Diablesa

NEGRITASALEJANDRO V. GARC?A La aparici¨®n de una diablesa con el torso embadurnado con polvo de oro desbarat¨® la coartada del ex concejal del PP del Ayuntamiento granadino Francisco Jim¨¦nez Carmona, culpable de cohecho seg¨²n el jurado. Lo que no lograron en el primer juicio acusadores y testigos -quebrar la hip¨®tesis de la inocencia de quien fue cancerbero de la empresa de cementerios- lo consigui¨® el recuerdo espectral de una drag-queen, vestida con taparrabos y tocada con dos cuernos mochos, que ululaba la noche de Halloween de 1996 por el bajo Albaic¨ªn. Se le apareci¨® a Jim¨¦nez Carmona la noche que fue a requerir dinero a Jos¨¦ Carlos S¨¢ez, el propietario del pub Fondo Reservado; sali¨® al encuentro del due?o de otro bar, que tambi¨¦n testific¨® en el juicio, y fue entrevistada por el propio S¨¢ez, que as¨ª lo dijo ante el jurado. Todos vieron esa noche aciaga a la feliz diablesa -justos y pecadores- y esa visi¨®n com¨²n sirvi¨® para establecer qu¨¦ hizo y d¨®nde estuvo Jim¨¦nez Carmona el ¨²ltimo d¨ªa de octubre. ?l explic¨® que estuvo en su casa con un amigo, pero el demonio pulveriz¨® su coartada, lo embisti¨® con sus astas diminutas y le marc¨® el trasero con el signo de Ca¨ªn. Tan s¨®lo hab¨ªamos conocido pol¨ªticos salvados por la intercesi¨®n de un santo. Jim¨¦nez Carmona es el primero condenado por mediaci¨®n de una diabla. El oto?o es una estaci¨®n propicia a las visiones. Aqu¨ª va otra: el p¨¦ndulo solar. ?Saben qu¨¦ es un p¨¦ndulo solar? No importa. Lo principal es que Granada, a¨²n herida por haber perdido la Capitan¨ªa Militar, ha sido elegida para tener un p¨¦ndulo solar y ante tal noticia, y en previsi¨®n de que fuera un signo de riqueza, a la presentaci¨®n acudi¨® el propio rector de la Universidad de Granada, Lorenzo Morillas, que ech¨® mano de la l¨ªrica celestial para agradecer la colocaci¨®n del misterioso artefacto a su creador, el arquitecto Kurt Hofstetter. Quiz¨¢ la ventaja de disponer de un p¨¦ndulo radique en la posibilidad de prescindir de ¨¦l, esto es, de despendolarse. Septiembre, la diabla y el p¨¦ndulo han terminado por dejarnos fr¨ªos. ?Por qu¨¦ inculpar entonces a ?ngel Abraham C. P. y a Mercedes M. R., ladrones friolentos de esta plaza? Una patrulla los detuvo cuando hu¨ªan en una furgoneta despu¨¦s de robar una bombona de butano para prender la estufa o calentar la sopa. En otra ¨¦poca hubieran robado un brasero con su pic¨®n y su paila.