El talento de los supervivientes

Los Brujos y Doctor Divago Black Note. Valencia, 2 de octubre de 1999Hace tiempo que Miguel ?ngel Villanueva se ha ganado un privilegiado puesto en ese largo listado de m¨²sicos malditos e incomprendidos (muy a su pesar) que ofrece el panorama pop nacional. Probablemente, en alg¨²n momento de su carrera el castellonense hubiera cambiado una buena porci¨®n de su intachable reputaci¨®n por un ¨¦xito en las listas de ventas, pero no ha podido ser. Primero con Los Aut¨¦nticos, posteriormente con Los Plomos y, desde hace casi una d¨¦cada, con Los Brujos, el veterano m¨²sico ha ido forj¨¢ndose una peque?a leyenda en el circuito underground y entre los aficionados al pop m¨¢s exquisito a base de un incontable y portentoso arsenal de melod¨ªas y estribillos sin fecha de caducidad y cocinados con ingredientes de primera: Bcatles, Kinks, Buddy Holly, Small Faces... Todav¨ªa ha de llegar ese d¨ªa en el que se le reconozca, a nivel popular, su inconmensurable talento y habilidad. Esperemos que para cuando haya llegado ese momento ya no sea demasiado tarde. De momento, Miguel ?ngel Villanueva debe contentarse con presentar su primer elep¨¦ (antes de Sin ver el sol vieron la luz, eso s¨ª, m¨¢s de una docena de trabajos en distintos formatos y numerosas piezas repartidas por recopilatorios de distinto pelaje) en locales de reducido aforo y compartiendo su infinita sabidur¨ªa musical con esa parroquia de fieles que sabe apreciar las diferencias entre la artesan¨ªa y los productos de moda fabricados en serie. S¨®lo hizo falta escuchar su preciosista lectura de El hospital de Alaska y los Pegamoides (?menudos arreglos vocales!) o lo bien que encajaba un a?ejo tema de Los ?ngeles en medio de su propio repertorio (Que hoy se pare el mundo, Soy transparente, Cielo rojo en mi habitaci¨®n o la deliciosa Fran?oise) para constatar lo injusto que puede llegar a ser el negocio de la m¨²sica. Incombustible De eso sabe tambi¨¦n mucho el incombustible Manolo Bertr¨¢n. Diez a?os lleva al frente del grupo Doctor Divago, pero a¨²n no ha logrado que sus canciones salgan de las cavernas del circuito alternativo de segunda (o tercera) divisi¨®n. Doctor Divago, con un directo tan intachable como el suyo (cerraron con Entre paredes de ladrillo rojo de La Resistencia, tras repasar los temas que han de componer su pr¨®ximo disco) no merece semejante trato.