El cardenal Rouco afirma que la pena de muerte "es ileg¨ªtima" si no es imprescindible
Los te¨®logos progresistas reclama a la Iglesia que elimine esa figura del nuevo Catecismo
La doctrina sobre la pena de muerte le parece "neta y n¨ªtida", pero el cardenal presidente de la Conferencia Episcopal, Rouco Varela, reconoci¨® ayer, tan paciente como al borde de la desesperaci¨®n, que quiz¨¢s la Iglesia deber¨ªa organizar un seminario para hacerse comprender. Rouco compareci¨® ante los periodistas para hablar del II S¨ªnodo de Europa, del que es relator (un honor que s¨®lo mereci¨® antes el cardenal Taranc¨®n), y le agriaron el acto con el tema de la pena de muerte. El cardenal no se movi¨® un ¨¢pice del Catecismo. La pena m¨¢xima "si no es imprescindible, es ileg¨ªtima", dijo.
El cardenal arzobispo de Madrid sale hoy para Roma, donde vivir¨¢ momentos de gloria como relator de la II Asamblea para Europa del S¨ªnodo de los Obispos, un acontecimiento eclesial en el que el Papa, que ha puesto todas sus complacencias en Rouco, ha encargado al cardenal espa?ol un papel protagonista.As¨ª que acudi¨® ayer a la sala de prensa de la Casa de la Iglesia, en Madrid, porque ten¨ªa "muchas peticiones de entrevistas" y poco tiempo. Pero Rouco se encontr¨® con que los periodistas s¨®lo quer¨ªan o¨ªr hablar de su posici¨®n sobre la pena de muerte y, tambi¨¦n, sobre las propuestas del Gobierno del PP para reformar el IRPF y garantizar a la Iglesia m¨¢s de 21.000 millones de pesetas anuales en los pr¨®ximos tres ejercicios.
"El no matar¨¢s es un mandamiento que vale absolutamente", replic¨® Rouco a la primera pregunta. Mantuvo, adem¨¢s, que el fondo doctrinal es el mismo en el Catecismo de la Iglesia Cat¨®lica editado en 1992 que en el que aparece este fin de semana en las librer¨ªas espa?olas, levemente corregido y muy aumentado. Los periodistas apelaron al texto literal del nuevo Catecismo, donde, recurriendo a la ense?anza tradicional de la Iglesia, "no se excluye el recurso a la pena de muerte" (art¨ªculo 2.267), aunque se explica que "los casos de la supresi¨®n del reo son ahora muy raros, si no son incluso absolutamente inexistentes".
Tom¨¢s de Aquino
Rouco admiti¨® entonces la existencia de excepciones a la regla general (aparecen n¨ªtidas en el nuevo Catecismo), aunque subrayando la "ilegitimidad" de la pena m¨¢xima cuando "no es imprescindible". Y a?adi¨®: "En Espa?a es ileg¨ªtima". E ilegal, aclar¨® una periodista, que quer¨ªa saber qu¨¦ pensaba Rouco sobre las frecuentes supresiones de reos en Estados Unidos y en otros pa¨ªses desarrollados. "Me parecen ileg¨ªtimas, pero no me atrevo a hacer un juicio definitivo. Si se pueden evitar de otro modo, ser¨¢n ileg¨ªtimas". Apretado por la inquietud que percibi¨® tras esa respuesta, Rouco sentenci¨®: "La doctrina cristiana sobre el no matar¨¢s vale siempre, salvo cuando a uno no le quede m¨¢s remedio para salvar la vida propia o la de los dem¨¢s".
El l¨ªder de los obispos espa?oles no se hab¨ªa movido un ¨¢pice de lo dicho por el Catecismo oficial, que a su vez sigue la doctrina sobre "la violencia leg¨ªtima" proclamada por Tom¨¢s de Aquino, un te¨®logo del siglo XIII cuya Suma Teol¨®gica recoge con gran amplitud el nuevo Catecismo. Dijo el de Aquino: "Es mayor la obligaci¨®n de velar por la propia vida que por la de otro". Dice el nuevo Catecismo: "La ense?anza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena verificaci¨®n de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, cuando ¨¦sta fuese la ¨²nica v¨ªa practicable para defender eficazmente del agresor injusto la vida de seres humanos". Claro que la grave discusi¨®n que suscita el Catecismo es sobre las penas de muerte que aplican los Estados, no sobre las causadas en enfrentamientos cainitas o callejeros.
Lo que ya saben los periodistas es que Rouco resulta dial¨¦cticamente una roca, y que no siempre logra disipar la dureza de estilo con su bondadosa actitud. Ayer una periodista estuvo a punto de sacarlo de quicio, y Rouco le pidi¨® perd¨®n al final de la conferencia de prensa. El cardenal hab¨ªa lamentado con una cierta sorna que la periodista no fuera capaz de entender sus respuestas.
Reacciones y cr¨ªticas
Las incomprensiones, sin embargo, son m¨¢s profundas y variadas. El presidente de la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII, Enrique Miret Magdalena, pidi¨® ayer a la Iglesia que elimine del Catecismo toda aceptaci¨®n de la pena de muerte. "El Papa parece que es enemigo de la pena de muerte, pero da la sensaci¨®n de que no se atreve a decirlo con toda claridad", dijo el presidente de los te¨®logos progresistas, que considera positivo el pronunciamiento de los obispos espa?oles en contra de la pena de muerte y recuerda que los prelados de EEUU ya opinaron en este sentido. Miret considera, sin embargo, que estos pronunciamientos son insuficientes. La Santa Sede debe eliminar del Catecismo toda justificaci¨®n de la pena de muerte, por ser una concesi¨®n "excesiva hacia Gobiernos que no son los m¨¢s democr¨¢ticos", dijo.
La misma actitud cr¨ªtica mantiene la asociaci¨®n Jueces para la Democracia, que proclam¨® "su perplejidad" porque la Iglesia se coloque, con su Catecismo, al margen de la Constituci¨®n Espa?ola de 1978. "En ning¨²n caso se justifica [la pena de muerte], porque es un acto de barbarie y supone una violaci¨®n irreparable al derecho a la vida, que es el primer derecho base sobre el que se construyen los derechos fundamentales de personas y pueblos".
Por su parte, el diputado del PSOE, ?lvaro Cuesta, acus¨® a la Iglesia de esgrimir argumentos ambiguos y contradictorios y dijo que esta actitud acr¨ªtica respecto a la pena de muerte " la hace perder toda credibilidad cuando abandera campa?as en favor del derecho a la vida".
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