MIGUEL ZUGAZA DIRECTOR DEL MUSEO DE BELLAS ARTES "Mi intenci¨®n es que el museo deje de dar la espalda al ciudadano"
"Lo tiene todo para triunfar", dicen: carrera espec¨ªfica (licenciado en Historia del Arte); formaci¨®n cultural y art¨ªstica pura, viva y natural, desde ni?o, con sus padres; colocaci¨®n desde abajo (desde la empresa cultural y los s¨®tanos de los museos y de los estudios de los artistas); tradicional constancia en el trabajo; una presencia "guapa", y un car¨¢cter "sereno y bonach¨®n, que rezuma sosiego y tranquilidad". Si a eso se le a?ade su buena relaci¨®n con instituciones y su conocimiento de la pir¨¢mide de la gesti¨®n desde la base y la curiosidad, as¨ª como la experiencia de estar donde se debe estar (lo m¨¢s arriba y lo m¨¢s abajo), heredada principalmente de su padre, se puede entender la carrera ascendente que ha emprendido este durangu¨¦s de 34 a?os. Miguel Zugaza, director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, es un profesional que cae bien y hace las cosas mejor, que ha aparecido en los momentos oportunos, incluida la experiencia cultural desde la empresa de servicios, su paso por el museo de Bilbao como "aprendiz" y en el Reina Sof¨ªa, como subdirector. Y todo eso se lo ha labrado en un momento en que se est¨¢ apostando por conjugar la tradici¨®n con la contemporaneidad, la base con la altura. Visto desde esa perspectiva, se entiende perfectamente que Miguel Zugaza sea ya un director poco discutido y admirado. ?l asegura que sigue sosteni¨¦ndose en cuatro pilares: historia y patrimonio, creaci¨®n, investigaci¨®n y gesti¨®n. Si se examina su trayectoria sorprende su habilidad para aprender y aprovechar de todo lo que aprend¨ªa. Por ejemplo, su conocimiento en vivo del arte y de los artistas vascos, que es donde un museo como el de Bilbao se ha singularizado frente a otros museos, incluido el Prado. Otro ejemplo, su tesis doctoral, La gesti¨®n del patrimonio hist¨®rico-art¨ªstico de Vizcaya, que le sirvi¨® para llenarse de conocimientos respecto a la gesti¨®n y el valor del patrimonio en el siglo XIX, as¨ª como el nacimiento de grandes colecciones particulares y su donaci¨®n a la pinacoteca de la que ahora es director. Su tesis termina precisamente con la inauguraci¨®n de este museo. Pregunta. ?Ejerci¨® una funci¨®n especial en su carrera el conocimiento de este museo? Respuesta. Pues s¨ª, por lo rico y variado de toda su colecci¨®n. A m¨ª me gustar¨ªa convencer a la gente de que ¨¦ste es un museo extraordinario para educarte en la mirada, para apreciar y sentir la obra de arte, porque es un museo de marcado car¨¢cter did¨¢ctico, con una proyecci¨®n muy longeva y variada, que te permite conocer obras del pasado y llegar casi a las ¨²ltimas tendencias. P. Una de las grandes virtudes que se le se?ala es que ha sabido aprovechar, en favor de este museo, el efecto Guggenheim. R. Todos estamos comprometidos con esta apuesta. El Guggenheim es beneficioso tambi¨¦n para este museo. Bernardo Atxaga me regal¨® una met¨¢fora: si el Guggenheim es una nueva catedral del arte, este museo es el viejo y renovado edificio del baptisterio, el sitio donde se mejora y se perfecciona esa otra visita, donde se siente el arte de siglos. P. ?Qu¨¦ porcentaje de esos visitantes que vienen para el Guggenheim hacen lo propio con este museo; qu¨¦ supone esto? R. Aproximadamente entre un 10 y un 15%, lo que supone no s¨®lo un crecimiento cuantitativo de visitantes en nuestro museo, sino tambi¨¦n, y sobre todo, cualitativo. Los que ven los dos son los que est¨¢n m¨¢s interesados por el arte, los m¨¢s aficionados y/o profesionales. Y esos visitantes se sorprenden de lo que atesora este museo. P. ?Cu¨¢l es su ideal de una pinacoteca? R. Un museo, fundamentalmente, es una colecci¨®n que se muestra al p¨²blico, y el ideal es conseguir que ese camino no se detenga, que esa colecci¨®n sea cada vez m¨¢s rica, m¨¢s bella, e introducir nuevos elementos que sirvan para elevar el inter¨¦s de calidad de lo que se muestra y hacerlo con el mejor servicio al p¨²blico. La ruina ser¨ªa pensar que esa colecci¨®n ya est¨¢ cerrada, que no se puede incorporar m¨¢s obra, e incluso mejor, y que no se puede mejorar la atenci¨®n al p¨²blico. P. Sorprende que en este museo algunos de sus visitantes encuentran otros valores adem¨¢s del de bellas artes. Un ejemplo puede ser el del soci¨®logo M. Alain de Vulpian, que escrib¨ªa: "En este museo he franqueado ocho siglos de pintura, y en los 50 cuadros contemplados he visto la huella de la evoluci¨®n del vestido en Europa, y las huellas para un soci¨®logo son algo maravilloso". ?Qu¨¦ significa esto? R. En primero lugar, significa que este museo guarda muchas sorpresas. Para una mirada curiosa, siempre sorprende. Me recuerda lo que me dijo Chillida, que una forma de leer la colecci¨®n de este museo es a trav¨¦s de los pliegues, esos pliegues que tanto han influido en la escultura de Julio Gonz¨¢lez que ahora exponemos, y en otros, incluido el propio Chillida. Y esto viene a demostrar que probablemente lo m¨¢s importante es el visitante individual. Muchas veces nos obsesionamos con el p¨²blico y nos olvidamos del visitante solitario, que es el que tiene la visi¨®n m¨¢s atenta, la m¨¢s sorprendente y rica. Adem¨¢s, en nuestro caso, este museo mantiene esta dimensi¨®n de lo privado de la que naci¨® -el edificio es en s¨ª mismo una especie de palacete con espacios individualizados, como si fueran habitaciones particulares- y esto anima al espectador individual y le permite sacar un partido diferente y propio. P. ?Cu¨¢l es el futuro de este museo; en qu¨¦ ha de cambiar?. R. Lo que se ha pretendido con las obras que ahora realizamos no es poner el ¨¦nfasis en un gran proyecto arquitect¨®nico, sino en mejorar nuestras instalaciones para que cuando el visitante se encuentre en el museo est¨¦ como en cualquier otro de los mejores del mundo, no s¨®lo por lo que est¨¢ viendo sino por lo que est¨¢ recibiendo de atenci¨®n y servicio. Adem¨¢s, hemos pretendido, es mi intenci¨®n, que el museo deje de dar la espalda al ciudadano, que tenga mejor relaci¨®n con la ciudadan¨ªa. Estaba lejano, distante, y ahora se pretende integrarlo m¨¢s y que contibuya a apostar por nuestro futuro en la nueva oferta de calidad cultural.
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