Cosas de "moros"
He dudado en enviar esta carta, pero, en parte por unos acontecimientos que he observado en estos d¨ªas, me he decidido finalmente a hacerlo. Se trata de unos hechos que presenci¨¦ el pasado d¨ªa 3 de agosto en la calle de Calatrava, de aqu¨ª, de Madrid, y que voy a tratar, de forma resumida, de relatar.Sobre las 18.30 de ese d¨ªa vi c¨®mo, a la altura de un comercio con r¨®tulos en espa?ol y en ¨¢rabe, un grupo de tres hombres y una mujer joven, con apariencia de ser norteafricanos, discut¨ªan acaloradamente. En un momento dado, uno de los hombres se abalanz¨® sobre la chica propin¨¢ndola una sonora bofetada. Al hacer adem¨¢n ¨¦sta de contestar a la agresi¨®n fue sujetada por uno de los hombres, mientras que el otro agarraba al agresor tratando de separarlos.
Al tratarse de una cosa de "moros" nadie de los que vimos este incidente quisimos intervenir; pero la muchacha, llena de rabia y de indignaci¨®n, seg¨²n ¨ªbamos andando, se dirigi¨® a m¨ª pregunt¨¢ndome si hab¨ªa visto aquello y si querr¨ªa hacer de testigo y dec¨ªrselo a la polic¨ªa. Le contest¨¦ que no ten¨ªa inconveniente, pero aclar¨¢ndole que no sab¨ªa ni por qu¨¦ hab¨ªa sido la discusi¨®n ni qu¨¦ tipo de parentesco o conocimiento pod¨ªa existir entre ellos. Me cont¨® que a ese hombre no le hab¨ªa visto hasta ese momento y que se hab¨ªa dirigido a ella insult¨¢ndola, trat¨¢ndola como a una prostituta y haciendo intenci¨®n de manosearla. Y todo en nombre de Dios y del islam, porque no iba vestida como ellos dec¨ªan y quer¨ªan. Debo decir que vest¨ªa con total decoro, como cualquier muchacha espa?ola joven, de veintipocos a?os, con una falda larga hasta los tobillos y creo recordar que con una blusa con la que se la ve¨ªa ligeramente el est¨®mago. Pienso que, posiblemente, esto fuera el problema.
Cuando a los pocos minutos lleg¨® un coche patrulla con una pareja de la Polic¨ªa Nacional, uno de ellos agente femenino, nos dirigimos los cuatro al comercio en cuya puerta hab¨ªa comenzado el incidente. El hombre que estaba en el mostrador y que fue uno de los testigos-protagonista de todo se cerr¨® en banda, primero en ¨¢rabe y despu¨¦s en perfecto castellano, negando conocer al agresor.
Todo esto ante la insistencia de la muchacha y de la mujer polic¨ªa, que era la que estaba tomando declaraciones y a la cual habr¨ªa que felicitar por lo bien que llev¨® en todo momento el asunto; la cual, al final, ante la falta de pruebas, me tuvo que decir que pod¨ªa marcharme, dej¨¢ndolo todo como una disputa.
Pienso que todo esto, finalmente, no ha tenido una mayor importancia, por la nacionalidad de esta chica, pero yo me pregunto qu¨¦ podr¨ªa haber pasado si en lugar de ser marroqu¨ª hubiera sido espa?ola y este incidente, seg¨²n dec¨ªa y repet¨ªa ella, no fuera nuevo; ya que continuamente se estaban repitiendo hechos parecidos, tanto con chicas marroqu¨ªes como con espa?olas. Creo que, de haber sido as¨ª, habr¨ªa pasado como ocurri¨® hace poco tiempo en Catalu?a. Una manifestaci¨®n m¨¢s o menos numerosa recorrer¨ªa las calles del barrio, resultando seguramente da?ado el comercio en cuesti¨®n, haciendo, a continuaci¨®n, su aparici¨®n algunos cabezas rapadas y miembros de algunas bienintecionadas ONG que en ocasiones parecen no enterarse de nada. Finalmente aparecer¨ªan, en grandes titulares, noticias tales como que se hab¨ªa producido un nuevo rebrote de racismo y que las gentes del barrio, por extensi¨®n los madrile?os y los espa?oles, ten¨ªamos actitudes racistas, en este caso hacia los norteafricanos.- . .
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