Pura sangre

Tres d¨ªas seguidos en una sala de aforo medio y a un precio realmente econ¨®mico le han servido a este veterano de mil batallas -Kortatu, Negu Gorriak...- para encontrarse con un p¨²blico totalmente entregado a sus mensajes. Dejando cuestiones ideol¨®gicas aparte, lo importante de Ferm¨ªn Muguruza es su tenacidad a la hora de combatir por unas ideas en las que cree, su seguridad en escena y su capacidad de combinar un espect¨¢culo de alto contenido pol¨ªtico e interpretado en euskera con las ganas de diversi¨®n que el p¨²blico tiene.Si se comulga a pies juntillas, tanto mejor; si no, da francamente igual, porque los canales de expresi¨®n de Ferm¨ªn Muguruza y su grupo impiden al que escucha permanecer indiferente y con los pies pegados al suelo.

El motivo de estos tres recitales radica en la presentaci¨®n de su nuevo disco, Brigadistak Sound System, que contin¨²a incidiendo en la investigaci¨®n de su autor por el hip hop, el reggae, el ska y el rock como armas de combate.

The Clash sigue planeando de fondo -el grupo cerr¨® el show con una versi¨®n de Guns of Brixton-, y lo que en otros suena a rojer¨ªo impostado, en F.M.D.M. suena tremendamente sincero: como si la revoluci¨®n estuviera ah¨ª mismo, al alcance de la mano.

Con los espectadores sumidos en un bote constante, la banda ofreci¨® sus temas nuevos, as¨ª como un medley de Kortatu y una versi¨®n de un cl¨¢sico de reggae, 54-46, coreado insistentemente por los asistentes.

Hay que destacar la interpretaci¨®n de Mapuxe, un tema que fue dedicado a Rodolfo Mart¨ªn Villa, Endesa y la reciente expropiaci¨®n por parte de la citada empresa de las tierras de la tribu mapuche. No hay que dudarlo, Muguruza est¨¢ siempre a la que salta.