Desquiciados "tories"
LOS CONSERVADORES brit¨¢nicos andan pol¨ªticamente desquiciados en sus propuestas y en sus personajes. A falta de otra bandera han elegido la antieuropea. El Congreso del partido tory en Blackpool, que se abri¨® con un manifiesto sobre "la revoluci¨®n del sentido com¨²n" -esencialmente, menos impuestos, menos Estado y menos Europa-, concluye con un desprop¨®sito hist¨®rico que, de triunfar, llevar¨ªa al Reino Unido no ya a quedarse fuera de la moneda ¨²nica, sino a salirse de la Uni¨®n Europea. Pues plantea nada m¨¢s y nada menos que una renegociaci¨®n en profundidad de la participaci¨®n brit¨¢nica y de los tratados fundacionales de la UE.Tanto el discurso del inefable l¨ªder actual del Partido Conservador, William Hague, como las diatribas de Margaret Thatcher contra Europa no son inocuas. Probablemente, todo este simplismo nacionalista y derechista es lo que quieren o¨ªr sus seguidores, todav¨ªa no recuperados de la derrota de 1997 despu¨¦s de 18 a?os de Gobierno. Si los tories hacen del antieurope¨ªsmo su oferta pol¨ªtica central, acabar¨¢n por afectar a la agenda europea del Gobierno laborista. Blair se acerca al euro con una prudencia tan extrema que roza la falta de coraje pol¨ªtico. El primer ministro ha prometido un refer¨¦ndum sobre el euro para evitar que las pr¨®ximas elecciones generales giren sobre el tema europeo en vez de sobre sus reformas pol¨ªticas y sociales. Los conservadores de Hague quieren justamente lo contrario: que se hable s¨®lo de Europa. M¨¢s concretamente, contra Europa. Blair no va a tener m¨¢s remedio que coger por los cuernos este toro que han soltado los tories en Blackpool, pero a los que la t¨¢ctica les dio buenos reusltados en las elecciones de junio al Parlamento Europeo.
Los pocos conservadores proeuropeos o simplemente sensatos han salido derrotados de Blackpool, donde ha brillado con nueva luz una radicalizada Margaret Thatcher, que ha saltado a defender a Pinochet y a insultar a la justicia brit¨¢nica y espa?ola al calificar al ex dictador chileno de "¨²nico preso pol¨ªtico" en Inglaterra, justo en v¨ªsperas de la decisi¨®n judicial sobre su extradici¨®n a Espa?a, a la que, de paso, ha vilipendiado por las presiones sobre Gibraltar. Todo ello empaquetado en un rancio discurso anticomunista.
Los excesos del thatcherismo, sin embargo, han recibido fuertes cr¨ªticas con ocasi¨®n del tremendo accidente ferroviario del martes en Londres, que ha puesto de relieve los l¨ªmites de la sensatez de algunas privatizaciones impulsadas por los conservadores. Las empresas han aumentado sus beneficios, pero la seguridad y la calidad del servicio se han deteriorado. De nuevo, ha fallado el sentido com¨²n.
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