Jos¨¦ Luis de Juan defiende en un ensayo la virtud de la verg¨¹enza
Para Pascal, la verg¨¹enza era la sombra de las bellas almas; Durkheim intuy¨® que es la primera y quiz¨¢ m¨¢s importante emoci¨®n social, y Freud la consider¨® una sensaci¨®n regresiva propia de ni?os, mujeres y salvajes. El escritor Jos¨¦ Luis de Juan (Palma de Mallorca, 1956) reflexiona en su nuevo libro, Incitaci¨®n a la verg¨¹enza (Seix Barral) sobre ese sentimiento extra?o y hoy en declive que, seg¨²n el autor, sirve para revisar otras cuestiones como la moda o el amor.Para el autor de la novela El apicultor de Bonaparte, premio Juan March Cencillo 1996, la verg¨¹enza (salvo que alcance niveles extremos) siempre implica virtud. "Es una facultad de la inteligencia producto de la libertad: los padres de la Humanidad s¨®lo se llevan su verg¨¹enza cuando son expulsados desnudos del Ed¨¦n, y refleja un sentimiento ligado al mundo y a la vitalidad, que mantiene alerta", explica De Juan.
Sobre ese af¨¢n por ocultarla, el escritor opina que su manifestaci¨®n no es rentable socialmente. "En esta sociedad tan competitiva, basada en las apariencias, cualquier muestra de un sentimiento se considera una debilidad o poca desenvoltura", dice De Juan. Y hoy, esa emoci¨®n no triunfa ni siquiera en las relaciones amorosas. "Los a?os sesenta y setenta", a?ade, "vivieron una valoraci¨®n del t¨ªmido en el amor, pero desde hace unos a?os el hecho de mostrarse precavido (por ser una relaci¨®n misteriosa y extra?a) se valora negativamente. Ahora se busca una estandarizaci¨®n de las relaciones amorosas". Algo, que a juicio del autor, se percibe en las revistas femeninas y en la moda ("ir con alguien que, vestido al margen de las tendencias, produce verg¨¹enza").
Pudor y timidez
En la actualidad, el que triunfa es el que carece de verg¨¹enza, a?ade el autor de La mano que formula el deseo. Ya lo formul¨® Stendhal: "Hay mujeres que confunden la desverg¨¹enza de algunos hombres con el car¨¢cter". Para De Juan, esa actitud desenvuelta es una medida de adaptaci¨®n a un mundo hostil que en el fondo trasluce falta de ¨¦tica. Porque la forma moderna de ocultar la verg¨¹enza, siguiendo a Camus, es la mentira. "Es la moneda de cambio para ocultar lo que pensamos, o para decir lo contrario de lo que se piensa, y sin embargo no se da importancia a esas contradicciones", indica el autor.
De Juan distingue la verg¨¹enza de otros sentimientos como el pudor, la timidez y el amor propio. Para ¨¦l, la verg¨¹enza es el sentimiento m¨¢s complejo y rico. El pudor pertenece al mundo ¨ªntimo y es la sensaci¨®n m¨¢s misteriosa de esta familia de sentimientos, que a veces act¨²a como una barrera que sublima el placer sin llegar a consumarlo. En el amor propio, el m¨¢s valorado, hay mucha modestia para no mostrar ese egocentrismo que todos llevamos dentro, y tiene que ver con la imagen que proyecta uno en los dem¨¢s, y su ausencia, contin¨²a el escritor, crea conciencias nulas. Y la timidez puede encerrar mucho cinismo, porque con ese sentimiento el t¨ªmido puede esconder el prop¨®sito de alcanzar cuotas de control.
Babelia
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