El Rayo roz¨® la victoria
El empate del Racing lleg¨® a cinco minutos del final
RACING 1 RAYO VALLECANO 1El Rayo se dej¨® escapar la victoria a cinco minutos del final. El gol de Bolo, tras una bonita pared con Zembranos, parec¨ªa que iba a ser definitivo. Pero surgi¨® la inspiraci¨®n del ruso Bestchasnykh, autor de un saque de falte magistral, su disparo con la pierna derecha, en saque de falta al borde del ¨¢rea, ech¨® por tierra las ilusiones del cuadro madrile?o.El Rayo hab¨ªa sido mejor que su adversario, jug¨® con m¨¢s orden, presion¨® con mayor intensidad, pero careci¨® de brillantez y de remate. El Rayo jug¨® como un equipo del barrio m¨¢s obrero de Madrid. A sus hombres no se les puede negar laboriosidad y trabajo colectivo a full time. Pero su derroche de energ¨ªa generoso no encontr¨® el complemento de la creatividad. Poschner y Zembranos, dos jugadores t¨¦cnicos capaces de dinamizar el juego de ataque, se empe?aron en jugar por el centro haciendo completa abstracci¨®n de las bandas. Ah¨ª estuvo su tal¨®n de Aquiles.
Racing: Lemmens; Tais, Mellberg, Arzeno, Neru; Espina (Bestchasnykh, m
73), Shustikov; Manjar¨ªn (Vivar Dorado, m. 45), Munitis, Amavisca; y Salva (Rushfeldt, m. 45). Rayo Vallecano: Keller; Est¨ªbariz, Cota, Clotet, Alc¨¢zar; Poschner (Pablo Sanz, m. 75), Ferr¨®n (Helder, m. 73), Luis Zembranos, Llorens; Michel II (Canabal, m. 54) y Bolo.Goles: 0-1. Minuto 79. Bolo bate a Lemens tras hacer una pared en el ¨¢rea peque?a con Zembranos. 1-1. M. 85. El ruso Bestchasnykh lanza una falta al borde del ¨¢rea y bate por bajo a Keller. ?rbitro: Losantos Omar. Amonest¨® a Arzeno y Clotet. 12.000 espectadores en el campo de El Sardinero. Se rez¨® un Padrenuestro por un socio del Racing de 18 a?os muerto hace dos d¨ªas en accidente laboral.
Tras un primer tiempo digno de olvido y desprecio, Racing y Rayo jugaron una segunda mitad m¨¢s vibrante, el coraz¨®n, a falta de una buena cabeza rectora, hizo acto de presencia. Se sucedieron los balones altos sobre ambas ¨¢reas en busca del remate de cabeza que decidiera el asunto. A falta de mejores argumentos, Racing y Rayo iniciaron un intercambio de golpes que favoreci¨® o, perjudic¨®, seg¨²n se mire, a ambos por alguien. La entrada de Vivar Dorado por Manjar¨ªn, y de Rushfeldt por Salva no mejor¨® las cosas. Ben¨ªtez no encuentra el centro del campo ideal. Ayer opt¨® por el argentino Espina, en detrimento del otro cerebro, Ismael, y el invento sigue sin funcionar ni con una ni con dos cabezas pensantes en el campo. El papel de l¨ªder sobrepasa con mucho a Espina, s¨®lo Shustikov asume de vez en cuando la responsabilidad de liderazgo y mueve a su equipo con cierto sentido.
Munitis, uno de los delanteros m¨¢s desequilibrantes del f¨²tbol espa?ol, no se encuentra a s¨ª mismo, aunque ayer el portero Keller frustr¨® el mejor remate del delantero del barrio pesquero. Ciertamente, Munitis no es el mismo Munitis que desequilibraba en sus acciones y sembraba el p¨¢nico con sus galopadas en las defensas adversarias. Otra asignatura pendiente del Racing es el gol en jugada, hasta ahora, de los ocho goles que ha marcado en la Liga, siete han sido de faltas y s¨®lo uno, marcado precisamente por Salva, tras una jugada de equipo. No le faltan problemas que resolver a Gustavo Ben¨ªtez. De esta manera, es dif¨ªcil ganar un partido en casa, cosa que no sucede desde el pasado mes de mayo. Ben¨ªtez lo intent¨® todo. Se la jug¨® en la segunda parte. Quer¨ªa dar la primera satisfacci¨®n de la temporada a los aficionados. Una victoria, cosa que parece imposible, en el Sardinero. Adelant¨® l¨ªneas, Tais se reconvirti¨® en un falso extremo derecho, consigui¨® que el Rayo cediera terreno y se replegara sobre su ¨¢rea, pero todo result¨® in¨²til. Un doble remate, a bocajarro, de Munitis y Rushfeldt, encontr¨® la r¨¦plica formidable del norteamericano Keller, un portero de reflejos felinos que salv¨® un gol que ya se cantaba en las gradas. Luis Zembranos, la estrella del Rayo Vallecano, lanz¨® un tiro dur¨ªsimo que sali¨® rozando el poste de la meta de Lemmens. Este mismo jugador empez¨® a maniobrar por las bandas, pero tanto Bolo como Canabal no culminaron sus excelentes jugadas. No era el de ayer el Rayo de la gesta, de la ¨¦pica, y el que asum¨ªa el papel de l¨ªder de la Liga, jug¨® con orden, laboriosidad y empuje, pero falt¨® el genio creativo y la chispa de inspiraci¨®n.
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