El Valencia recupera su prestigio

El Valencia entendi¨® que era cuesti¨®n capital recuperar su prestigio, dilapidado en un arranque inesperado de Liga. Y lo hizo por todo lo grande, recurriendo a lo que le hab¨ªa dado el ¨¦xito la pasada campa?a: el coraje, am¨¦n de alg¨²n retoque t¨¢ctico de C¨²per que le vino de perlas. Las reuniones durante la semana del t¨¦cnico con los jugadores surtieron efecto: cada bal¨®n lo pelearon con voracidad a la vez que el entrenador ced¨ªa en una de las peticiones de los jugadores: jugar con un doble pivote. Como consecuencia de esto, el Glasgow Rangers, que tanto hab¨ªa presumido de poder¨ªo en las horas previas al partido, sali¨® enpeque?ecido de Mestalla: dej¨® una estampa de equipo rudo y r¨¢cano de f¨²tbol.C¨²per dio por fin su brazo a torcer e introdujo una variante en su dibujo (el doble pivote, con Gerard y Albelda, sustituy¨® al rombo en el centro del campo), de la que el grupo sali¨® muy beneficiado: era un equipo mucho m¨¢s compacto que el de la Liga, mucho m¨¢s homog¨¦neo, adem¨¢s de que los jugadores se encontraban infinitamente m¨¢s motivados que en el campeonato espa?ol. Puesto que ni Albelda ni Gerard, cada uno por separado, hab¨ªan podido cumplir con las grandes exigencias que para el medio centro demanda C¨²per, el t¨¦cnico opt¨® por colocarlos juntos, reparti¨¦ndose el c¨ªrculo central. Y acert¨®.

El Valencia sali¨® enrabietado para borrar la mala imagen liguera. Encim¨® al Rangers con valent¨ªa y como respuesta Moore caz¨® al Piojo L¨®pez por detr¨¢s en el minuto 3. El delantero argentino, doli¨¦ndose de la rodilla, anduvo renqueando durante todo el partido. ?Qu¨¦ manera m¨¢s fea de borrar a la estrella del rival! Tocado f¨ªsicamente el Piojo, el trabajo del experimentado defensa italiano Amoruso result¨® muy sencillo. El Rangers, que tanto hab¨ªa cacareado sobre las excelencias de su juego, se vio pronto que era mucho menos de lo que pregonaba. Lo que nadie hab¨ªa advertido sobre el Rangers era su rasgo m¨¢s distintivo en Mestalla: las patadas que reparti¨®. Ante la permisividad del ¨¢rbitro. En eso, insuperables. El despliegue f¨ªsico de Mendieta en esta primera parte fue emocionante. L¨¢stima que tuviera tan poca compa?¨ªa ofensiva. Por el interior izquierdo, el Kily Gonz¨¢lez sufri¨® el efecto gaseosa: empez¨® espl¨¦ndido y se fue diluyendo, como si acusara su escasa disposici¨®n f¨ªsica. El Valencia mereci¨® marcharse al descanso por delante, pero la fortuna no estaba de su parte. Ni siquiera cuando Angloma cabece¨® alto un centro del Piojo y el ¨¢rbitro, ante el asombro de p¨²blico, dirigi¨® su brazo derecho hacia el penalti. Pero no lo hubo: rectific¨® y dijo que era falta de Angloma.

Las intenciones del Rangers se vieron inmediatamente comenzada la segunda parte: su portero, el franc¨¦s Charbonnier, ya estaba perdiendo tiempo. El Valencia acentu¨® su ambici¨®n magistralmente lanzado desde la defensa por Pellegrino. Entonces apareci¨® S¨¢nchez, penetr¨® por el pico derecho del ¨¢rea, centr¨® hacia atr¨¢s y precisamente Moore encontr¨® su penitencia: marc¨® en propia puerta.

La defensa escocesa hac¨ªa agua por todas partes y mucho m¨¢s su portero, que ten¨ªa las manos blandas. As¨ª lo comprob¨® Angloma en su pifiado y suave lanzamiento, que el meta franc¨¦s no ataj¨® permitiendo el remate a gol de Piojo. El juez de l¨ªnea, por contra, anul¨® la acci¨®n por fuera de juego. El Valencia viv¨ªa ya muy feliz a la contra, con la grada entusiasmada pensando lo que podr¨ªa hacer el Piojo con espacios por delante. Eso, si el Piojo fuera el Piojo y no ese jugador renqueante. Su entrega, en cualquier caso, fue extraordinaria.

Lo mejor estaba por venir. Kily ech¨® mano de su car¨¢cter para resurgir. Se march¨® el interior argentino fuera de su h¨¢bitat natural: pis¨® el pico derecho del ¨¢rea escocesa y busc¨® una asociaci¨®n con S¨¢nchez. Una pared al primer toque de alto dise?o que dej¨® inerme a toda la defensa rival, coronada con un disparo cruzado a media altura de Kily. La jugada m¨¢s bella de la noche.