Las actividades extraescolares en muchos colegios p¨²blicos marginan ahora a los alumnos m¨¢s pobres

La prolongaci¨®n de la jornada partida en los colegios de Madrid depende del bolsillo de los padres de los alumnos. Desde las cuatro de la tarde, hora de salida de los chavales, los centros educativos cambian su faceta estrictamente acad¨¦mica por otra m¨¢s l¨²dica, aunque siempre con fines pedag¨®gicos. Eso s¨ª, cada municipio, e incluso cada colegio, aplica su propia f¨®rmula. En algunos casos, la prolongaci¨®n de jornada con una hora diaria de actividades extraescolares puede costar hasta 7.000 pesetas al mes. En otros, las ayudas municipales y el ingenio de los padres abarata mucho las clases.

El centro p¨²blico Rosa Luxemburgo de Aravaca, por ejemplo, una organizaci¨®n deportivo-recreativa, de nombre Acrola, ofrece actividades para todo el barrio por 3.000 pesetas anuales cada familia y tambi¨¦n da clases a los alumnos del centro por un precio que oscila entre las 3.000 y 5.000 pesetas al a?o, seg¨²n la actividad.Los padres, por su parte, gestionan las tocantes a la expresi¨®n corporal, el teatro y el aula de la naturaleza, con cuotas distintas: 4.600 pesetas bimensuales para los socios de la asociaci¨®n de padres de alumnos (APA) y 5.575 para los no asociados. El Rosa Luxemburgo tiene 318 alumnos de ense?anza primaria y primer ciclo de secundaria, de los que apenas un tercio, unos cien, est¨¢ apuntado a las actividades extraescolares. Las instalaciones permanecen abiertas hasta las 18.30 a diario para que se puedan celebrar las clases complementarias.

En el colegio Beato Sim¨®n de Rojas, de M¨®stoles, tambi¨¦n hay actividades extraescolares pero gestionadas al completo por los padres de los alumnos. "Ofrecemos k¨¢rate, judo, sevillanas, gimnasia r¨ªtmica, m¨²sica, f¨²tbol, balonmano, patinaje y hasta logopedia, siempre en el centro educativo", detalla la presidenta de la APA, Paloma Mart¨ªn. De las clases se ocupan profesionales de cada materia, "gente que se ofrece y recibe gratificaciones de los padres", apunta Mart¨ªn. O sea, que los monitores no perciben un salario mensual fijo, sino que dependen de la generosidad de los progenitores de los estudiantes. Eso s¨ª, "el 98% de los padres da una gratificaci¨®n mensual a los profesionales", apostilla rauda la presidenta del APA. Para apuntarse a estas clases a?adidas al horario lectivo es imprescindible ser socio de la APA, o sea, satisfacer una sola cuota de 1.700 pesetas al a?o y luego participar de la colecta mensual para los monitores. "Y del donativo del mes de cada padre, la APA se queda con 100 pesetas por los gastos de gesti¨®n", indica Mart¨ªn. Unos trescientos ni?os, de los 750 que tiene el Beato Sim¨®n de Rojas, tomaron parte el a?o pasado en las actividades extraescolares. ?Y al resto no le interesa? "La gran mayor¨ªa de ni?os que no se apunta a las clases en el colegio no es por el dinero, sino porque va a una academia privada", asegura la responsable de la asociaci¨®n de padres, cuyas actividades s¨®lo exhiben un cierto tono aficionado en el material. "Aqu¨ª los padres ponen colchonetas y en un gimnasio privado se las facilitan los due?os; aqu¨ª no hay espejo para que las ni?as de danza se vean bailando, y en una escuela privada, s¨ª", reconoce Mart¨ªn.

Por el contrario, en Fuenlabrada, el propio Ayuntamiento, gobernado por el PSOE, completa las actividades gestionadas por los padres con los denominados centros de barrio: cada tarde, de 17.00 a 22.00, 16 colegios situados estrat¨¦gicamente en la localidad se trasmutan en recintos rebosantes de actividades. "Los chavales practican deporte, participan en talleres, hacen los deberes e incluso hay clases de apoyo para inmigrantes, para que perseveren en el dominio del castellano", enumera la edil del ¨¢rea Social, Lucila Corral.

Talleres municipales

Los talleres, que paga el Consistorio con 21 millones cada a?o est¨¢n guiados por asociaciones juveniles de la localidad, pretenden "educar en valores como la paz, la cooperaci¨®n, la salud y la igualdad", destaca Corral.El regidor fuenlabre?o, Jos¨¦ Quintana, del PSOE, se muestra partidario de la jornada partida en los centros escolares: "Creo que rinden mejor con alg¨²n descanso que si se les meten todas las asignaturas condensadas en una ma?ana". Quintana cree que la jornada continuada "toca en la l¨ªnea de flotaci¨®n" de la escuela p¨²blica. "Hay que pensar en esas familias en las que ambos c¨®nyuges trabajan y no pueden tener a los chicos en casa a las dos de la tarde", a?adi¨®.

En la capital, la prolongaci¨®n de jornada tiene unos condicionantes similares a los ejemplos citados. Las asociaciones de padres contratan con diferentes empresas las actividades extraescolares y aplican unas tarifas sociales a los progenitores interesados. Por dos horas de ingl¨¦s o inform¨¢tica a la semana, 3.300 pesetas si son socios de la asociaci¨®n de padres, o 4.700 si no lo son; por clases de danza, dibujo y pintura, gimnasia r¨ªtmica, 2.200 y 3.600 al mes. A unos padres que prolonguen una hora al d¨ªa la jornada escolar de sus hijos, hasta las 17.00, les costar¨¢ casi 7.000 pesetas.