Libros controlados

EL CONTROL previo de los libros de texto que en Espa?a ejercen ocho comunidades aut¨®nomas es una medida con aire de otros tiempos. Y, a la vista de su funcionamiento pr¨¢ctico, algo m¨¢s parecido a una especie de censura con pintorescos elementos de arbitrariedad a cargo de algunas administraciones o del funcionario de turno que a un estricto sistema de control de calidad. Que un libro de matem¨¢ticas sea rechazado por no reflejar "la cultura de Andaluc¨ªa", uno de educaci¨®n infantil por no hacer referencia a la lucha canaria y otro porque no inclu¨ªa un 50% de autores canarios en la n¨®mina de escritores espa?oles es un desprop¨®sito. La simple existencia de episodios tan peculiares deber¨ªa impulsar a las comunidades "controladoras" a plantearse si merece la pena seguir el ejemplo del Ministerio de Educaci¨®n, que durante el mandato de Esperanza Aguirre suprimi¨® el control previo en su territorio de gesti¨®n.Lo que pudo ser razonable en los primeros tiempos de implantaci¨®n de la reforma y de asunci¨®n de competencias educativas por las comunidades, especialmente las de dos lenguas, ya no lo es. No hay por qu¨¦ suponer que, en un contexto de dura competencia entre decenas de editoriales, medio mill¨®n de profesores y directivos de centros puedan volverse locos y elegir libros repletos de errores, de inadecuaciones a la comunidad o de ataques a las m¨¢s ¨ªntimas esencias nacionales. La comunidad educativa es lo suficientemente madura y razonable como para no necesitar ninguna sobreprotecci¨®n pol¨ªtica.

Actualmente, si un profesor decide ense?ar con sus propios materiales, nadie los supervisa, lo que da idea de la puerilidad de los controles de libros. En todo caso, la Administraci¨®n siempre tendr¨¢ la posibilidad de controlar a posteriori la calidad cient¨ªfica y adecuaci¨®n pedag¨®gica de los materiales, como en la mayor¨ªa de los pa¨ªses avanzados. T¨¦ngase en cuenta que, en toda la Uni¨®n Europea, s¨®lo Espa?a y Francia tienen sistemas de supervisi¨®n previa (estatal en el caso franc¨¦s).

La eliminaci¨®n de los controles previos tendr¨ªa indudables ventajas para las editoriales: mayor libertad de los autores, reducci¨®n de costes de edici¨®n, libertad de circulaci¨®n entre distintos territorios y disminuci¨®n de las trabas burocr¨¢ticas. A?¨¢dase a todo ello la contribuci¨®n a la armonizaci¨®n de un sistema educativo que ya ha dado claras se?ales de fragmentaci¨®n auton¨®mica. Obviamente, cada uno de estos beneficios se traducir¨ªa en mejoras objetivas para los estudiantes y sus familias. Es decir, para todos.