El Ca?averal estudia sociedad
Cruz Roja imparte cursos de alfabetizaci¨®n para los adultos del poblado marginal de Vic¨¢lvaro
Lectura, escritura y c¨¢lculo. ?sas son las materias b¨¢sicas que aprenden 25 adultos del poblado de El Ca?averal (Vic¨¢lvaro), gracias a los voluntarios de Cruz Roja. Este asentamiento, tambi¨¦n conocido como La Jungla, se fund¨® hace m¨¢s de 20 a?os en la carretera a Mejorada del Campo y, desde entonces, los 600 gitanos que viven en ¨¦l se dedican entre otros trabajos a vender sanitarios de segunda mano.Los cursos de alfabetizaci¨®n se dirigen en especial a mujeres de 20 a 35 a?os, aunque los hombres que quieran aprender a leer y escribir tambi¨¦n pueden hacerlo. Siete voluntarios han hecho durante este tiempo un seguimiento individual de la evoluci¨®n de cada alumno. Ahora el n¨²mero de monitores aumentar¨¢ hasta los 25 para llegar a m¨¢s poblaci¨®n. "El alumno avanza poco a poco. Con estos cursos lo que pretendemos es que esta poblaci¨®n tenga las herramientas suficientes para poder integrarse en la sociedad, sobre todo, cuando tienen un nivel escaso de conocimiento", se?al¨® ayer la subdirectora de Cruz Roja Juventud, Alicia Campos.
Los cursos tambi¨¦n llegan a los menores de 16 a?os. Los voluntarios les ofrecen clases de refuerzo para todo lo aprendido en el colegio y actividades l¨²dicas para pasar el tiempo y para aprender valores como la solidaridad o el compa?erismo. Las clases coinciden con el curso escolar: empiezan en septiembre y terminan en junio. "Nos coordinamos con sus profesores para saber d¨®nde hay que incidir en ese refuerzo", se?ala Campos. Los menores estudian en tres colegios, dos institutos y un centro especial.
"A los chavales les gusta tanto lo que hacemos que a estas fechas ya nos est¨¢n preguntando cu¨¢ndo empezamos", a?adi¨® la subdirectora. Estos cursos se imparten desde hace cinco a?os.
La consejera de Servicios Sociales, Pilar Mart¨ªnez, visit¨® ayer el poblado y explic¨® que, gracias a estos cursos de alfabetizaci¨®n y socializaci¨®n, se est¨¢n atajando problemas que sufre la poblaci¨®n gitana, tales como alcoholismo o malos tratos. "Lo que queremos demostrar con esta visita es que no damos la espalda a los problemas que tienen los que llevan a?os viviendo aqu¨ª. Son espa?oles y madrile?os y tienen que encontrar una respuesta de las instituciones", se?al¨® Mart¨ªnez.
"El problema de desempleo en El Ca?averal es muy alto, por eso hemos decidido durante la reuni¨®n con Cruz Roja y el Instituto para el Realojamiento e Integraci¨®n Social [IRIS] crear cursos de formaci¨®n para estas personas", se?al¨® Mart¨ªnez. La demanda de cursos tambi¨¦n incluye temas tan variados como la alimentaci¨®n y las tareas dom¨¦sticas o baile espa?ol.
Los cursillos de formaci¨®n laboral los impartir¨¢n en colaboraci¨®n con la Consejer¨ªa de Econom¨ªa y Empleo y se orientar¨¢n a la automoci¨®n, el sector servicios y a la construcci¨®n. "Son los dos sectores en los que m¨¢s empleo se est¨¢ creando y en los que esta gente puede tener mayores salidas", concluy¨® la consejera de Servicios Sociales.
En las entradas de las casas del Ca?averal se apilan los aparatos sanitarios de todos los colores y marcas listos para la venta. Junto a alguna de las casas prefabricadas hay aparcados coches caros. Unas cincuenta personas viven en chabolas y se quejan de sufrir "unas condiciones infrahumanas". Aseguran que las ca?er¨ªas y los desag¨¹es no funcionan y que las cucarachas les invanden. Sobre todo por las noches. "Por la ma?ana, cuando nos levantamos, las tuber¨ªas huelen fatal y te dan n¨¢useas s¨®lo con entrar en el servicio. Tenemos que abrir los grifos para que se vaya esa peste y, como las ca?er¨ªas no van bien, se encharca todo el sal¨®n. Algunos d¨ªas incluso no podemos ni comer del olor", se?ala Ernesto Montalbo, que reside en el poblado de El Ca?averal desde hace 11 a?os.
Los vecinos afirman que han denunciado ante la Junta de Distrito de Vic¨¢lvaro y la plaza de la Villa su situaci¨®n y han pedido "soluciones inmediatas" para poder abandonar el poblado. Adem¨¢s de la suciedad que soportan, dicen sufrir un gran ruido de la carretera que pasa a diez metros de las primeras casas y carecer de "los m¨ªnimos servicios" m¨¦dicos o comerciales.
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