Las Cortes deber¨¢n ratificar el estatuto de la OTAN en Espa?a

Desde la matriculaci¨®n de los veh¨ªculos hasta la exenci¨®n del IVA en las compras, todos los aspectos que regulan el funcionamiento del Cuartel General de la OTAN en Espa?a -que hoy ser¨¢ inaugurado oficialmente por el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y el secretario general de la Alianza Atl¨¢ntica, Javier Solana- quedar¨¢n recogidos en un acuerdo que deber¨¢n ratificar las Cortes, al tener rango de tratado internacional.

El acuerdo que regular¨¢ el estatuto del personal y del propio cuartel ser¨¢ similar, en muchos aspectos, al convenio con Estados Unidos, pues ambos se basan en el Estatuto de Fuerzas (1951) y el Protocolo de Par¨ªs (1952), dos tratados que dan cobertura legal a la presencia de tropas aliadas en otros pa¨ªses de la OTAN.El convenio est¨¢ pendiente de su aprobaci¨®n por el Consejo de Ministros y entrar¨¢ en vigor cuando lo firmen el jefe del Estado Mayor de la Defensa espa?ol, Santiago Valderas, y el Comandante Supremo Aliado para Europa, el norteamericano Wesley Clark. Despu¨¦s, deber¨¢ ratificarlo el Parlamento, que tendr¨¢ as¨ª oportunidad de pronunciarse sobre el resultado del proceso de integraci¨®n de Espa?a en la estructura militar.

A falta de este convenio, el Mando Subregional Conjunto del Suroeste (JSRCSW, seg¨²n sus siglas en ingl¨¦s) se activ¨® el pasado 1 de septiembre, con la nueva estructura de mandos. Est¨¢ previsto que alcance su capacidad operativa inicial el pr¨®ximo 1 de marzo, cuando est¨¦ en funcionamiento el Centro de Operaciones Conjunto y los Sistemas de Informaci¨®n y Comunicaci¨®n y se cubra el 75% de la plantilla, que forman 313 personas, 274 militares y 39 civiles. El 46% ser¨¢n espa?oles y el resto, de diez pa¨ªses aliados, destacando por su n¨²mero los estadounidenses (50), italianos (35), alemanes (21) y brit¨¢nicos (15).

El pleno funcionamiento no se alcanzar¨¢ hasta marzo del 2003, una vez que se haya construido su nueva sede, a 800 metros de las actuales instalaciones, en cuyas obras se invertir¨¢n 5.000 millones de pesetas, as¨ª como otros 1.200 para comunicaciones. Su coste se sufragar¨¢ con cargo a los fondos comunes de la OTAN, igual que los gastos de funcionamiento, estimados en 1.000 millones anuales.

Para adecuar la sede provisional, en el antiguo cuartel de la Unidad de Sanidad del Ej¨¦rcito, en Retamares (Madrid), Espa?a adelant¨® casi 1.400 millones, de los que la OTAN ha devuelto ya 300. La mayor parte de la inversi¨®n, unos 1.000 millones gastados en equipos inform¨¢ticos y de comunicaci¨®n, se aprovechar¨¢ para el cuartel definitivo.

El acto de hoy tiene car¨¢cter protocolario. La bandera espa?ola ser¨¢ arriada, como s¨ªmbolo de la cesi¨®n de las instalaciones y, a continuaci¨®n, se izar¨¢ la de la OTAN y tomar¨¢ posesi¨®n oficial de su cargo el primer jefe del mando, el espa?ol Juan Narro.

Problemas de protocolo

La organizaci¨®n de la ceremonia ha estado rodeada de problemas de protocolo, dada la presencia de numerosas personalidades: por parte espa?ola, el presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el ministro Eduardo Serra y el teniente general Valderas.; y por la OTAN, el secretario general, Javier Solana -que acude a su ¨²ltima ceremonia oficial antes de dejar el cargo, el 6 de octubre, para convertirse en el primer representante de la pol¨ªtica Exterior y de Seguridad de la UE-, el general Clark, y el jefe del Mando Sur, con sede en N¨¢poles, el almirante norteamericano James Ellis.

Tanto Espa?a como la OTAN se disputaban el papel de anfitri¨®n del acto, por lo que se opt¨® por una soluci¨®n salom¨®nica: las invitaciones las firman el general Valderas y el jefe del Comit¨¦ Militar, el italiano Guido Venturoni; y la ceremonia ser¨¢ copresidida por Aznar y Solana.

Al haberse creado de nueva planta -al contrario que los otros mandos de la OTAN, salvo el de Larissa (Grecia)- el cuartel de Retamares es plenamente multinacional: el n¨²mero dos de Narro es un general portugu¨¦s, Sebastiao Monteiro; su jefe de Estado Mayor, un italiano, Giancarlo Pascarelli, y el jefe de la Divisi¨®n de Operaciones, un alem¨¢n, Justus Gr?bner.

Pese a su nombre, est¨¢ mucho menos claro el car¨¢cter conjunto del cuartel: los cuatro generales citados pertenecen al Ej¨¦rcito de Tierra, al igual que tres de cada cinco oficiales.

Este desequilibrio puede tener consecuencias. Aunque se ha sugerido lo contrario, incluso por responsables oficiales, dirigir el control del estrecho de Gibraltar no es una competencia del mando de Retamares, sino del de N¨¢poles. Al primero s¨®lo se le reconoce la misi¨®n de "contribuir" a dicho control. La posibilidad de asumirlo en exclusiva, o dirigirlo, parece m¨¢s remota con un mando predominantemente terrestre, ya que el control del Estrecho es, sobre todo, una operaci¨®n aeronaval.