El Plan Nacional de Residuos plantea reducir un 6% la basura dom¨¦stica para el a?o 2005

A las bolsas de basura dom¨¦stica les van a limitar la talla. No van a aumentar de tama?o. Cada espa?ol genera al d¨ªa 1,2 kilos de desechos, seg¨²n estimaciones optimistas del Ministerio de Medio Ambiente. Con el Plan Nacional de Residuos, cuya aprobaci¨®n est¨¢ prevista para antes de fin de a?o, esa cantidad se ver¨¢ reducida un 6% para el 2005. No porque lo diga el Gobierno. Lo impone la Uni¨®n Europea, que ha denunciado a Espa?a ante el Tribunal de Luxemburgo por carecer de una estrategia nacional para reducir la producci¨®n de basuras y clausurar los vertederos incontrolados.

A muchos espa?oles veteranos el salto entre tirar la basura por el barranco o depositarla en bolsas separadas para su recogida selectiva les parecer¨¢ un sue?o o un incordio. Pero no les va a quedar ninguna alternativa para el retroceso al pasado.La generaci¨®n de basuras dom¨¦sticas ha sido tan fuerte como el desarrollo econ¨®mico. Expertos en residuos calculan que en los ¨²ltimos a?os el desarrollo ha producido un incremento del 3% anual en Espa?a, cuando los objetivos de la Uni¨®n Europea plantean reducirlos.

La ¨²ltima iniciativa para intentar cumplir esos objetivos es el Plan Nacional de Residuos que el Ministerio de Medio Ambiente discute en estos momentos con los sectores afectados, confiado en que pueda estar aprobado antes del 2000.

Aunque lleva un a?o de retraso sobre el calendario previsto por el actual Gobierno, a nadie le extra?a. Cuando Isabel Tocino accedi¨® al departamento ya se encontr¨® con un borrador que hab¨ªa preparado Cristina Narbona en 1989, cuando era secretaria de Estado de Medio Ambiente con el PSOE.

Sellar vertederos

Sobre las 17.175.186 toneladas que anualmente se generan en Espa?a, el plan no s¨®lo se plantea reducir esa cantidad en un 6% para el a?o 2005. Propone objetivos extraordinariamente ambiciosos, seg¨²n reconocen el propio ministerio y expertos del sector, como reducir en al menos un 45% el volumen de residuos que van a los vertederos, reciclar el 50% de los envases usados, convertir en compostaje para su uso como abono en la agricultura el 50% de la materia org¨¢nica que se deposita en la basura dom¨¦stica, sellar todos los vertederos incontrolados e implantar un contenedor de recogida selectiva de vidrio, papel y envases por cada 500 habitantes, de manera que el 75% de toda la poblaci¨®n espa?ola disponga en el a?o 2005 de recipientes para separar en origen los residuos de m¨¢s sencillo reciclado o tratamiento para su uso como materiales intermedios en la fabricaci¨®n de otros productos (valorizaci¨®n).

Como el propio ministerio reconoce, la desventaja del plan es que parte de unos datos poco fiables, escasamente veros¨ªmiles. Todas las cifras que maneja son redondeos de la documentaci¨®n que le han remitido las comunidades aut¨®nomas.

Xavier Garmendia, viceconsejero de Medio Ambiente del Pa¨ªs Vasco entre 1991 y 1995 y autor del plan de residuos de la Diputaci¨®n de Vizcaya, uno de los m¨¢s ambiciosos de Espa?a, dice que hacer un plan con datos que no responden a la realidad resulta complicado: "Es la asignatura pendiente de la gesti¨®n de los residuos en todo el mundo". En relaci¨®n al plan afirma que no distingue entre los residuos propiamente dom¨¦sticos y los que generan los comercios, oficinas y restaurantes: "Todos se meten en el mismo saco. Todos van al vertedero, cuando las basuras de las oficinas, por ejemplo, se podr¨ªan reciclar mucho m¨¢s".

El consultor vasco considera que sus metas son demasiado exigentes, como optimistas las cifras sobre el porcentaje de basura que se reciclar¨¢ en una primera fase. "En Vizcaya nos planteamos alcanzar un 18% y el ministerio propone un 25%, es demasiado", a?ade.

Lo mismo opina Carlos Mart¨ªnez Ordago, director del Club Espa?ol de Residuos, quien insiste en la escasa fiabilidad de las cifras de partida. "Trabajamos con datos desconocidos. Ning¨²n pa¨ªs los tiene homologados. Es un problema com¨²n en toda Europa que se quiere solventar con un reglamento".

Para Mart¨ªnez Ordago, muy interesado en la cr¨ªtica situaci¨®n de los vertederos espa?oles, pensar que se van a sellar los 3.700 vertederos incontrolados y crear alrededor de 200 con arreglo a las normas que exige una directiva europea de reciente aprobaci¨®n es un objetivo aproximado a la fantas¨ªa. "La construcci¨®n de nuevos vertederos se est¨¢ convirtiendo en una epopeya, toda vez que se piden unos precios por los terrenos superiores a los que se solicitar¨ªan para instalar un campo de golf. Alcanzan cifras desorbitadas", afirma. Seg¨²n Mart¨ªnez, la empresa Urbaser, filial de Dragados y una de las m¨¢s importantes en el tratamiento de residuos en Espa?a, acaba de pagar 1.500 millones de pesetas por 60 hect¨¢reas con esa finalidad.

Adem¨¢s del precio excesivo, los proyectos de nuevos vertederos con arreglo a las severas medidas de seguridad que exige la directiva europea, tienen una enorme contestaci¨®n social. Nadie quiere tenerlos cerca. Ese sentimiento contrasta con la escasa sensibilidad social hacia el tratamiento de los residuos. El redactor del borrador del Plan Nacional de Residuos desliza en varias ocasiones abundantes quejas como "la fuerte oposici¨®n social a cualquier iniciativa tendente a la construcci¨®n de infraestructuras o instalaciones para la gesti¨®n de los residuos y el escaso conocimiento sobre la materia a nivel ciudadano. Existe una enorme desproporci¨®n entre la gravedad objetiva del problema de los residuos (muy grave) y la percepci¨®n social de esa gravedad (m¨¢s bien escasa)".

Inventario p¨²blico

Tan grande es esa desproporci¨®n que casi todos los programas prev¨¦n partidas para campa?as de divulgaci¨®n y publicidad sobre los residuos y su adecuado tratamiento. Uno de ellos ser¨¢ la creaci¨®n de un inventario (como ya existe en Estados Unidos), un banco de datos y un sistema de informaci¨®n nacional sobre generaci¨®n y gesti¨®n de residuos urbanos de libre acceso al p¨²blico.

Mientras el ministerio recaba la colaboraci¨®n social porque sin ella el plan har¨ªa aguas, los expertos advierten que es m¨¢s importante la voluntad pol¨ªtica de sacar el plan adelante. "Es fundamental que exista un esfuerzo pol¨ªtico muy fuerte", apunta Garmendia. "Hay que tener en cuenta que el cumplimiento de sus objetivos recae en las comunidades aut¨®nomas y los ayuntamientos, de manera que se requiere una colaboraci¨®n profunda entre todas las administraciones", a?ade, tras poner de ejemplo el plan estrat¨¦gico de tratamiento de suelos que negoci¨® Narbona con las autonom¨ªas.

El borrador del plan valora su ejecuci¨®n en m¨¢s de medio bill¨®n de pesetas (551.447 millones), pero las tres p¨¢ginas donde se explica c¨®mo y qui¨¦n lo financiar¨¢ est¨¢n ausentes en el documento entregado para su discusi¨®n. Ser¨¢ motivo de debate en la pr¨®xima conferencia sectorial del ministerio con las comunidades aut¨®nomas.