El r¨¦gimen chino exhibe en Tiananmen el poder de su armamento y la vigencia de su sistema

El r¨¦gimen chino celebr¨® ayer su medio siglo de existencia con una fastuosa ceremonia dedicada a la gloria del Partido Comunista Chino (PCCh) en la que se han mezclado, en una org¨ªa de colores y de armamentos, los temas del socialismo, la patria y la modernidad. La gran explanada de Tiananmen, dominada por las grandes figuras tutelares de Mao Zedong y Sun Yat Sen (fundador de la Rep¨²blica China y considerado como el padre de la naci¨®n en Taiwan), ha sido el escenario de un desfile militar y de una parada civil orquestados seg¨²n el ritual de la tradici¨®n est¨¦tica del r¨¦gimen comunista.

El presidente Jiang Zemin se visti¨® el traje gris estilo Mao para pasar revista, de pie en una limusina marca Bandera Roja, a las tropas alineadas frente a la entrada de la Ciudad Prohibida. En su discurso, Jiang Zemin hizo una apolog¨ªa del "socialismo de car¨¢cter chino", que es el ¨²nico "capaz de salvar y desarrollar" a China, pero precis¨® que ser¨¢ necesario otro "medio siglo" para concluir la modernizaci¨®n del pa¨ªs. Buscando fundir su postura en el doble molde de Mao (el traje) y de Deng (el pelo cortado a cepillo), el presidente chino conjug¨® la ortodoxia ideol¨®gica y la exaltaci¨®n patri¨®tica, ilustrada por la figura que simboliza el consenso -Sun Yat Sen-, y la referencia ecum¨¦nica a los "cinco mil a?os" de historia china.La tan esperada alusi¨®n a Taiwan se qued¨® en un recuerdo al objetivo final de la "reunificaci¨®n pac¨ªfica", liberado adem¨¢s de la habitual amenaza al recurso de la fuerza, advertencia que hab¨ªa lanzado Pek¨ªn pocos d¨ªas antes en Shanghai en el marco del foro mundial organizado por la revista Fortune. De esta manera parece que los dirigentes chinos quieren modular sus discursos en funci¨®n de la audiencia: las amenazas marciales son lanzadas en presencia de espectadores extranjeros.

Tal es, en todo caso, la impresi¨®n dada por la actitud del primer ministro, Zhu Rongji. El pasado jueves, el jefe del Gobierno aprovechaba la presencia de una delegaci¨®n de empresarios multinacionales para lanzar a bocajarro que China "ir¨ªa a la guerra si el apoyo americano llevaba a los taiwaneses a optar por la independencia".

Pero por la noche, en un discurso retransmitido por televisi¨®n -es decir, escuchado en Taiwan-, Zhu Rongji no dijo ni media palabra sobre el recurso a la fuerza; en todo caso, la amenaza de la fuerza quedaba claramente delineada con el desfile militar de la avenida de Changan, la arteria que cruza Tiananmen de Este a Oeste. Durante 40 minutos se sucedieron destacamentos de los tres ej¨¦rcitos, mientras el cielo, gris, era surcado por aviones cuya estrella fue el famoso bombardero Leopardo Volador, o FBC-1, de concepci¨®n plenamente china, y los cazas Jian-8 o F-8. Pero, sobre todo, el desfile ha permitido ver por primera vez el misil bal¨ªstico intercontinental DF-31, probado con ¨¦xito el pasado mes de agosto, capaz de alcanzar la costa occidental de Estados Unidos (su alcance es de 8.000 kil¨®metros). Tambi¨¦n fueron exhibidos los misiles de corto alcance DF-11 y DF-15 que apuntan a Taiwan. Las cadenas de los tanques han atronado tambi¨¦n la calle, pero las c¨¢maras de televisi¨®n no se han entrenido demasiado en estas im¨¢genes debido a que tienen a¨²n una carga afectiva muy fuerte. Durante las maniobras para el desfile, los habitantes de Pek¨ªn reaccionaron bastante mal ante este espect¨¢culo que despertaba el recuerdo de la matanza de Tiananmen en junio de 1989

. ? Le Monde