Una 'big band' en el conservatorio
Treinta estudiantes de m¨²sica cl¨¢sica de M¨®stoles montan un grupo para tocar temas de jazz
El esp¨ªritu musical de Duke Ellington, Frank Sinatra, Miles Davis y Carlos Jobim se ha colado en el Conservatorio de M¨®stoles (195.300 habitantes). Las trompetas y saxofones agitadas del jazz y la percusi¨®n acariciadora de los ritmos latinos han conseguido un espacio en un edificio antes monopolizado por los ¨¦mulos de Schubert, Mozart y dem¨¢s compositores cl¨¢sicos.La osad¨ªa lleva el sello de 30 estudiantes del propio conservatorio Rodolfo Halffter, quienes han montado una big band deudora de aquellos enormes conjuntos norteamericanos que en los a?os treinta hac¨ªan bailar a miles de j¨®venes a base de swing y jazz. La idea de La Joven Big Band de M¨®stoles surgi¨® hace cuatro a?os, pero no cuaj¨® hasta principios del presente mes, cuando varios alumnos de 14 a 22 a?os se mostraron "inmensamente interesados en tocar m¨²sica distinta a la cl¨¢sica", recuerda su director, Alex Schnieper.
El gesto es m¨¢s meritorio a¨²n si se tiene en cuenta que formar parte de la banda no sirve para subir nota en las calificaciones del conservatorio. "Esto no punt¨²a en ninguna asignatura, es algo vocacional", comenta el propulsor del grupo. S¨ªmbolo de su entrega son los quince d¨ªas seguidos que se han pasado ensayando para presentarse al p¨²blico el pr¨®ximo d¨ªa 28 de septiembre en la sala Clamores (a las 22.00) con un repertorio rodado de una vientena de piezas.
Marta Mansilla, quincea?era y menuda, toca la flauta travesera en la reci¨¦n nacida banda. Se aficion¨® al jazz con los discos de Louis Armstrong y Frank Sinatra que pon¨ªa su padre en casa. Un capricho infantil inici¨® su afici¨®n a la flauta. "A los seis a?os me gustaba el piano, supongo que como a todos los ni?os inquietos por la m¨²sica, pero luego encontr¨¦ un profe muy divertido de flauta travesera y opt¨¦ por este instrumento", rememora. Marta representa la escasa cuota femenina del grupo, cuatro chicas entre un regimiento de muchachos. Alejandro Herrad¨®n, un grandull¨®n de 21 a?os, se ocupa de ponerle nervio a las composiciones baqueteando su bater¨ªa. No le debe de resultar dif¨ªcil, a juzgar por la fortaleza de sus brazos, pero ¨¦l reivindica adem¨¢s un reconocimiento t¨¦cnico para el instrumento: "Hay que estudiar muchas horas y tener una t¨¦cnica muy depurada". Para dureza, la del aprendizaje del saxof¨®n, seg¨²n relata Mauri G¨®mez, de 20 a?os. Ganarse el protagonismo de los solos en la big band le ha costado nueve a?os de pr¨¢ctica, los transcurridos desde que vio a un m¨²sico en la televisi¨®n y le rog¨® a su padre que le comprara un saxo. Para la cita del d¨ªa 28 vestir¨¢ de negro riguroso, como el resto de sus compa?eros. Es el uniforme improvisado, en tanto buscan el lema para unas camisetas. Y los ensayos, en ch¨¢ndal o en vaqueros.
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