El descenso de participaci¨®n fue mucho menor en la corona de Barcelona

La participaci¨®n deb¨ªa ser el elemento determinante de estas elecciones, en las que se daba por supuesto que se superar¨ªa el 64,6% de 1995. Y la abstenci¨®n ha sido la clave. Tan s¨®lo un 59,92% de los catalanes acudi¨® a las urnas. Pero ha sido una abstenci¨®n selectiva. El descenso global de participaci¨®n ha sido de 4,68 puntos, pero en el Baix Llobregat y el Barcelon¨¨s la ca¨ªda ha sido mucho menor. Aunque en t¨¦rminos relativos, la candidatura de Maragall moviliz¨® al cintur¨®n industrial de Barcelona.

Ninguna de las encuestas previas a los comicios pronosticaba una participaci¨®n por debajo de la de 1995. Se hablaba de voto dual y de abstenci¨®n diferencial, pero estas elecciones han demostrado que tambi¨¦n existe la abstenci¨®n dual. Voto dual es el que ejercen aquellos que, dependiendo del tipo de convocatoria, se decantan por partidos diferentes de forma sistem¨¢tica. Abstenci¨®n diferencial es la que hace que un determinado tipo de ciudadano renuncie a participar en unas elecciones, pero no en otras. El domingo qued¨® demostrado que esta abstenci¨®n no s¨®lo la practican los votantes socialistas del cintur¨®n de Barcelona, sino tambi¨¦n los votantes convergentes de la Catalu?a rural donde el descenso de la participaci¨®n ha sido clamoroso. Pero no ha perjudicado a la coalici¨®n de CiU de forma proporcional a la p¨¦rdida de votos. El caso de Lleida es un buen ejemplo. CiU pierde m¨¢s de 8.000 votantes, pero mantiene los ocho esca?os que ya ten¨ªa. ERC, en cambio, con una p¨¦rdida de 4.000 pierde uno de sus dos diputados.

La victoria de CiU en las elecciones auton¨®micas catalanas se ha sustentado en gran medida en su indiscutible hegemon¨ªa en las comarcas m¨¢s rurales, donde ha cosechado sus mejores resultados. Pujol ha superado a la coalici¨®n encabezada por Pasqual Maragall en 35 de las 41 comarcas catalanas.

Siempre en t¨¦rminos comparativos con las elecciones al Parlament de 1995, el Alt y el Baix Camp, los dos Empord¨¤, el Baix Ebre, el Bergued¨¤, la Cerdanya, la Conca de Barber¨¤, el Giron¨¨s, la Noguera, el Pallars Juss¨¤, el Pla de l"Estany, la Ribera d"Ebre, el Ripoll¨¨s, la Segarra, el Segri¨¤ y la Terra Alta han registrado una participaci¨®n de cinco o m¨¢s puntos por debajo de la de las anteriores elecciones auton¨®micas.

En algunos casos la cifra llega a ser sorprendente, como en el Baix Camp (7,08% menos) o en el Giron¨¨s (6,51%), la Segarra (6,28%) y el Alt Camp (6,49%). Por el contrario, como curiosa excepci¨®n, el Pallars Subir¨¤ presenta el menor descenso de participaci¨®n; tan s¨®lo un 1,94%. Pero el censo electoral de esta comarca es tan s¨®lo de poco m¨¢s de 5.000 votantes.

El "efecto Chunguitos"

En el ¨¢rea metropolitana de Barcelona ha sucedido todo lo contrario. El Baix Llobregat, el Barcelon¨¨s y los dos Vall¨¨s, que contabilizan 3.288.887 electores, han sufrido un descenso de participaci¨®n mucho menor que el global de Catalu?a. El Baix Llobregat tan s¨®lo un 2,93%, el Barcelon¨¨s un 3,19%, el Vall¨¨s Occidental un 3,52% y el Vall¨¨s Oriental un 3,51%. As¨ª pues, aunque s¨®lo sea en t¨¦rminos relativos, la movilizaci¨®n del electorado que supuestamente se absten¨ªa en las elecciones catalanas, aunque votara a las opciones de izquierda en las generales y las municipales, se ha producido. El efecto Chunguitos ha castigado a Pujol.

De la lectura pormenorizada de la participaci¨®n por comarcas se extraen datos curiosos. As¨ª, por ejemplo, el caso del Pallars Subir¨¤ no se repite en su vecino Pallars Juss¨¤, donde se registra un aumento de la abstenci¨®n de hasta 6,20 puntos. Y hay sorprendentes excepciones. Junto al ¨¢rea metropolitana de Barcelona, surgen comarcas como el Solson¨¨s, donde s¨®lo se ha producido un descenso de 2,69 puntos, o en las Garrigues del 2,93%.

Pero esta escasa participaci¨®n en la Catalu?a rural ha incidido a¨²n m¨¢s en el perverso efecto del reparto de esca?os que prima las circunscripciones menos pobladas. Es decir, como ha habido menos votos emitidos, el precio de un diputado ¨¦s a¨²n menor. Por ejemplo, en Lleida, CiU, con 90.000 votos obtiene ocho de los 15 esca?os de esta circunscripci¨®n, que apenas representa el 6% del electorado. En Barcelona, IC, con casi 80.000 votos s¨®lo ha conseguido tres diputados.