto, en Millau, a cara descubierta -como ¨¦l hace siempre las cosas-, destruy¨® parcialmente un restaurante de McDonald"s en fase de construcci¨®n. Esa acci¨®n de pretendida "respuesta" a la decisi¨®n norteamericana de penalizar la importaci¨®n de roquefort -represalia, a su vez, por la negativa europea a importar carne de ternera criada con hormonas-, ha convertido a Jos¨¦ Bov¨¦, de 46 a?os, en el h¨¦roe de los agricultores franceses y en una figura de referencia nacional. Durante los 19 d¨ªas que ha estado encarcelado, primero por su condici¨®n de reincidente y despu¨¦s por su negativa a pagar la fianza de 105.000 francos (2,650 millones de pesetas), el militante de la Confederaci¨®n Agraria ha despertado una gran oleada de solidaridad que dice mucho de los temores franceses a la mundializaci¨®n de la econom¨ªa. Con mayor o menor ¨¦nfasis, la pr¨¢ctica totalidad del abanico pol¨ªtico franc¨¦s se ha adherido a las demandas de puesta en libertad del detenido, y el propio primer ministro, Lionel Jospin, ha tenido palabras exculpatorias para Bov¨¦.
"?l no ha robado jam¨¢s. Hay que defender las causas justas con medios razonables. Es justo plantear el reparto equitativo entre el productor y el distribuidor, preguntarse por el papel de la agricultura francesa en el mundo, preocuparse por la calidad de los productos y no fabricar cualquier cosa, como la ternera con hormonas", ha dicho Jospin.
En pocos d¨ªas, las aportaciones destinadas a saldar la fianza de Bov¨¦ la han superado en 50.000 francos y, en su af¨¢n por sacarse de encima la patata caliente, los oficiales del juzgado han llegado a aceptar el pago en especies, con roquefort, por ejemplo.
Las muestras de solidaridad procedentes de asociaciones de Am¨¦rica del Sur, de Asia y ?frica, e incluso de agricultores norteamericanos que han aportado 30.000 francos, ilustran la impresi¨®n de que la pol¨¦mica sobre la explotaci¨®n de la agricultura y la alimentaci¨®n adquiere ya un sentido planetario.
M¨¢s delgado -ha perdido cuatro kilos como consecuencia de la bazofia que ofrecen en la prisi¨®n-, pero manifiestamente feliz, Jos¨¦ Bov¨¦, que sali¨® de la c¨¢rcel el pasado mi¨¦rcoles, predica estos d¨ªas una "alianza entre los agricultores, los consumidores y los pol¨ªticos que impida al mercado dictar su ley", que acabe con "la l¨®gica absurda que pretende fijar un precio ¨²nico para todos", que restablezca "una agricultura no polucionante" y que se libre de la "tiran¨ªa" de las grandes cadenas de distribuci¨®n.
Libertario, sesentayochista, padre de dos hijos, el criador de ovejas de Larzac se ha erigido en el nuevo s¨ªmbolo de la resistencia francesa contra la globalizaci¨®n en curso, en el rostro del ecologismo agrario que encarna la lucha contra las multinacionales de la "comida basura", el productivismo a ultranza y las manipulaciones gen¨¦ticas, la defensa del foie gras, del pat¨¦ de jabal¨ª, del buen queso, del vino del pa¨ªs, de la mostaza de Dijon..., de las delicias, en fin, de la cocina francesa.
El nuevo l¨ªder de los agricultores de izquierda franceses empez¨® a trabajar en el campo en 1976, tras ocupar una granja abandonada en Montredom, y tiene un acreditado historial de activismo militante radical que hasta ahora no le hab¨ªa aportado gran notoriedad.
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