Tiempo de ¨¦xitos
La excelente salud del deporte espa?ol qued¨® confirmada ayer en una jornada espectacular. El joven ciclista ?scar Freire gan¨® el Campeonato del Mundo de fondo en carretera; Espa?a se impuso en la prestigiosa Dunhill Cup de golf; la selecci¨®n de f¨²tbol complet¨® su feliz trayectoria en la fase de clasificaci¨®n para la pr¨®xima Eurocopa; ?lex Crivill¨¦ se coloc¨® a un paso de la conquista del t¨ªtulo de 500cc en el Mundial de motociclismo, y en los Campeonatos del Mundo de gimnasia y yudo se asisti¨® a una gran actuaci¨®n de los espa?oles. Esta clase de resultados en un solo d¨ªa y en un arco ampl¨ªsimo de especialidades s¨®lo est¨¢ al alcance de las grandes potencias deportivas, de las que Espa?a ha estado a a?os luz hasta bien recientemente.El a?o ha sido pr¨®digo en grandes victorias, desde el Masters de Augusta, que conquist¨® Olaz¨¢bal, hasta los ¨¦xitos de las diferentes selecciones de f¨²tbol. A?o glorioso para veteranos como Abel Ant¨®n o para j¨®venes como Yago Lamela o para la selecci¨®n j¨²nior de baloncesto. Es el a?o de Sergio Garc¨ªa, la irrupci¨®n m¨¢s brillante en el panorama del deporte mundial.
Durante d¨¦cadas, este pa¨ªs ha tenido una visi¨®n victimista de su papel en el deporte. Un sentimiento de resignaci¨®n que hab¨ªa calado en la sociedad sin raz¨®n alguna. El espa?ol no era peor ni m¨¢s inh¨¢bil para competir que los deportistas de otros pa¨ªses. Las carencias obedec¨ªan a las deficient¨ªsimas pol¨ªticas practicadas durante el franquismo, carencias que rayaban en el desprecio por la importancia del deporte como gran factor social. Los efectos perjudiciales de aquel lastre se prolongaron durante los primeros a?os de la democracia. Los Juegos de Barcelona cambiaron el paisaje, tanto por la aplicaci¨®n de un dise?o que se revel¨® extremadamente eficaz a trav¨¦s del plan ADO como por las consecuencias de una cosecha de medallas que obr¨® un milagro: Espa?a pas¨® de una posici¨®n marginal en el mundo del deporte a un lugar de privilegio. El modelo espa?ol se ha convertido en una referencia que comienza a ser imitada en otros pa¨ªses. Es hora de celebrar la excelencia de una n¨®mina abrumadora de campeones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.