Centralismo valenciano
Sorprende que despu¨¦s de m¨¢s de tres lustros de vida auton¨®mica el valenciano figure como uno de los m¨¢s centralistas de todos los pueblos de Espa?a. Seg¨²n el estudio 2286 (mayo del 98) del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), cuando a los valencianos se les plantea escoger entre diferentes formas de organizaci¨®n del estado, un 54% opta por la situaci¨®n actual, un 23% indica que profundizar¨ªa en la autonom¨ªa y un 17% dice que prefieren "un estado con un ¨²nico gobierno central sin autonom¨ªas". Es decir, casi un quinto de los valencianos se declara centralista y rechaza la forma actual de organizaci¨®n territorial. Lo m¨¢s sorprendente es que en los ¨²ltimos tres a?os esta postura casi no ha remitido, sino que se mantiene firme. En el estudio 2228 del CIS (noviembre del 96) las personas que escog¨ªan la opci¨®n centralista ante otras alternativas autonomistas era el 19%. Es m¨¢s, en ese mismo estudio del 96, cuando a los entrevistados se les pregunta lo que desear¨ªan para la Comunidad Valenciana, el 17% cree que lo deseable ser¨ªa que "dejara de ser una comunidad aut¨®noma y formara parte de un Estado con un ¨²nico gobierno central, como antes". Si se combinan las dos respuestas de la encuesta del 96 en un ¨ªndice de centralismo y se aplica a las comunidades multiling¨¹es, la comunidad aut¨®noma menos centralista es el Pa¨ªs Vasco (2%) seguida de Baleares (10%), Catalu?a (11%), Galicia (17%) y en primer lugar la Comunidad Valenciana con un 20% de personas que prefieren una organizaci¨®n centralizada de Espa?a y/o desear¨ªan que sus comunidades respectivas formaran parte de un estado con un ¨²nico gobierno central, "como antes". El dato no sorprender¨ªa si no fuera porque en el conjunto de Espa?a la proporci¨®n de personas que adoptan esta postura es del 17%. En la encuesta del 98 la clasificaci¨®n viene a ser la misma. En esta encuesta el 70% de las personas que optan por el centralismo creen que las comunidades aut¨®nomas han contribuido al desarrollo de los separatismos, mientras que el 81% piensa que han aumentado el gasto p¨²blico pero no los servicios que se ofrecen al ciudadano. ?Qu¨¦ caracter¨ªsticas tiene ese grupo? Seg¨²n los datos de la encuesta del 98, el 50% de las personas centralistas se sienten s¨®lo espa?oles o m¨¢s espa?oles que valencianos. El 56% son hombres, el 24% tiene menos de 40 a?os, el 57% son valencianos de nacimiento y casi la mitad (47%) vive en ciudades de m¨¢s de cien mil habitantes. Existe una correlaci¨®n elevada entre el nivel de estudios y las posiciones centralistas, de manera que el 80% de este grupo que rechaza el estado de las autonom¨ªas ha cursado hasta la primaria. A pesar de que se puede esperar de la persona centralista una opini¨®n negativa de las instituciones de gobierno auton¨®mica, el 52% aprueba la gesti¨®n del Consell realizada por el Partido Popular hasta la fecha de la encuesta (marzo del 98). En la misma l¨ªnea, el 51% cree que la gesti¨®n del presidente Zaplana ha sido muy buena o buena, el 35% regular y el 9% mala. En t¨¦rminos generales existe un escoramiento hacia posiciones pol¨ªticas concretas entre estas personas: un 9% se siente cercano o muy cercano a Izquierda Unida, un 27% al PSPV, un 15% a UV y un 43% al PP. De los centralistas que declaran que votaron en las ¨²ltimas elecciones generales (1996), el 5% dice que vot¨® por IU, el 23% por el PSPV, el 0,5% por UV y el 44% por el PP. Si estos datos son ciertos, y no hay motivos para dudar de que lo sean, las instituciones pol¨ªticas y sus dirigentes tienen una gran responsabilidad a la hora de ganarse la legitimidad de estos ciudadanos. Don Manuel Fraga, un personaje crucial en la historia de la democracia espa?ola reciente, supo convencer a grandes sectores de la poblaci¨®n de las bondades de la democracia y los integr¨® en Alianza Popular a pesar de sus simpat¨ªas por el r¨¦gimen anterior. Posteriormente, una vez lleg¨® al poder a trav¨¦s de las elecciones auton¨®micas gallegas, casi convence a su partido de las bondades de la Administraci¨®n ¨²nica (que implica una descentralizaci¨®n m¨¢xima) a pesar de haberse opuesto al cap¨ªtulo octavo de la Constituci¨®n en a?os anteriores. Me consta que la mayor parte de la ¨¦lite pol¨ªtica regional del PP no precisa convencerse de las bondades de la descentralizaci¨®n. Los soci¨®logos de la pol¨ªtica no se cansan de decir que el acceso al poder facilita este tipo de transformaciones. Por eso es buena la alternancia. No ocurre as¨ª con parte de su electorado. De los que declaran haber votado al PP en las ¨²ltimas generales, el 23% adopta posturas centralistas. Ya s¨¦ que es meterme donde no me llaman, pero si casi una cuarta parte de los que dicen votar por un partido dicen que no creen en las autonom¨ªas, quiz¨¢ se le deber¨ªa pedir un esfuerzo a la ¨¦lite de este grupo pol¨ªtico para que convenza a una parte de su electorado de que las instituciones que gobierna est¨¢n tambi¨¦n para servirles a ellos aunque las vean lejanas o las repudien. No se trata de ser m¨¢s valencianista que nadie, sino de que las instituciones auton¨®micas est¨¦n visiblemente presentes en la sociedad valenciana como actores pol¨ªticos relevantes para los ciudadanos. Por otra parte, de las personas que dicen que votaron al PSPV-PSOE en las elecciones generales del 96, el 14% prefiere un estado centralizado. Tambi¨¦n s¨¦ que es meterme donde no me llaman, pero tengo la sensaci¨®n de que la incapacidad del socialismo valenciano para resolver sus propios problemas independientemente de Ferraz no contribuye en nada a facilitar una visi¨®n descentralizadora de la realidad pol¨ªtica. Si estos l¨ªderes son incapaces de gobernar su partido sin que la central intervenga, ?c¨®mo van a convencer a los ciudadanos de que pueden afrontar un futuro gobierno en la Generalitat sin la tutela de Madrid?
Xavier Coller pertenece al departamento de Sociolog¨ªa de la Yale University y de la Universidad de Alicante.
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