Espacio 2005
LA CREACI?N en un plazo de cinco a?os de un espacio de justicia y libertad en la UE, objetivo constante de los Gobiernos espa?oles, ha recibido importantes impulsos en el Consejo Europeo extraordinario concluido ayer en Tampere. Dadas las disparidades en las culturas judiciales ser¨¢ un proceso lleno de dificultades. Pero la decisi¨®n de principio del reconocimiento mutuo de sentencias penales y civiles, o el prop¨®sito de una definici¨®n com¨²n de delitos graves, constituye un progreso conceptual importante, lo mismo que la intenci¨®n de reemplazar los procesos de extradici¨®n por simples traslados para los condenados por sentencia firme.En el fondo, se trata de copiar el sistema que llev¨®, entre 1986 y 1992, a establecer el mercado ¨²nico para construir ese espacio de libertades, judicial y policial, que al cabo ha de basarse sobre la confianza mutua en la justicia de cada pa¨ªs, de modo paralelo a como se reconocen en el mercado interior los controles de calidad de los productos en los pa¨ªses de origen. De momento, se insiste m¨¢s en la seguridad que en la libertad, con la excepci¨®n del estatuto del residente. Se dice que de otro modo el espacio interno en la UE ser¨¢ aprovechado, antes que nadie, por el crimen organizado. Y porque algunas opiniones p¨²blicas, como lo refleja el ¨¦xito del derechista Haider en Austria, lo est¨¢n exigiendo.
Lejos a¨²n de una polic¨ªa com¨²n, un paso constructivo en la lucha europea contra el crimen es la buena acogida deparada en Tampere a la creaci¨®n de una red de cooperaci¨®n judicial. Propuestas concretas las ha habido de diversa ¨ªndole. Pero detr¨¢s de las buenas palabras acechan algunos intereses nacionales que pueden impedir ponerlas en pr¨¢ctica. Todos de acuerdo, s¨ª, para la lucha contra el blanqueo de dinero, pero algunos, como el Reino Unido, quieren preservar sus para¨ªsos fiscales, entre los que destaca el de Gibraltar, ignorado en las propuestas conjuntas de Aznar y Blair. Frente a esta excepci¨®n, ha quedado claro que se trata de construir esa nueva Europa judicial para todos, sin excepciones, a la vez que avanza el principio de la solidaridad a la hora de abordar el problema del asilo y las medidas para prevenir la inmigraci¨®n ilegal. En Tampere se han puesto unos pocos ladrillos m¨¢s para construir un edificio apuntado en el Tratado de Amsterdam. Pero falta casi todo por hacer.
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