La octava plaga

La gala es una enfermedad televisiva t¨ªpicamente latina, de duraci¨®n interminable y s¨ªntomas determinados: actuaciones en play-back de cantantes para toda la familia, presentaciones cargadas de t¨®picos y chistes malos, gran escenario en un marco incomparable...La Gran Gala de la Hispanidad, emitida por Tele 5 desde Sevilla el pasado martes, sigui¨® los c¨¢nones del g¨¦nero. Soportamos la previsible riada de lugares comunes sobre la hermandad hispanoamericana y "la magia" de la ciudad anfitriona. Aguantamos las bromas de los conductores del acto (Paco Valladares, Gabriel Corrado y una Natalia Estrada peinada por el Doctor Maligno). Y sufrimos los parip¨¦s musicales de incontables "artistas maravillosos que venden cientos de miles de discos en todo el mundo", como Chayanne o Carlos Ponce.

Hay que reconocer que el programa tuvo peculiaridades. Sus responsables pretendieron insuflar un soplo de alta cultura en lo que no era m¨¢s que un veh¨ªculo de promoci¨®n para m¨²sicos pop latinos. La combinaci¨®n de actuaciones frivolonas y v¨ªdeos sobre grandes personajes (denominados "semblanzas hispanas" en el m¨¢s puro estilo 300 millones) cre¨® sorprendentes parejas: Severo Ochoa despu¨¦s de Az¨²car Moreno, Enrique Iglesias tras Manuel de Falla, un ballet post-Zoom y un tributo a Miguel ?ngel Asturias. El pretendido prop¨®sito educativo termin¨® en marasmo: acabamos confundiendo a Ram¨®n y Cajal con Donato y Est¨¦fano.

Un ritmo televisivo propio del festival de la OTI de 1978 y la ausencia casi absoluta de elegancia (el personaje con m¨¢s glamour entre el p¨²blico era Roci¨ªto) acabaron por eliminar cualquier atisbo de espect¨¢culo. Lo ¨²nico que sacaba de la modorra eran los disparates de gui¨®n (Estrada diciendo que unos versos que ley¨® rimaban "por el contenido") y los accidentes en la realizaci¨®n: p¨²blico movi¨¦ndose por los pasillos inoportunamente, Calamaro y¨¦ndose del play-back o la voz de un asistente gritando "tonto, tonto" despu¨¦s de una actuaci¨®n de Valladares.

Eso sin entrar en la intr¨ªnseca contradicci¨®n de un espacio dedicado a la Hispanidad que comienza con tres canciones en ingl¨¦s a cargo de Enrique Iglesias y Mariah Carey. Pero ¨¦stas son nimiedades en comparaci¨®n con el asunto de fondo, la desagradable sensaci¨®n de retroceder a tiempos oscuros que produce toda gala. Una pena que en el antiguo Egipto no hubiera televisi¨®n: Mois¨¦s podr¨ªa haberse evitado las siete plagas con un par de emisiones como ¨¦sta.

[La gran gala de la Hispanidad de Tele 5 fue el segundo programa m¨¢s visto del martes, con 30,4% de cuota de pantalla y 3.746.000 espectadores].