El Depor paga su pereza
El d¨¦bil Stabaek noruego se aprovecha de las concesiones del equipo de Irureta
Visto lo de ayer tarde en Oslo, bien se podr¨ªa concluir que el Deportivo es un equipo masoquista, al que le gusta probar el flagelo de la derrota aun cuando el rival no tenga intenci¨®n ni de ponerle un dedo encima. Porque lo de ayer no era un partido, era un aut¨¦ntico chollo: un adversario que est¨¢ a distancias c¨®smicas del Deportivo, un estadio desierto (3.800 espectadores), un c¨¦sped en aceptables condiciones y, por si fuera poco, hasta una ins¨®lita bonanza meteorol¨®gica en la capital noruega. El conjunto de Javier Irureta lo vio tan f¨¢cil que pens¨® que aquello se ganaba repantigado en el sof¨¢ de casa. El Stabaek, humilde y cohibido al principio, se percat¨® de que el rival que le hab¨ªan pintado como una fiera temible apenas si lanzaba alg¨²n inofensivo ara?azo y, agradecido por tanta benevolencia, decidi¨® llevarse la victoria. Y hasta pudo ser peor para el Deportivo, porque los noruegos se permitieron fallar un penalti.Una de esas necedades que suele pasar por profund¨ªsima verdad futbol¨ªstica es la socorrida muletilla de que no hay enemigo peque?o. Las reglas de la cortes¨ªa y la influencia del azar en el juego obligan a no despreciar nunca al adversario, pero eso no quiere decir que la estatura de todos los equipos sea la misma, como tampoco lo es la provisi¨®n de su cuenta bancaria. T¨®mese la medida que se quiera, el tama?o del semiprofesional Stabaek siempre resultar¨¢ diminuto. Los noruegos son un grupo animoso y tenaz, que se deja querer porque la actitud de sus futbolistas destila honradez y modestia, cualidades tan escasas en Ligas como la espa?ola, definitivamente colonizados por el vil metal. Pero el Stabaek es un equipo que tendr¨ªa dificultades para sobrevivir en nuestra Segunda Divisi¨®n, un conjunto que ayer necesit¨® casi una hora para encadenar tres pases y tirar a puerta.
STABAEK 1 DEPORTIVO 0
Stabaek: Frode Olsen, Holter, Flem, Skistad, Stenersen, Andresen (Stenvoll, m.81), Tommy Larsen (Marteinsson, m.14), Linderoth, Kolle (Ackon, m.81), Finstad y Belsvik. Deportivo: Songo"o, Manuel Pablo, C¨¦sar, Naybet, Romero, V¨ªctor (Iv¨¢n P¨¦rez, m.86), Mauro Silva, Jokanovic (Fernando, m.63), Djalminha, Pauleta y Makaay ("Turu" Flores, m.73). Gol: 1-0, M.57: Finstad, de potente disparo desde el borde del ¨¢rea. ?rbitro: Lajuks, let¨®n. Amonest¨® a Djalminha, Flem, Jokanovic, Stenersen y Hotler. Partido de ida de la primera eliminatoria de la Copa de la UEFA disputado en el estadio Ullevaal ante 3.807 espectadores.
El Deportivo jug¨® la primera parte como si se estuviese enfrentando a los juveniles en un entrenamiento. Los noruegos se arroparon atr¨¢s, le entregaron tres cuartas parte del campo y se dedicaron a ver el partido, o lo que fuese aquello. El Deportivo se dedic¨® a tocar la pelota. La toc¨®, la toc¨® y la toc¨® todas las veces que quiso. Preguntar con qu¨¦ intenci¨®n es adentrarse en los abismos del enigma. Se supone que para controlar el partido, pero es el que rival ya se controlaba ¨¦l solo. Puede que el Deportivo tuviese intenci¨®n de morder verdaderamente al adversario, de una casi enternecedora incompetencia para manejar el cuero, pero si ¨¦se era su prop¨®sito dif¨ªcilmente lo hubiese logrado con un ritmo tan moroso como el que le confiri¨® al partido.
Cierto es que el Deportivo toc¨® lo que quiso, s¨®lo que mayormente hacia atr¨¢s. Domin¨® el juego en la primera parte con una superioridad insultante y tanto se recre¨® en su dominio que se olvid¨® de pisar el acelerador en ataque, tal vez convencido de que acabar¨ªa ganando por puro desgaste. Manuel Pablo y V¨ªctor ofrecieron apuntes interesantes por la banda derecha. Al propio V¨ªctor le hicieron un penalti que no vio el ¨¢rbitro, y Makaay tuvo un par de buenas ocasiones. Pero la sensaci¨®n era que el Deportivo jugaba a medio gas.
Todo pareci¨® cambiar tras el descanso. El Deportivo compareci¨® como si hubiese tomado reconstituyente en la caseta. Al fin olvid¨® los juegos florales y se ech¨® arriba con la determinaci¨®n que le hab¨ªa faltado. El Stabaek qued¨® encerrado en su ¨¢rea y el gol parec¨ªa cuesti¨®n de minutos. Jokanovic casi lo consigue en un remate a la salida de un c¨®rner que los noruegos salvaron en la misma l¨ªnea. Pero, de repente, el partido se volvi¨® tarumba. En una sus primeras aproximaciones a la porter¨ªa rival -hab¨ªan transcurrido ya diez minutos del segundo tiempo-, Finstad enganch¨® un bal¨®n al borde del ¨¢rea, le meti¨® la bota poniendo el alma entera en el empe?o y le sali¨® un fulminante remate que entr¨® pegado al palo.
En ese momento, el Deportivo se derrumb¨® y Finstad se transmut¨® en Maradona. Al minuto siguiente se col¨® en el ¨¢rea tras una vertiginosa irrupci¨®n por la banda izquierda, Naybet le quit¨® el bal¨®n limpiamente, el noruego perdi¨® el equilibrio y el ¨¢rbitro pic¨®. Pero el pante¨®n de dioses n¨®rdicos fue obsequioso con el visitante, porque el penalti, mal tirado, lo devoldi¨® el larguero. El Deportivo acab¨® perdiendo hasta el control del juego, y Diego Armando Finstad tuvo otra ocasi¨®n solo ante Songo"o. Los gallegos hab¨ªan podido ganar en el primer tiempo, pero no quisieron. Y luego, el adversario, aunque peque?o, creci¨® m¨¢s de la cuenta.
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