Buenos Aires me mata (y Valencia tambi¨¦n)
Vuelvo de la Argentina, esta vez un poco deprimido, mayormente porque la situaci¨®n all¨¢ est¨¢ algo enrarecida. No es s¨®lo que el pa¨ªs est¨¢ paralizado por la campa?a electoral, largu¨ªsima, es que tampoco la econom¨ªa anda bien: el PIB caer¨¢ este a?o nada menos que el 5% y las exportaciones est¨¢n bajo m¨ªnimos aplastadas bajo el peso de la fuerte devaluaci¨®n del real brasile?o, el gigante del Mercosur, y la inamovible paridad de la moneda nacional con el d¨®lar que Cavallo aplic¨® por ley en el 91. Pero adem¨¢s, Menem, que quer¨ªa sucederse a s¨ª mismo y las leyes no se lo permiten, anda como enloquecido pele¨¢ndose con todo el mundo: en primer lugar con los suyos, o sea con Duhalde, el candidato de su partido, que aspira a sucederle, y su segundo, Palito Ortega (?recuerdan?), tambi¨¦n con Cavallo, que ya no es suyo pero lo fue; adem¨¢s, ha iniciado una guerra comercial de dif¨ªcil salida con Brasil y un conflicto diplom¨¢tico de alcance con su otro socio, Paraguay, al negarse a extraditar al general golpista Lino Oviedo que el gobierno de este pa¨ªs reclama y que ahora debe estar viajando a la Patagonia que es adonde lo ha enviado Menem. As¨ª las cosas, un alto cargo paraguayo le ha llamado "sinverg¨¹enza" (a Menem) y entonces ¨¦ste ha exigido disculpas porque "es una afrenta a la dignidad nacional de la Rep¨²blica Argentina" y todo eso. Para m¨¢s inri, como tambi¨¦n est¨¢ peleado con las autoridades de la ciudad de Buenos Aires y ¨¦stas se niegan a aceptar la instalaci¨®n de casinos de juego en su territorio, dicta un decreto-ley de urgencia para que uno de ellos se instale en las aguas del R¨ªo de la Plata, fuera de la jurisdicci¨®n bonaerense. Por su parte, el gobernador de Tucum¨¢n, Buso, otro que tal, no paga los salarios a los funcionarios y, claro, le queman la casa de gobierno. Entre tanto el ciudadano argentino asiste perplejo, y en directo por la televisi¨®n, al asalto de un banco en Villa Ramallo en el que finalmente mueren dos rehenes acribillados por la polic¨ªa (hab¨ªa cuatro organizaciones distintas de ¨¦sta en los alrededores con sus respectivos mandos y un juez que daba la impresi¨®n de que pasaba por all¨ª) sin que todav¨ªa sepamos qui¨¦n y por qu¨¦ dio la orden de disparar al veh¨ªculo en el que ¨¦stos iban junto a sus secuestradores. Si a?adimos a todo esto la creciente sensaci¨®n de inseguridad que se percibe en un pa¨ªs que no se caracterizaba en los ¨²ltimos a?os precisamente por ello, tal vez pueda explicarse, exagerando un poco, que el River Plate perdiera la copa del Mercosur, que gan¨® un equipo brasile?o, y que Palermo, la estrella del Boca, haya sido expulsado dos veces de la cancha porque tiene los nervios de punta (?como los va a tener!). Incluso he llegado a pensar que la mala racha del Valencia C.F tal vez tenga algo que ver con todo ello porque no creo que H¨¦ctor C¨²per y el Piojo L¨®pez est¨¦n para bromas en estos momentos. En fin, que, como dec¨ªa, llego al aeropuerto algo entristecido (es sabido que me siento argentino de adopci¨®n y me afecta lo que all¨ª sucede), aunque aliviado en parte por regresar a la tranquilidad del hogar y a la madurez democr¨¢tica, cuando me encuentro, ay, con el tremendo quilombo del PSPV en la primera p¨¢gina de todos los peri¨®dicos, y, cr¨¦anme, me han dado ganas de volver a Ezeiza. No lo he hecho porque mi cuenta corriente est¨¢ exhausta, pero a cambio he decidido, en se?al de protesta, no luchar contra el jet lag, talmente como si siguiera en Buenos Aires, de modo que me he encerrado en mi habitaci¨®n, s¨®lo, fan¨¦ y totalmente descangallado; duermo durante el d¨ªa, me alimento a deshoras, y no pienso salir hasta que las cosas mejoren. Porque, adem¨¢s, y por si esto fuera poco, me informan que el diario decano, ¨²nica referencia de identidad permanente que nos quedaba, la aut¨¦ntica luz que guiaba a nuestros pol¨ªticos, ya no es lo que era (?y todo ello en s¨®lo diez dias que he estado fuera!). Me creer¨¢n si les digo que en esta deprimente tesitura el ¨²nico halo de esperanza que vislumbre en el horizonte se esconda, como casi siempre, tras las sabias palabras de un cl¨¢sico: "Cuando m¨¢s grande es el caos, m¨¢s pr¨®xima est¨¢ la soluci¨®n". Lo dec¨ªa Mao Ts¨¦ Tung y por esta vez creo que acert¨®. Al menos eso espero.
Andr¨¦s Garc¨ªa Reche es profesor titular de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Valencia.
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