Pinochet, el "innombrable"
El primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, define al ex dictador chileno parafraseando a Oscar Wilde, durante el juicio de extradici¨®n que se ha celebrado en Londres.
El juicio de extradici¨®n del general Augusto Pinochet termin¨® el pasado jueves 30 de septiembre en el Tribunal Penal de Bow Street cuando, a media ma?ana, el magistrado Ronald Bartle, un hombre que es miembro de un club patri¨®tico conservador del que es vicepresidenta la baronesa Margaret Thatcher, anunci¨® que dar¨¢ a conocer su sentencia con bastante celeridad, concretamente el viernes pr¨®ximo, 8 de octubre, a las 11 de la ma?ana, hora de Londres.El acto del juicio de extradici¨®n no se limit¨® a las cuatro paredes de una peque?a sala del tribunal, frente a la nueva Royal Opera House; hubo otros hechos relacionados. Fue, dentro y fuera del tribunal, un acto en tres escenas:
Escena I. Blair, poeta. El martes 28 de septiembre, un d¨ªa despu¨¦s de iniciarse el juicio de extradici¨®n, Tony Blair, primer ministro del Gobierno brit¨¢nico, dirig¨ªa en Bournemouth su discurso a la conferencia del Partido Laborista, una intervenci¨®n orientada a socavar a¨²n m¨¢s, si cabe, la base de sustentaci¨®n del Partido Conservador.
Blair defini¨® a los tories como "el partido de la caza de zorros, Pinochet y los nobles hereditarios -lo incomestible, lo innombrable y lo inelegible". Y a?adi¨®: "Es el ¨²nico partido que se ha pasado dos a?os en hibernaci¨®n, buscando una nueva imagen, y vuelve como la familia Addams".
Nunca Blair, a lo largo de un a?o, se hab¨ªa pronunciado sobre Pinochet, remitiendo siempre a que era un asunto judicial o, como m¨¢ximo, un asunto del ministro del Interior, Jack Straw. Sin embargo, estuvo de acuerdo con su equipo de asesores en atacar a los tories por la ley de caza, por la reforma de la C¨¢mara de los Lores... y no pudo resistirse a incluir a Pinochet.
El equipo de escritores de discursos de Tony Blair tiene una consigna: los mensajes duros no deben durar m¨¢s de nueve segundos, lo m¨¢ximo, dicen, que puede retener el cerebro de una persona en el curso de una alocuci¨®n.
El poema de Blair en el que incluye el nombre de Pinochet, pues, tiene eso, apenas nueve segundos.
Lord Norman Lamont, exministro de Hacienda con el Gobierno conservador de John Major, que dirige la campa?a por la liberaci¨®n del exdictador Augusto Pinochet, replic¨® de inmediato a Tony Blair, record¨¢ndole que ser¨¢ el ministro del Interior del Reino Unido quien deber¨¢ adoptar la decisi¨®n final sobre la extradici¨®n de Pinochet. En una carta al primer ministro Blair, Lamont advierte: "?Puede alguien creer por un minuto que esta decisi¨®n ser¨¢ adoptada de forma imparcial, cuando el jefe del Gobierno, del que el ministro del Interior es miembro, ha expresado su opini¨®n sobre el general Pinochet tan claramente?".
La palabra utilizada por Blair para Pinochet es una par¨¢frasis de Oscar Wilde, unspeakable, lo que en espa?ol puede ser traducido por "innombrable", "incalificable", "execrable", "atroz" o "indecible". En el lenguaje cotidiano, se trata de un t¨¦rmino muy agresivo. Escena II. Luc¨ªa y el suicidio.
Luc¨ªa Hiriart, esposa de Pinochet, habl¨® el mi¨¦rcoles por la tarde en un hotel de Londres. Era un homenaje en su nombre. La mayor¨ªa de los participantes eran mujeres que viajaron desde Chile. El maestro de ceremonias advirti¨® a la prensa: "Preguntas pol¨ªticas, no; sobre la salud del general, s¨ª". Se enton¨® el himno cl¨¢sico chileno y tambi¨¦n aquellas estrofas a?adidas en la ¨¦poca de Pinochet. Luc¨ªa Hiriart, de buen porte, elegante y con voz entera, dijo que su marido estaba "muy, muy deprimido", record¨® la mala fe con que se publica la m¨¢s famosa foto de su marido, con gafas negras y rostro temible, junto a su equipo de militares, y se quej¨® por los deseos de "alguna gente del Gobierno chileno" de enjuiciar a los miembros del Gobierno militar.
A continuaci¨®n, he aqu¨ª la primera pregunta, surrealista. Fue ¨¦sta: "?Ha pensado su marido en suicidarse?". La gente se puso de pie a por el periodista, que estaba muy cerca de la exprimera dama. "Esperen", fren¨® la se?ora, como se llama a la esposa de Pinochet. La gente se sent¨®. Algui¨¦n grit¨®: "Es espa?ol". Luc¨ªa Hiriart, entre los murmullos, dijo: "Primero, identif¨ªquese". El periodista dijo que representaba a una agencia de noticias brit¨¢nica, y ten¨ªa acento espa?ol. "?Es espa?ol!", se oy¨® gritar. "En Espa?a hay muchos figurones, y de mala clase, como Garz¨®n y Garc¨¦s, pero el joven no lo ha hecho con mala intenci¨®n", dijo la se?ora Luc¨ªa. "Mire, hijo, a pesar del estado de depresi¨®n tan horroroso, mi marido no podr¨ªa llegar a ese punto. ?Lo ultimo que har¨ªa ser¨ªa suicidarse!".
Escena III. El veredicto. El magistrado Ronald Bartle ha convocado para el pr¨®ximo viernes 8 de octubre una sesi¨®n en el Tribunal Penal de Bow Street, en la que dar¨¢ a conocer su sentencia. Augusto Pinochet debe comparecer reglamentariamente, pero, si el ex dictador presenta al magistrado certificados m¨¦dicos, podr¨ªa ser dispensado de asistir.
El magistrado debe resolver si los delitos de tortura y conspiraci¨®n por los que es acusado Pinochet son "delitos de extradici¨®n", cosa que, por otra parte,ya han decidido, favorablemente, los jueces lores en calidad de Tribunal Supremo. El veredicto -sea favorable a la extradici¨®n o contrario- puede ser apelado por ambas partes ante el Alto Tribunal de Justicia y, despu¨¦s, ante la C¨¢mara de los Lores. Pinochet cumplir¨¢ 84 a?os el 25 de noviembre pr¨®ximo, nuevamente en Londres.
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