Romper la imagen de ciudad de bur¨®cratas
Empe?o dif¨ªcil es romper la imagen de ciudad aburrida y burocr¨¢tica que Bruselas se ha ganado con el paso de los a?os y especialmente con su condici¨®n de capital pol¨ªtica europea. Inmensos y grises edificios albergan multitud de instituciones, con la UE y la OTAN a la cabeza, y ocultan a veces joyas arquitect¨®nicas, recoletas iglesias o agradables jardines. S¨®lo la monumental y bell¨ªsima Grand Place suscita murmullos de entusiasmo de los miles de viajeros que recalan diariamente en Bruselas. Los impulsores de la capitalidad cultural del 2000 apelan al alma de una ciudad, pero tropiezan con su proyecci¨®n de avaricias presupuestarias y de conspiraciones diplom¨¢ticas. "Bruselas aparece citada en m¨¢s ocasiones en las televisiones que la propia Washington, pero siempre como lugar de toma de decisiones y no como centro cultural y espacio urbano". De esta forma se lamentaba el pasado mi¨¦rcoles Fran?ois Xavier de Donnea, el alcalde bruselense, durante una cena en el impresionante edificio del Ayuntamiento para presentar los fastos del a?o 2000.
Multiculturalidad
Al hilo del lema de reinventar la ciudad, los organizadores van a hacer especial hincapi¨¦ en la multiculturalidad de una urbe donde conviven todo tipo de eurobur¨®cratas, periodistas y diplom¨¢ticos, de una parte, con africanos de las antiguas colonias belgas, con trabajadores magreb¨ªes emigrantes o con todo tipo de turistas que, por una u otra raz¨®n, han de desfilar por Bruselas.
Con un presupuesto de 1.200 millones de francos belgas (unos 5.000 millones de pesetas), procedentes del sector p¨²blico y de la iniciativa privada, Bruselas 2000 tambi¨¦n dedicar¨¢ especial atenci¨®n a la fotograf¨ªa, las artes pl¨¢sticas, la m¨²sica y el teatro, en una programaci¨®n que incluir¨¢ unos 300 actos culturales repartidos en 35 festivales distintos. Dos nombres espa?oles figuran en la cartelera: el grupo teatral catal¨¢n La Fura dels Baus y el arquitecto Rafael Moneo.
Pero en una B¨¦lgica tan dividida entre flamencos, de idioma neerland¨¦s, y valones franc¨®fonos, la capitalidad cultural de Bruselas persigue mostrar que el pa¨ªs es algo m¨¢s que la Grand Place o la sede de la OTAN. "Los espa?oles reducen B¨¦lgica a la plaza, el Atomium, el chocolate y las instituciones europeas", comentan los responsables de la oficina de turismo de Flandes en Espa?a. "Pocos se aventuran", a?aden, "a descubrir ciudades tan encantadoras y atractivas como Brujas, Gante o Amberes". En cualquier caso, todos se empe?ar¨¢n en demostrar en el a?o 2000 que Bruselas no es una ciudad tan aburrida como parece.
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