Prodi, 2005
El amplio margen con el que la nueva Comisi¨®n ha superado la investidura del Parlamento Europeo permitir¨¢ por fin al Ejecutivo comunitario echar a andar con relativa soltura bajo la batuta de Romano Prodi. Il professore, ex primer ministro italiano, ha demostrado en el proceso habilidad t¨¢ctica. Tiene a¨²n que hacer ver su profundidad estrat¨¦gica, pues la va a necesitar de aqu¨ª al final de este mandato, en el 2005. Prodi y las 5 mujeres y 14 hombres que le acompa?an en esta aventura tienen una ingente labor ante s¨ª. Para empezar, deben recuperar la autoridad y credibilidad institucional de la Comisi¨®n, tras la crisis abierta por el anterior colegio que presidiera Jacques Santer. Si logra dejar de tener un ojo siempre dirigido a la pol¨ªtica interna italiana, Prodi tiene la oportunidad de suplir esa carencia de liderazgo que actualmente se da en la Uni¨®n Europea, y convertirse en el referente de un proceso de integraci¨®n que en los pr¨®ximos a?os ha de afrontar una ampliaci¨®n sin precedentes y la consiguiente reforma de la UE, el paso al euro f¨ªsico y la desaparici¨®n de las monedas nacionales, el desarrollo de una pol¨ªtica econ¨®mica que acompa?e a la monetaria, el asentamiento de la Uni¨®n en el mundo y la negociaci¨®n comercial global en la Ronda del Milenio. A este respecto, las comparecencias de Prodi y los comisarios designados suponen un avance en el proceso democr¨¢tico europeo, pero poco han aportado para esclarecer cu¨¢les son las intenciones de esta variopinta Comisi¨®n.
La investidura ha puesto de relieve elementos preocupantes. Entre los que han votado en contra se encuentran socialcristianos b¨¢varos y conservadores brit¨¢nicos, hoy por hoy los m¨¢s cr¨ªticos con la integraci¨®n europea, pese a su adscripci¨®n al Partido Popular Europeo (PPE), el grupo m¨¢s numeroso de la C¨¢mara. Cuando representaba a la Democracia Cristiana, era uno de los pilares, junto a la socialdemocracia y los minoritarios liberales, de la construcci¨®n europea. Hoy, el PPE es un batiburrillo incoherente.
La Comisi¨®n ha salido de este proceso de ratificaci¨®n parcialmente hipotecada frente al Parlamento Europeo, aunque Prodi prefiriera enfocarlo ayer como una situaci¨®n de dependencia mutua, y hable a su favor el intento de recuperar para la Comisi¨®n un car¨¢cter m¨¢s supranacional, menos dependiente de los Gobiernos. Para lograr que los eurodiputados aceptaran la controvertida presencia entre los nuevos comisarios de la popular espa?ola Loyola de Palacio, afectada por el esc¨¢ndalo del lino, y del socialista belga Philippe Busquin, criticado por su supuesta vinculaci¨®n a casos de corrupci¨®n, Prodi se ha visto obligado a prometer compartir de facto con el Parlamento algunos poderes exclusivos de la Comisi¨®n, como el de propuesta legislativa, o a aceptar la futura responsabilidad individual de los comisarios. No obstante, entre estos ¨²ltimos se encuentran pol¨ªticos y t¨¦cnicos de sobrada val¨ªa, lo que deber¨ªa dotar de peso a este colegio. Loyola de Palacio tendr¨¢ que hacer esfuerzos para compensar el deterioro sufrido; ha pagado en Bruselas la precipitaci¨®n de su partido al cerrar apresuradamente la investigaci¨®n parlamentaria en Espa?a sobre los cazaprimas del lino.
La lucha contra la corrupci¨®n, el control de los gastos comunitarios y la reforma del funcionamiento interno de la Comisi¨®n Europea van a ser un elemento clave de esta eurolegislatura, y la prioridad de Prodi si no quiere tropezar con la piedra que hizo caer a Santer. Para atajar este problema no basta poner patas arriba los procedimientos de la Comisi¨®n, pues, hoy por hoy, el 80% de los gastos comunitarios lo gestionan los Estados. Por ello, el segundo informe del comit¨¦ de sabios va en la buena direcci¨®n, ya que, en vez de apuntar a la gesti¨®n de los funcionarios de la Comisi¨®n, critica los m¨¦todos y sobre todo apunta soluciones. Entre las 90 recomendaciones pone una mayor responsabilidad en los gestores, y propone reforzar la capacidad judicial creando una fiscal¨ªa europea que persiga a los defraudadores all¨ª donde act¨²en.
Ahora que se estrena la Comisi¨®n Prodi ser¨ªa el momento de pedir a los Estados que superen esa contradicci¨®n b¨¢sica en la vida comunitaria que consiste en pedirle a la Comisi¨®n que cada vez haga m¨¢s cosas sin dotarla de los medios necesarios.
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