Suicidio programado
El ¨¦xito total que tuvo, en marzo de este a?o, la operaci¨®n de derribo del Colegio de Comisarios presidido por Santer y el resultado de las recientes votaciones en el Parlamento Europeo -en las que m¨¢s de un tercio de los votantes se neg¨® a aceptar a la nueva Comisi¨®n antes de que haya cometido error o desafuero alguno- confirman que los a?os de vida del Ejecutivo comunitario est¨¢n contados. Se trata de una conspiraci¨®n, t¨¢citamente auspiciada por los Gobiernos y liderada por los europarlamentarios antieuropeos, cuyo prop¨®sito es reducir la Comisi¨®n a simple secretariado del Consejo de Ministros como necesario paso previo para convertir a la Uni¨®n Europea en Zona de Libre Cambio de la gran Europa. La renacionalizaci¨®n de las opiniones p¨²blicas de los Estados miembros y la urgencia alemana en la ampliaci¨®n al Este ser¨¢n factores decisivos para el triunfo de ese proyecto. Que la Euroc¨¢mara est¨¦ coadyuvando a su logro es un comportamiento suicida, pues aunque conserve su capacidad colegisladora, sin una Comisi¨®n a la que controlar el Parlamento pierde gran parte de su raz¨®n de ser y la intergubernamentalizaci¨®n de la Uni¨®n se perfila como un destino imparable.Para evitarlo, lo primero es que el Parlamento ponga orden en su casa, comenzando por dotarse de un estatuto que fije con claridad los derechos y deberes de los diputados, haga m¨¢s dif¨ªciles los viejos y permanentes abusos -billetes a¨¦reos trucados, retribuciones a asistentes y secretarias con mordida, misiones y dietas l¨¢biles, etc¨¦tera- y determine sin ambajes hasta d¨®nde puede conciliarse la condici¨®n de europarlamentario con la de lobysta profesional. Luego, la reducci¨®n del absentismo parlamentario que, seg¨²n datos comprobables, alcanza a m¨¢s del 50% de los europarlamentarios en m¨¢s del 50% de las sesiones, tanto plenarias como de comisiones. Y si de la presencia pasamos a la intervenci¨®n, el panorama es a¨²n m¨¢s desolador. ?Por qu¨¦ no se monta pues un servicio en Internet que, apoyado en las Actas de las sesiones nos diga qui¨¦n participa en qu¨¦ reuni¨®n, qui¨¦n interviene, sobre qu¨¦ tema y en qu¨¦ sentido? Esto nos permitir¨ªa saber qu¨¦ hacen nuestros representantes en Bruselas y Estrasburgo y les devolver¨ªa su credibilidad. Pero sobre todo la efectividad del control democr¨¢tico de las decisiones presupuestarias que no puede limitarse al espect¨¢culo del vapuleo comisarial. Es lamentable que los eurodipuados hayan concentrado sus esfuerzos controladores y polarizado a la opini¨®n p¨²blica europea en los fraudes de la administraci¨®n directa de la Comisi¨®n, que son cuantitativamente tan irrelevantes en relaci¨®n con los enormes desfalcos del presupuesto comunitario perpretados en los Estados miembros, bajo la mirada incompetente o c¨®mplice de las autoridades nacionales. El lino espa?ol es la insignificante punta de ese monstruoso iceberg.
Vidal-Folch, en una certera cr¨®nica en este diario, nos recordaba los datos de los fraudes verificados correspondientes al a?o 95 que, s¨®lo en el sector agr¨ªcola y limit¨¢ndose al dinero no devuelto, ascend¨ªan a 403,5 millones de euros de los que a Espa?a le correspond¨ªan algo m¨¢s de 67.000 millones de pesetas. Estar¨¢n de acuerdo en que es una tomadura de pelo que nos rasguemos las vestiduras con el dentista de la se?ora Cresson, cuando todos sabemos que el fraude del presupuesto comunitario administrado en y por los Estados miembros asciende al 99,1% de los casos detectados frente al 0,9% de los que son imputables a la Comisi¨®n. Por eso hasta que no logremos que los Estados miembros ratifiquen el Convenio sobre Protecci¨®n de los Intereses Financieros de la Comunidad, que exigir¨¢ a los Gobiernos que persigan a las autoridades nacionales responsables de los fraudes, no cambiar¨¢ la situaci¨®n. ?Por qu¨¦ en vez de consumir tanto tiempo en audiciones a comisarios y en otras operaciones diversivas no empujamos al se?or Brinkhorst a terminar su investigaci¨®n sobre los fraudes en los Estados? Y a dicho fin, ?por qu¨¦ no creamos un instrumento de control eficaz en el que participen representantes de la Comisi¨®n de Control Presupuestario del Parlamento Europeo y de los parlamentos nacionales? ?O es que preferimos ignorar lo que sucede en nuestros pa¨ªses con los dineros comunitarios?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.