El Gobierno brit¨¢nico descarta una "renacionalizaci¨®n" de los ferrocarriles
John Prescott, ministro brit¨¢nico de Transportes, confirm¨® ayer que el Gobierno laborista piensa supervisar directamente el funcionamiento de los ferrocarriles para evitar que los beneficios se antepongan a la seguridad, pero descarta su renacionalizaci¨®n. Mientras el Gabinete prepara la nueva ley que aplique su decisi¨®n, sigue la b¨²squeda de v¨ªctimas del choque de trenes que el pasado martes caus¨® al menos a 40 muertos.
La medida evitar¨ªa conflictos de intereses como el ocurrido con Railtrack, la empresa ferroviaria privatizada en 1996 y relevada ahora a toda prisa del control que ejerc¨ªa sobre las v¨ªas y su se?alizaci¨®n. "Estamos ante un claro conflicto de intereses que ha acabado por anteponer los beneficios contables a la seguridad de los pasajeros", se?al¨® ayer el propio Prescott. Criticado y admirado a partes iguales por su estilo directo y algo rudo, el ministro de Transporte repiti¨® ante las c¨¢maras de la BBC que garantizar la tranquilidad de los viajeros ha constituido siempre su mayor preocupaci¨®n. "Un equipo de inspectores ferroviarios est¨¢ investigando ya la labor de Railtrack, que ser¨¢ despojada de todas sus atribuciones en el terreno de la seguridad vial", dijo. La nueva ley que ratificar¨¢ dicha decisi¨®n ser¨¢ discutida en una de las primeras sesiones del Parlamento, que reanuda su labor el pr¨®ximo 18 de octubre.
Poco despu¨¦s de que Prescott criticara la trayectoria de Railtrack, Gerald Corbett, su director general, decidi¨® contestarle. Seg¨²n ¨¦l, el sem¨¢foro 109 -cruzado en rojo el martes por el tren de la compa?¨ªa Thames segundos antes de chocar contra el de la firma First Great Trains- "estaba en perfectas condiciones". Corbett a?adi¨® incluso que la se?al hab¨ªa superado su ¨²ltima inspecci¨®n en marzo pasado. Railtrack ser¨ªa, por tanto, el chivo expiatorio de una tragedia imprevisible.
Tan encendida defensa de su labor no evitar¨¢, sin embargo, que el Gobierno releve a la compa?¨ªa de su labor supervisora. La medida, que Corbett acatar¨¢, tendr¨¢ car¨¢cter inmediato para tranquilizar a la ciudadan¨ªa. En cierto modo, la forzada ca¨ªda de Railtrack tratar¨¢ tambi¨¦n de contrarrestar la dureza de un informe sobre su gesti¨®n, elaborado a instancias del propio Gobierno laborista, y que debe ser publicado ma?ana. Encargado hace un a?o, dicho estudio lleg¨® a manos del ministro Prescott el pasado martes, d¨ªa del choque de trenes en la estaci¨®n londinense de Paddington. Entre sus principales cr¨ªticas, avanzadas ayer por el dominical The Observer, figura la falta de estrategia y conocimientos t¨¦cnicos en materia de seguridad vial mostrada por la firma. Las supuestas restricciones impuestas por Railtrack a los fabricantes de trenes para abaratar gastos a costa de posibles accidentes y, en conjunto, la tendencia a dirigir el servicio s¨®lo con fines comerciales completan las notas elaboradas por la comisi¨®n que asesora al Gobierno en materia de transportes.
A pesar de que la publicaci¨®n del informe llega en el peor momento para Prescott, el titular de Transporte ha declarado que no piensa "renacionalizar" los ferrocarriles brit¨¢nicos. Es m¨¢s, ha advertido a sus partidarios, entre ellos a su compa?ero de filas, el diputado laborista Martin Salter, de que las privatizaciones de empresas p¨²blicas no han terminado. Prescott se refer¨ªa al servicio de control a¨¦reo, que podr¨ªa ser vendido por unos 500 millones de libras (125.000 millones de pesetas). "Una buena suma que servir¨ªa para modernizar dicho sector y dotarle de los mejores y m¨¢s avanzados sistemas de seguridad del mundo", dijo ayer.
Ajenos a las discusiones t¨¦cnicas, los vecinos de Reading, localidad cercana a Londres, de donde proced¨ªa la mayor¨ªa de las v¨ªctimas del accidente del martes, celebraron por la ma?ana un oficio religioso en su memoria. Michael Colclough, obispo de Kensington, hizo otro tanto en el mismo aparcamiento de la capital brit¨¢nica que sirviera de improvisada sala de urgencias el d¨ªa de la cat¨¢strofe.
"Hay que apoyar a los dolientes, porque el verdadero golpe moral de la tragedia est¨¢ a¨²n por llegar", se?al¨® a los fieles. El resto del pa¨ªs celebr¨® ceremonias parecidas, mientras la polic¨ªa trata de averiguar la suerte de las 64 personas que constan a¨²n como desaparecidas tras la colisi¨®n.
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