Auge espectacular de la historia local ALBERT MANENT

En un cuarto de siglo, coincidiendo con el fin de la dictadura y el estreno de libertades democr¨¢ticas, auton¨®micas y municipales, los libros de historia local o comarcal se han multiplicado y dir¨ªa que, s¨®lo en Catalu?a, han aparecido entre 1.500 y 2.000 t¨ªtulos. Cuando tengamos una bibliograf¨ªa completa del periodo podremos analizar m¨¢s a fondo esta contribuci¨®n a la historia que algunos grandes investigadores, como Josep Fontana y Eva Serra, ya han empezado a valorar. No obstante, la Universidad, en t¨¦rminos generales, no demuestra mucho inter¨¦s por la historia local. Anta?o las monograf¨ªas sobre el pueblo, a veces con referencias a los iberos o a Ind¨ªbil y Mandonio, eran escritas por el p¨¢rroco, el farmac¨¦utico, el m¨¦dico (las impagables topograf¨ªas m¨¦dicas, que tanto interesan al doctor Jordi Nadal), el notario e incluso el propietario ilustrado. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, la generalizaci¨®n de los estudios universitarios, el ordenamiento de archivos y la pasi¨®n por buscar las propias ra¨ªces, han ampliado el abanico de los temas hist¨®ricos y se escriben monograf¨ªas de historia econ¨®mica y social o sobre las distintas guerras que hemos sufrido desde el siglo XVIII. Tambi¨¦n siguen public¨¢ndose historias generales del pueblo o villa, del templo parroquial o de la ermita, y hay una tendencia a las biograf¨ªas de notables y a estudios sobre los linajes. As¨ª, Salvador Rovira i G¨®mez, de Tarragona, ya ha publicado ocho libros sobre la peque?a nobleza del Camp de Tarragona y de Tortosa, y varias obras sobre los Yxart, pr¨®cer familia burguesa de Valls muy relacionada con la cultura del siglo XIX. Y Mart¨ª de Riquer ha visto reeditado el impresionante libro sobre su linaje, mientras el notario J. M. Puig Salellas publicaba un buen tomo sobre la genealog¨ªa y vicisitudes de los Salellas. Los viejos institutos de estudios franquistas de Lleida, Tarragona y Girona hace tiempo que fueron reformados (el tarraconense, suprimido hace poco), mientras que el Instituto de Estudios Mediterr¨¢neos, pretendido sucesor, en Barcelona, del Institut d"Estudis Catalans, nunca lleg¨® a realizar una labor de relieve. Pero las diputaciones catalanas ayudan, a trav¨¦s de dichos institutos o ayuntamientos, a las ediciones locales. La Diputaci¨®n de Lleida tiene una colecci¨®n propia, Viles i Ciutats, y la de Girona, una serie de divulgaci¨®n de su demarcaci¨®n y, adem¨¢s, ayuda al patronato Francesc Eiximenis, que engloba a varios centros de estudios locales, de los que en Catalu?a existen m¨¢s de setenta, los cuales hace pocos a?os crearon una coordinadora y han celebrado algunos simposios. Unos pocos centros de estudios llevan una vida mortecina mientras que otros son muy activos, no s¨®lo en ediciones, sino tambi¨¦n en ciclos de conferencias, jornadas de eruditos, etc¨¦tera. Pero la bibliograf¨ªa local ha desbordado los cauces de las entidades sin lucro y por ello hay algunas editoriales comerciales, como Pag¨¨s, de Lleida, o