Duras cr¨ªticas de la patronal a Jospin por sus medidas contra los despidos
Con su discurso del pasado lunes en Estrasburgo, donde despleg¨® una bater¨ªa de medidas contra los despidos econ¨®micamente injustificados y el abuso del empleo precario, el primer ministro franc¨¦s, Lionel Jospin, parece haber recuperado plenamente su cr¨¦dito en el campo de la izquierda. Sin llegar a recabar la unanimidad general -"Un esfuerzo m¨¢s camarada", reclamaba ayer, ret¨®ricamente, el diario comunista L?Humanit¨¦-, el jefe del Gobierno franc¨¦s parece haber conjurado el riesgo de revuelta en la "izquierda plural" y frenado la ofensiva movilizadora del PCF. A cambio, la intervenci¨®n de Jospin ha activado los reflejos cr¨ªticos de la derecha y agitado las ya convulsas aguas de la patronal en v¨ªsperas de las gran movilizaci¨®n contra la semana de 35 horas que prepara la organizaci¨®n empresarial, Medef. "Somos una de las ¨²ltimas democracias en las que se hace pol¨ªtica a costa de las empresas", denunci¨® ayer el vicepresidente de Medef, Denis Kessler, entre descalificaciones al "socialismo de Estado" y al "incre¨ªble aumento del estatalismo".A juicio del dirigente de Medef, "las empresas francesas se han convertido en v¨ªctimas propiciatorias de los debates pol¨ªticos internos de la mayor¨ªa". Aunque la organizaci¨®n patronal se abstiene de criticar a Michelin, parece claro, visto el desenlace, que el empresariado franc¨¦s tiene poco que agradecer a la multinacional del neum¨¢tico, cuyo anuncio simult¨¢neo de 7.500 despidos y sustanciosos beneficios ha sido el detonante del esc¨¢ndalo social y la reacci¨®n del Ejecutivo. [En Espa?a, el PSOE ha presentado una moci¨®n en las Cortes de Castilla y Le¨®n para apoyar el mantenimiento del empleo en Michelin].
Jospin, forzado por la necesidad de deshacer la imagen de impotencia gubernamental, acu?ada con anterioridad frente a la decisi¨®n de la multinacional Michelin de eliminar 7.500 empleos, ha acentuado el tono intervencionista de su mandato. "El Gobierno vigilar¨¢ para que los fondos p¨²blicos no puedan ser concedidos a las empresas que supriman empleos cuando disfrutan de beneficios", dijo, antes de indicar que el comportamiento de las empresas en materia de despidos ser¨¢ tenido en cuenta a la hora de establecer las cotizaciones.
Medidas contra los abusos
El prop¨®sito regulador, su voluntad de combatir los excesos del capitalismo actual, qued¨® igualmente subrayado en el anuncio de que el recurso abusivo al empleo precario ser¨¢ penalizado pr¨®ximamente por ley. Con su discurso, en el que anunci¨® igualmente la cancelaci¨®n de las deudas fiscales contra¨ªdas por unos 230.000 parados, Jospin quiso, sin duda, asegurarse de que nadie en la mayor¨ªa plural pueda negarle con fundamento su pertenencia a la izquierda pol¨ªtica.
Adem¨¢s del cat¨¢logo de actuaciones contra las "malas empresas", el jefe del Gobierno franc¨¦s dio cuenta de la intenci¨®n de su Gabinete de reforzar los fondos de reserva de las jubilaciones con una nueva partida de 15.000 millones de francos (375.000 millones de pesetas) y de aumentar los presupuestos de solidaridad a los barrios m¨¢s desfavorecidos.
Con todo, lo significativo de la intervenci¨®n de Jospin estuvo en su discurso pol¨ªtico, bien diferente, diametralmente opuesto, incluso, al que mantuvo el pasado d¨ªa 13 en la televisi¨®n y que introdujo el desconcierto en la "izquierda plural". Frente a las declaraciones de entonces: "El Estado no lo puede todo", "No es por la ley o por los textos como conseguiremos regular la econom¨ªa", Jospin recuper¨® el tono voluntarioso: "La mundializaci¨®n no vuelve a los Estados impotentes", "El Estado debe dotarse de nuevos instrumentos de regulaci¨®n adaptados a la realidad del capitalismo actual", "La regulaci¨®n consiste en definir las reglas de juego, en luchar contra la competencia desleal, en organizar las ayudas".
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