ARTE Y PARTE Patria humana ORIOL BOHIGAS
La publicaci¨®n de textos de calidad te¨®rica que acrediten la capacidad de nuestros pol¨ªticos no es, desgraciadamente, demasiado habitual. Sus escasos escritos suelen ser simples s¨ªntesis apresuradas de los gestos mitineros o, en el mejor de los casos, de los informes sectoriales de gobierno o de partido. Estamos lejos de los tiempos de Prat de la Riba, o de Rovira i Virgili, cuando los l¨ªderes ofrec¨ªan unas bases te¨®ricas que explicaban el presente y el futuro. Por esto hay que celebrar la publicaci¨®n del ¨²ltimo libro de Raimon Obiols, Patria Humana. Globalizaci¨®n y socialismo en el Siglo XXI y hay que recomendar su lectura, sobre todo a los mismos pol¨ªticos, la mayor parte de los cuales o no se han enterado o no han situado todav¨ªa su extraordinario contenido. Aunque su t¨ªtulo -Patria Humana- es desafortunado por unas connotaciones que parecen situarlo entre Mounier y Josep Maria Ballar¨ªn, su subt¨ªtulo define mejor el contenido y la intenci¨®n. Se trata de explicar el auge y el declive del neoliberalismo y la g¨¦nesis de una nueva alternativa socialista, todo ello con una precisi¨®n descriptiva y documental ins¨®lita en nuestros textos. La superabundancia de citas que podr¨ªa entorpecer la fluidez de lectura es, en cambio, uno de sus aspectos positivos porque permite al lector ponerse al d¨ªa de toda la literatura pol¨ªtica reciente que en su mayor parte no hab¨ªa llegado hasta nosotros tan bien seleccionada. Aconsejar¨ªa empezar la lectura del libro por el ¨²ltimo cap¨ªtulo de la primera parte, titulado, precisamente, "Auge y declive del neoliberalismo", en el que se describe c¨®mo los grandes grupos econ¨®micos se propusieron subvencionar a un sector de t¨¦cnicos e intelectuales para que se apartaran de sus tendencias socialdemocr¨¢ticas e inventaran una nueva ideolog¨ªa del liberalismo y de la eficacia universal del mercado, convencidos de que no conquistar¨ªan el imperio econ¨®mico si no lo vest¨ªan de un "pensamiento" y hasta de una ideolog¨ªa global. Obiols explica con cierto detalle la trascendental reuni¨®n en el Hotel du Parc de Mont P¨¦l¨¦rin en Suiza (abril de 1947) de un grupo de 39 intelectuales a invitaci¨®n de Friedrich A. Hayek que ya hab¨ªa publicado su libro The Road to Serfdom, convertido muy pronto en la biblia obligatoria para todo el equipo pol¨ªtico de Margaret Thatcher. Todos los europeos convocados eran -o hab¨ªa que convertirlos en- adversarios del Estado Social impulsado por la socialdemocracia y los estadounidenses eran claros opositores del New Deal rooseveltiano. "Al t¨¦rmino del encuentro se constituy¨® la Sociedad Mont P¨¦l¨¦rin con el objetivo de desarrollar los fundamentos te¨®ricos y program¨¢ticos del neoliberalismo, promocionar las ideas neoliberales, combatir el activismo econ¨®mico gubernamental, el keynesianismo y el Estado de bienestar, y lograr una reacci¨®n favorable a un capitalismo libre de trabas sociales y pol¨ªticas". Y lo lograron: la Sociedad Mont P¨¦l¨¦rin -amparada en una eficaz opacidad estrat¨¦gica- ha sido al think tank m¨¢s influyente de la segunda mitad de este siglo. Hayek obtuvo el premio Nobel en 1974. Y para entender las intenciones m¨¢s radicales de este grupo conviene releer ahora su libro -traducido al espa?ol con el t¨ªtulo de Camino de servidumbre- donde se acumulan afirmaciones que los ¨²ltimos neoliberales quiz¨¢ ya no se atrever¨ªan a defender: la necesidad de una desigualdad econ¨®mica y sexual, el imperativo moral del mercado o la consideraci¨®n de la socialdemocracia como una base del totalitarismo nazi. Para Hayek, "el valor ¨²ltimo es la libertad y no la democracia". Obiols explica muy bien los distintos ciclos de la implantaci¨®n del neoliberalismo: una batalla ideol¨®gica hasta la crisis de 1973-1974 en que se pone en marcha su nuevo paradigma econ¨®mico, la gran ofensiva pol¨ªtica protagonizada por Thatcher y Reagan a partir de 1979, la implantaci¨®n del "pensamiento ¨²nico"-la muerte de la Pol¨ªtica y el final de la Historia- y el mito de la globalizaci¨®n; hasta que en 1997, la crisis asi¨¢tica iniciar¨ªa el fin del Long Boom de 20 a?os de econom¨ªa pr¨®spera. Tailandia, Indonesia, todo el ¨¢mbito oriental entra en debacle hasta que en el verano de 1998 estalla la crisis rusa que tiene largas e intensas consecuencias. Los primeros cap¨ªtulos del libro est¨¢n dedicados a estas rupturas y a los cambios pol¨ªticos hacia la izquierda que se insin¨²an en Europa y en Am¨¦rica, con una fr¨ªa precisi¨®n pero con un tono literario que los convierte en una apasionante novela hist¨®rica, en una lectura absorbente y divertida. La crisis del neoliberalismo queda definida y los problemas de futuro, diagnosticados. A estos problemas y a sus soluciones Obiols dedica la segunda parte del libro: la g¨¦nesis de una alternativa socialista. Se me hace dif¨ªcil comentar con brevedad esa segunda parte, quiz¨¢ porque las soluciones realmente alternativas no pueden ofrecer radicalidades demasiado definibles. Hay que leerlas directamente y dejarse llevar por las reflexiones que las mismas p¨¢ginas sugieren. Por ejemplo, los comentarios sobre la Tercera V¨ªa como afirmaci¨®n americanizante de un centro izquierda son muy abiertos y dejan entrever las ambig¨¹edades artificiosas del libro de Giddens, un libro que, a pesar de sus m¨²ltiples traducciones, est¨¢ calando muy d¨¦bilmente en la opini¨®n p¨²blica. Pero, por otro lado, los problemas y las perspectivas quedan muy definidos en las mismas contradicciones entre socialismo, democracia y mercado. Incluso, entre l¨ªneas, se adivina un problema que nadie se atreve a manifestar rotundamente: ?el neocapitalismo no ser¨¢ una consecuencia ineludible de la democracia partidista tal como hoy se practica? ?No habr¨¢ que empezar a cuestionar esa democracia si queremos superar la situaci¨®n social y econ¨®mica a que estamos abocados? De momento, habr¨¢ que aceptar la frase de McGeorge Bundy, citada por Obiols en referencia al futuro: "Gray is the Color of Truth". Sea gris o de colores menos neutros, el pr¨®ximo futuro no puede ser sino una profunda correcci¨®n del neoliberalismo y de las excusas falsamente democr¨¢ticas que lo apoyan.
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