Barenboim define como excursi¨®n por el jazz su disco de homenaje a Ellington
El polifac¨¦tico director de orquesta anuncia un nuevo ¨¢lbum sobre la m¨²sica de samba
Daniel Barenboim acaba de presentar en Berl¨ªn su nuevo disco, dedicado al compositor Duke Ellington (1899-1974). Para el polifac¨¦tico y veterano pianista y director de orquesta, se trata de una nueva "excursi¨®n", que se sit¨²a entre la que ya realiz¨® en el mundo de los tangos (Mi Buenos Aires querido) y la que prepara para el futuro en el mundo de la samba y la m¨²sica brasile?a. Para su Tribute to Ellington, Daniel Barenboim ha contado con la colaboraci¨®n de la cantante Dianne y de m¨²sicos de la Orquesta Sinf¨®nica de Chicago y de m¨²sicos de jazz de esa ciudad.
En el club de jazz Quasimodo de la capital alemana, poco antes de su concierto de presentaci¨®n, el jueves por la noche, Barenboim explic¨® a los medios de comunicaci¨®n cu¨¢les hab¨ªan sido sus intenciones y vivencias en la preparaci¨®n de su ¨²ltima obra (Tribute to Ellington, Eastwest Records, Warner Music International Company). El producto que Daniel Barenboim (Buenos Aires, 1942) y su conjunto musical ofrecieron el jueves en una calurosa noche berlinesa es una serie de reconstrucciones de motivos cl¨¢sicos de Ellington, entre los que se incluyen Sophisticated lady, Mood Indigo, Take the "A" Train y Satin doll. Los arreglos originales de Ellington eran para cinco saxofones, cuatro o cinco trombones, cuatro o cinco trompetas y una secci¨®n r¨ªtmica. Cliff Colnot los ha condensado en un conjunto de c¨¢mara m¨¢s limitado -dos trompetas, una trompa, un cuerno franc¨¦s, dos trombones y una secci¨®n r¨ªtmica-. El resultado es una m¨²sica de c¨¢mara m¨¢s ¨ªntima, que retiene, sin embargo, la esencia de la m¨²sica de Ellington.Fascinaci¨®n
Las excursiones de Barenboim en la m¨²sica popular o en el pop difieren entre s¨ª. En el caso de los tangos, la melod¨ªa ten¨ªa m¨¢s libertad. Con Ellington, el ritmo es m¨¢s estricto. Con la samba, se deja llevar por la fascinaci¨®n de las culturas de tres continentes que se interrelacionan en Suram¨¦rica. Antes de irse a Brasil el a?o pr¨®ximo para realizar su pr¨®xima excursi¨®n, Barenboim ofrecer¨¢ un concierto en Buenos Aires. En esa ciudad comenz¨® su carrera en agosto de 1950, cuando ten¨ªa siete a?os de edad este m¨²sico que ha ocupado dos de los puestos m¨¢s prestigiosos del mundo de la m¨²sica, la direcci¨®n de la Orquesta Sinf¨®nica de Chicago y el cargo de director musical de la ?pera Estatal de Berl¨ªn. "Siempre se vuelve al lugar del crimen", exclama.
Adem¨¢s de realizar los arreglos para el homenaje a Ellington, Cliff Colnot fue el encargado de seleccionar los motivos. Barenboim los califica de "maravillosos", porque, seg¨²n ¨¦l, permiten o¨ªr toda la grandeza de la m¨²sica de Ellington ("o¨ªr el Big Bang") y hacerlo de una forma muy ¨ªntima, en clave de m¨²sica de c¨¢mara. "Adem¨¢s", se?ala, "todos nos hemos divertido mucho". Barenboim explica que su deseo de consagrar un disco a Ellington viene de hace tiempo. "Siempre me qued¨¦ con la pena de haber estado en Par¨ªs y no haber ido a escucharle cuando Ellington dio sus ¨²ltimos conciertos all¨ª", se?ala. Los deseos del pianista y l¨ªder de banda Barenboim encontraron un terreno abonado en la admiraci¨®n que los m¨²sicos de la orquesta de Chicago manten¨ªan por Ellington. La aparici¨®n de Cliff Colnot habr¨ªa sido providencial, porque ese "m¨²sico, maestro, educador y director" se mostr¨® dispuesto a hacer los arreglos.
Cree Barenboim que las divisiones entre el jazz y la m¨²sica cl¨¢sica son artificiales. "Decir que uno es especialista en Bach o especialista en Debussy o en jazz ya no forma parte del esp¨ªritu de nuestro tiempo. La separaci¨®n responde a un esp¨ªritu temporal del pasado". Berl¨ªn fue el lugar elegido por la empresa productora del disco para presentarlo, y Barenboim se encuentra "en casa" en esta ciudad donde vive. En la capital alemana existe una enorme actividad cultural, afirma, pero "Berl¨ªn debe encontrar en el futuro la soluci¨®n del problema de la cantidad en relaci¨®n a la calidad". "La vida cultural es muy rica y hay una cantidad enorme de acontecimientos, pero ahora hay que buscar la forma de centralizar un poco todo esto", contin¨²a. Los 10 a?os pasados desde la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn le parecen a Barenboim un "periodo de pubertad" para la ciudad. "Poco a poco hay que empezar a tomar decisiones para el futuro", y esas decisiones pueden ser dolorosas, porque "no hay suficiente dinero para mantenerlo todo". "O se nivela hacia lo alto o hacia lo bajo", comenta. Las dos sociedades de Berl¨ªn, la oriental y la occidental, no forman a¨²n una ciudad, seg¨²n el maestro. "La gente del Este va ahora un poco m¨¢s al Occidente. En la otra direcci¨®n siempre fue m¨¢s f¨¢cil, porque el dinero estaba en Berl¨ªn Occidental".
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