Los m¨¢s listos del m¨®vil XAVIER BRU DE SALA
Es tan fr¨¢gil el equilibrio interior de CiU, que basta el menor movimiento de una pieza, incluso el aire desplazado por la apertura de una puerta o ventana, para que bailen todas, como en un m¨®vil colgado de un clavo en el techo en el que cada uno de los dirigentes estuviera suspendido de su hilo en la punta de una varilla. Parecen mu?equitos paralizados por el v¨¦rtigo. Si se mueven pueden caerse. Si bascula otro, tambi¨¦n. En cualquier caso, la supervivencia de todos depende, en primer lugar, de la fortaleza del clavo, y en segundo lugar, de lo quieto que est¨¦ el m¨®vil. Por lo tanto, los cambios de sitio deben hacerse con celeridad y maestr¨ªa, procurando que el equilibrio del conjunto se altere lo menos posible. Antes de pasar a mayores, expliquemos a la luz de la imagen del m¨®vil algunos de los pen¨²ltimos y ¨²ltimos movimientos en CDC y en CiU. Ante las pasadas municipales, ?c¨®mo se decidi¨® el candidato a la alcald¨ªa? Vi¨¦ndose paulatinamente desalojado hacia el exterior del sistema, Joaquim Molins dio un salto en direcci¨®n a Barcelona. Desde el partido pod¨ªan haberle dejado caer, que es lo que les ped¨ªa el cuerpo, pero tuvo suerte. Las piezas mejor situadas, Artur Mas y Xavier Trias, tem¨ªan darse impulso antes de conocer el calendario electoral -o miedo al miedo de los dem¨¢s si se mov¨ªan-. Desde luego, no quer¨ªan ir si las auton¨®micas no se adelantaban. Al final, todo sali¨® a pedir de boca y la t¨¦cnica minimal dio el resultado esperado. Molins se cay¨® al vac¨ªo sin hacer da?o a nadie. Mientras, Pere Esteve, al que le tocaba hacer algo, se decidi¨®, por puro y pavoroso instinto de supervivencia, a encabezar la lista de las elecciones europeas. Su mensaje al interior del m¨®vil fue claro: "Ya veis que no pod¨ªa desplazarme menos". Evidente. As¨ª las cosas, y viendo un hueco entre Jordi Pujol y el m¨®vil, Josep Antoni Duran Lleida intent¨® ocuparlo: horrible sacudida, temblor de cuerpos, desestabilizaci¨®n general. La estrategia entera del m¨®vil, cuestionada por el ¨²nico que dispone de agarradero propio. No pasar¨¢, cantaron a coro. Les afe¨® situ¨¢ndose en un puesto muy inferior al que le corresponde, pero la plaza estaba se?alada y su largo brazo sigue aferrado a ella, como una amenaza permanente. Artur Mas va tras Pujol sin haber levantado el dedo, con la elegancia y discreci¨®n que sus compa?eros le agradecen, precisamente porque con esos ingredientes ning¨²n pol¨ªtico se ha vuelto popular. T¨¦ngase en cuenta asimismo que la operaci¨®n Mas fue convertida en operaci¨®n Mas-Trias, para causar el menor impacto posible y descontar de paso las temibles oscilaciones de una posterior designaci¨®n de n¨²mero uno en Madrid. As¨ª todo queda un poco devaluado, pero el m¨®vil no se tambalea, que es lo principal. ?Qu¨¦ va a ocurrir despu¨¦s del 17-O? Suponiendo que Pujol forme gobierno, va a tener que optar entre Mas y Duran, y optar¨¢ por los dos a la vez, decisi¨®n tan sensata como de imposible cumplimiento. Ya que tenemos los nombres de los tres m¨¢s despabilados de CiU, nos aproximaremos un poco m¨¢s a cada uno de ellos, por orden creciente. De Artur Mas, nadie sabe todav¨ªa cu¨¢l es su medida. Es algo t¨ªmido, aplicado, sigiloso y reconcentrado. Pertrechado con esas virtudes, ha pasado en cuatro a?os, y sin despeinarse, de n¨²mero dos de Roca en las municipales a n¨²mero dos de Pujol en las auton¨®micas, lo cual no est¨¢ nada mal. No parece ser capaz de inventar la p¨®lvora, pero es aplicado, ordenado, trabajador y algo terco, y tiene la cabeza amueblada. En otros tiempos no hubiera pasado de eficiente subsecretario, pero tal como van las cosas, qui¨¦n sabe. Tambi¨¦n Clos tiene pinta de encarregat y dio la sorpresa. Cuando Pujol se sac¨® a Xavier Trias de la manga, los entonces reci¨¦n estrenados masovers se llevaron un disgusto. No es de su generaci¨®n, ni de su ideolog¨ªa, y fue elevado a un puesto que s¨®lo a ellos les correspond¨ªa. Se lo tomaron a bien, porque entendieron el mensaje: nombr¨¢ndole consejero de Presidencia, Pujol les tachaba a todos de imberbes, pero al mismo tiempo le confer¨ªa al cargo un car¨¢cter de interinidad que el avispado Trias siempre ha tenido presente. Por eso quer¨ªa fortificarse como cabeza de alguna lista, lejos del n¨²cleo de poder y sus futuras disputas. Al final, ha conseguido, por m¨¦rito propio y cr¨¦dula miop¨ªa de todos los dem¨¢s, uno de los puestos clave, es posible que el puesto clave de verdad despu¨¦s de Pujol. Si CiU deja de gobernar la Generalitat dentro de unas semanas, unos meses o unos pocos a?os, se ver¨¢ la trampa de una de las magias verbales de Pujol. "Para influir en Espa?a debemos ser fuertes en Catalu?a", asevera. Claro, especialmente disponiendo de un grupo parlamentario en Madrid. ?O es que la influencia le viene a CiU a trav¨¦s de la Generalitat? Trias se ha dado cuenta. Despu¨¦s de Pujol, no s¨®lo puede ser ministro, sino capitanear un desembarco nacionalista en el Gobierno central y erigirse incluso en ¨²nica agencia de colocaci¨®n de convergentes. Duran es el ¨²nico que disfruta en CiU de cierta libertad de palabra. En el pasado reciente la ha usado a discreci¨®n y con acierto. No de otro modo se habr¨ªa labrado un perfil propio e ir¨ªa tan por delante de todos los dem¨¢s, a excepci¨®n de Pujol, en valoraci¨®n ciudadana. De Pujol hacia abajo, pocos son capaces de analizar la segunda derivada de una situaci¨®n compleja. ?l atisba la tercera. Dispone de un partido peque?o pero disciplinado y esperanzado, lo que le permite maniobrar en poco espacio. ?Por qu¨¦, pudiendo, no quiso disputarle el puesto a Trias, ni como consejero ni como jefe de filas en Madrid? Porque no le conviene estar en la m¨ºl¨¦e ni lejos de la m¨ºl¨¦e, sino entre Pujol y la m¨ºl¨¦e, porque la sucesi¨®n se acerca a ojos vistas y quien vaya a Madrid queda descartado. Por tal como aparece en la precampa?a al lado de Pujol, se dir¨ªa que lo ha conseguido, aunque recordar que va de ocho empa?e el logro. En fin, que venciendo la tentaci¨®n de montar tenderete aparte en los inciertos momentos actuales, y a riesgo de una rega?ina en tono menor de Maragall, suma todo lo que se puede sumar al esfuerzo com¨²n por aupar a Pujol. Si los resultados no son los esperados, nadie podr¨¢ decir que Duran y Uni¨® no arrimaron el hombro. Uni¨® tendr¨¢ derecho a pasar factura a CDC en caso de buenos dividendos. Y factura doble si hay p¨¦rdidas sustanciales.
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