Promesas electorales
En su visita anual a la madrile?a plaza del Dos de Mayo, el excelent¨ªsimo alcalde de Madrid contempla una plaza virtual que nada tiene que ver con la realidad. Cinco d¨ªas antes de su llegada, brigadas de limpieza y de agentes policiales se la dejan a su gusto.Cansados de que sus hijos jugaran en condiciones relativamente higi¨¦nicas s¨®lo cuando don Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano visitaba el barrio, las madres y padres de la plaza del Dos de Mayo -promotores de la bandera azul en los parques infantiles espa?oles- iniciaron hace tres a?os una serie de movilizaciones que fueron obteniendo sus frutos a medida que se acercaban los comicios municipales.
En efecto, la concejal de Centro, do?a Mar¨ªa Antonia Su¨¢rez, se aprest¨® a prometer p¨²blicamente una serie de mejoras para los peque?os. Por desgracia, esta hada madrina se olvid¨® de avisarles que la mitad de las concesiones desaparecer¨ªan dos meses despu¨¦s de las elecciones.
Ni?os y padres contemplan ahora con asombro la retirada de los urinarios que se colocaban durante los fines de semana para que los j¨®venes que visitan la plaza no mojaran la arena en la que juegan los peque?ines con sus cubitos. Tambi¨¦n ha desaparecido por arte de magia la vigilancia que imped¨ªa el paso de motos por las aceras donde corren los ni?os, as¨ª como el consumo de alcohol -con los correspondientes v¨®mitos- en las zonas infantiles. S¨®lo nos queda rogar a esta buena hada que no nos quite ahora los juegos concedidos a toda prisa mes y medio antes de las elecciones. En un pa¨ªs donde la natalidad est¨¢ por los suelos, resulta parad¨®jico que unos padres tengan que reivindicar unas condiciones normales para el desarrollo de sus peque?os. ?De qu¨¦ sirve rebajar el n¨²mero de hijos para entrar en el selecto club de las familias numerosas, si no se miman las condiciones en las que ¨¦stos deben desarrollarse? No es extra?o, pues, que la cig¨¹e?a contin¨²e pens¨¢ndoselo.- . .
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