La ejecutiva se autodefine como el ala moderada del partido socialista

Los integrantes de la nueva ejecutiva del PSPV se autodefinieron en la madrugada del domingo como el ala moderada del partido. Como aquella ejecutiva, mezcla de experiencia y renovaci¨®n, que se ensay¨® en el congreso de Cheste de 1995, que fracas¨® en el congreso de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia de 1997 y que se constituye ahora, aunque con escaso apoyo, y de manera tard¨ªa, seg¨²n alguno de sus integrantes.

La reci¨¦n elegida direcci¨®n del socialismo valenciano cuenta con caras de toda la vida y otras pr¨¢cticamente desconocidas para la mayor¨ªa de los electores. Joan Lerma y Joan Ignasi Pla son la s¨ªntesis de ese amplio equipo de 52 personas que tendr¨¢ que afrontar la preparaci¨®n de las pr¨®ximas elecciones generales en el Pa¨ªs Valenciano. Joan Lerma no necesita presentaci¨®n. Sus 18 a?os como secretario general del PSPV y 12 como presidente de la Generalitat hacen que siga siendo una figura todav¨ªa familiar para la mayor¨ªa de los valencianos. Joan Ignasi Pla, en cambio, da su salto a la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica a partir de hoy. Miembro del denominado grupo de los yuppies en las Juventudes Socialistas, Pla dio un paso en su carrera cuando accedi¨® a la secretar¨ªa de Organizaci¨®n con Joan Romero, cuya acta de diputado nacional recogi¨® tras su dimisi¨®n el pasado mes de abril. A sus 40 a?os, Joan Ignasi Pla asume un dif¨ªcil papel, aunque contar¨¢ con la veteran¨ªa de Lerma y del nuevo vicesecretario general, Ximo Puig. ?ste es alcalde de Morella y hombre de confianza de Joan Lerma, a quien acompa?¨® durante muchos a?os codo con codo en la Presidencia de la Generalitat. La otra pieza clave de la ejecutiva socialista es Antoni Such, que como el secretario general form¨® parte del grupo que apoy¨® a Joan Romero. Junto a la nueva ejecutiva, que recupera viejas caras e incluye otras nuevas, el comit¨¦ nacional del PSPV -m¨¢ximo ¨®rgano entre congresos- ser¨¢ monocolor, ya que tiene la misma composici¨®n que la direcci¨®n. El desenlace del congreso, en cuya votaci¨®n no participaron ni los ciscaristas ni los asuncionistas, y la inexistencia de candidaturas alternativas hace imposible que se pueda presentar una moci¨®n de censura como la que sufri¨® el equipo de Joan Romero en noviembre de 1997. Una moci¨®n de censura en la que se enfrentaron los que hoy componen la direcci¨®n del partido, ya que unos la firmaron y otros se vieron obligados a negociar para que se retirase.