M¨¢laga volver¨¢ a ser roja
,Satisfecho y gozoso, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de M¨¢laga se relame con el hallazgo her¨¢ldico. Por tel¨¦fono cita a G¨¹nter Grass, al que, aclara, cit¨® mucho antes del Nobel. "Tarde o temprano todo intelectual debe implicarse en pol¨ªtica", afirma. Eso dice Antonio Garrido, que en su prolija condici¨®n de concejal del PP, profesor, fil¨®logo, cr¨ªtico literario, articulista, polemista, experto en ret¨®rica o pregonero se siente aludido. Mas, ?d¨®nde reposa el gozo de Garrido? En que una moci¨®n plenaria redactada por ¨¦l servir¨¢ para enmendar la plana a una peque?a porci¨®n de la historia de los s¨ªmbolos locales. El escudo que M¨¢laga cuyo cielo ha sido de color azul desde siempre, ten¨ªa originalmente color rojo. Seg¨²n unas investigaciones del ex archivero municipal Rafael Bejarano, corroboradas luego por la Real Academia de Historia, una err¨®nea lectura de la c¨¦dula real que los Reyes Cat¨®licos remiten al cabildo malague?o en 1494, cuando ¨¦ste solicita un escudo para la ciudad, han llevado durante a?os, tras la p¨¦rdida del dibujo que acompa?aba al texto de la c¨¦dula, a cambiar el color del fondo del escudo. Eso, que se llama campo en her¨¢ldica, fue dise?ado en rojo recordando el ba?o de sangre que supuso la toma de M¨¢laga en 1487. Sin embargo, los artistas de lo municipal han ido pintando ese campo en celeste cielo: craso error. As¨ª que un concejal de derechas va a ayudar a que M¨¢laga vuelva a ser tan roja como los Reyes Cat¨®licos decidieron en su d¨ªa. Y como a Garrido le gustan estas inocentes paradojas el comentario le hace gracia. "La moci¨®n ir¨¢ en el primer pleno de octubre, pero quiero que se consens¨²e con todos los grupos. Se trata de restituir la historia de la ciudad", a?ade. Como colof¨®n de esta fiebre her¨¢ldica, el Archivo Municipal acoger¨¢ desde este lunes una exposici¨®n sobre el escudo y su evoluci¨®n iconogr¨¢fica. En ella se incluir¨¢, naturalmente, el nuevo color rojo del campo del escudo. El aut¨¦ntico culpable de este cambio crom¨¢tico, Rafael Bejarano, ya public¨® a principios de a?o sus investigaciones en un librito llamado precisamente El escudo de M¨¢laga. Aproximaci¨®n a su realidad her¨¢ldica (Ed. Sarri¨¢). Con ¨¦ste, culmina unos estudios iniciados hace 30 a?os cuando el Ayuntamiento le encarg¨® restablecer los or¨ªgenes del emblema. Bejarano termina as¨ª los estudios de su padre, Francisco, quien fuera gran investigador de cosas de la ciudad y tambi¨¦n archivero municipal. "Un cargo que, m¨¢s que una herencia, a veces es una desgracia", a?ade misteriosamente el archivero jubilado sobre su trabajo. Don Rafael aclara que estas restituciones no deben tener lectura pol¨ªtica, sino s¨®lo hist¨®rica. Y aprovecha para describir el escudo tal y como lo dise?aron los Reyes Cat¨®licos que, dice, "tienen mala prensa porque, aunque buenos gobernantes, tambi¨¦n fueron unos animales". As¨ª que el escudo queda de tal manera: el cielo, arriba, en rojo; a la mitad, el monte de Gibralfaro con la Alcazaba "en su color original" (dorado, entiende Bejarano); paralelos a esta fortaleza, rezando en suspensi¨®n, los patronos de la ciudad, los santos Ciriaco y Paula; abajo, a la izquierda, el Corral del Cautivo, antigua prisi¨®n de moros y cristianos, con cautivitos dentro; bajo todo ello, el mar. Abajo del escudo quedar¨ªan el yugo (a la derecha) y las flechas (a la izquierda) como divisas de las coronas de Arag¨®n y Castilla. ?Y el pend¨®n de la ciudad? Seguir¨¢ siendo verde y morado a partes iguales y en divisi¨®n vertical. Recuerda Bejarano que en un documento de 1521, dice que los colores eran "verde y pardillo". ?Pero cu¨¢nto de azul y rojo tiene ese morado que se califica pardillo en el documento? "Ese es un misterio sin resolver", apunta. Pero eso, naturalmente, es ya otra historia.
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