Un comit¨¦ de notables propone el voto por mayor¨ªa en una Uni¨®n Europea ampliada
El ex primer ministro de B¨¦lgica, Jean-Luc Dehaene, defendi¨® ayer una reforma a fondo de las instituciones europeas y que ¨¦sta se cierre a finales del a?o 2000. Su propuesta, como presidente de un grupo de tres sabios, pasa por mantener una Comisi¨®n amplia pero presidencialista, reformar el voto -aunque no aclara en qu¨¦ direcci¨®n-, convertir en regla el voto por mayor¨ªa cualificada y en excepci¨®n el derecho de veto y facilitar las llamadas "cooperaciones reforzadas" que permitan crear lo que algunos llaman "una Europa a la carta". Espa?a descalific¨® el conjunto de las propuestas.
Dehaene, flanquedado por el expresidente alem¨¢n Richard von Weizs?cker y por lord David Simon -ex presidente de British Petroleum y exministro brit¨¢nico de Comercio-, present¨® un documento de apenas 14 p¨¢ginas que promete provocar una considerable pol¨¦mica. Alabado por funcionarios de la Comisi¨®n y criticado por diplom¨¢ticos de los Estados miembros por considerar que es "un texto desequilibrado que respira por todos sus poros las posiciones de los pa¨ªses del Benelux", la propuesta de este nuevo comit¨¦ de sabios comunitario pretende forzar a la Comisi¨®n "a que presente su propia propuesta sobre la reforma", seg¨²n Dehaene. Algo ya pol¨¦mico en si mismo porque la Comisi¨®n no tiene derecho de iniciativa en la reforma de los Tratados, aunque nada la impide emitir su opini¨®n sobre c¨®mo cree que deber¨ªa ser la reforma.Los tres expertos defienden la tesis de que, en lugar de realizar una minireforma ahora y una gran reforma dentro de unos a?os, los Quince procedan ya a una profunda reforma institucional que permita a la Uni¨®n Europea ir recibiendo a los 12 pa¨ªses que, desde el pr¨®ximo a?o, van a negociar su adhesi¨®n.
Los tres sabios proponen que se garantice que cada Estado tenga un comisario y compensar esa carga -una Comisi¨®n con 25 o 30 comisarios- reforzando los poderes de su presidente. "Esa visi¨®n presidencialista amenaza con desbaratar el car¨¢cter colegial de la Comisi¨®n para convertirla en un Gobierno. Provocar¨ªa problemas de legitimidad si el presidente no es elegido directamente en sufragio universal", opinan algunos. Pero el propio Dehaene admiti¨® ayer que es "irreal" pensar que los Quince vayan a aceptar la elecci¨®n directa del presidente de la Comisi¨®n.
Los sabios proponen tambi¨¦n extender el voto por mayor¨ªa cualificada para convertirlo en "la norma", lo que significa limitar a la excepci¨®n el derecho de veto. Es la exigencia que tradicionalmente plantean los pa¨ªses peque?os a cambio de reformar la actual ponderaci¨®n de voto en el seno del Consejo de Ministros. La propuesta de los expertos no especifica qu¨¦ asuntos seguir¨ªan rigi¨¦ndose por la regla de la unanimidad, aunque dejaron pocas dudas de que uno de los m¨¢s pol¨¦micos, la fiscalidad, seguir¨¢ rigi¨¦ndose por el derecho de veto.
Reponderaci¨®n del voto
Aunque defienden la limitaci¨®n del veto, no se pronuncian sobre la reponderaci¨®n del voto en el Consejo de Ministros. Admiten que la ampliaci¨®n al Este obliga a replantearse el actual reparto entre pa¨ªses grandes, peque?os y medianos, pero no hacen propuestas espec¨ªficas porque "el grupo [de sabios] carece de mandato para ello". Los pa¨ªses m¨¢s poblados (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Espa?a) exigen tener m¨¢s peso en las votaciones del Consejo porque temen que la entrada de nuevos socios desequilibre la actual ponderaci¨®n. De los 12 candidatos, el ¨²nico grande en t¨¦rminos de poblaci¨®n es Polonia, que tiene tantos habitantes como Espa?a.
Una de las propuestas m¨¢s pol¨¦micas es la de simplificar la llamadas cooperaci¨®n reforzada, la flexibilidad. Introducida en el Tratado de Amsterdam, pretende permitir que un grupo de pa¨ªses puedan llevar a cabo nuevas pol¨ªticas comunitarias aunque otros no las apoyen. Con la flexibilidad, los que no las apoyan se quedan al margen, pero no las vetan. Los sabios pretenden fomentar ese tipo de pol¨ªticas, aunque admiten que a¨²n no ha habido tiempo para verificar si funciona o no lo acordado.
Los sabios sugieren tambi¨¦n reducir la extensi¨®n del Tratado para hacerlo m¨¢s accesible al ciudadano. Pero detr¨¢s de esa generosa sugerencia algunos pa¨ªses ven una maniobra para desgajar el Tratado y modificar por mayor¨ªa cualificada lo que hasta ahora se adoptaba por unanimidad. "Eso no lo aceptaremos ni en broma", afirma el embajador espa?ol ante la UE, Javier Elorza.
Proponen tambi¨¦n que la reforma de la Comisi¨®n se extienda a otras instituciones, como el Tribunal de Justicia, el de Cuentas y el Comit¨¦ de las Regiones.
La herencia de Amsterdam
La necesidad de reformar las instituciones europeas es una herencia del fracaso de las negociaciones para reformar el Tratado de Maastricht. Aquella reforma, que dio a luz el Tratado de Amsterdam el 17 de junio de 1997, se cerr¨® en falso porque no hubo consenso en el asunto que la hab¨ªa originado: adaptar las instituciones comunitarias a una Uni¨®n que con los pa¨ªses del Este puede tener m¨¢s de 25 socios en unos a?os.Los Quince acordaron en Amsterdam que la UE podr¨ªa recibir a cinco nuevos socios con las instituciones tal y como est¨¢n, pero ¨¦stas se deben reformar antes del ingreso del socio n¨²mero 21. Las normas a modificar, seg¨²n el protocolo aprobado all¨ª, son las que afectan al voto en el Consejo de Ministros y a la composici¨®n de la Comisi¨®n Europea. Es la "mini reforma institucional".
Los sabios van mucho m¨¢s all¨¢ y defienden una reforma de gran calado que incluya, entre otros muchos cambios, la extensi¨®n del voto por mayor¨ªa cualificada, que ya fue uno de los objetivos de Amsterdam, pero apenas progres¨® entonces. En parte por la falta de acuerdo institucional y en parte por el cambio de posici¨®n de Alemania, que debido a las presiones de los l?nder se aline¨® con quienes defend¨ªan el mantenimiento del derecho de veto en muchas pol¨ªticas comunitarias.
Oposici¨®n de Espa?a
"Espa?a se opone a esa idea de una maxiconferencia intergubernamental", advierte el embajador permanente espa?ol ante la UE, Javier Elorza. "Y nos oponemos porque eso crear¨ªa dificultades al Reino Unido para conseguir que su opini¨®n p¨²blica acepte que la libra ingrese en el euro; impedir¨ªa realizar una ampliaci¨®n r¨¢pida, porque es impensable que se pueda hacer esa reforma con rapidez, y ser¨ªa in¨²til porque la reforma en profundidad no se puede hacer hasta que no conozcamos las verdaderas consecuencias del euro en nuestras pol¨ªticas fiscales y econ¨®micas. Y para eso hay que esperar cuatro o cinco a?os", sostiene Elorza.
"La posici¨®n espa?ola sigue siendo la que se acord¨® al cerrar el Tratado de Amsterdam: hagamos una reforma del voto y de la Comisi¨®n que permita la adhesi¨®n de los pa¨ªses del Este y luego, dentro de unos a?os, abordemos la gran reforma. Es una posici¨®n defendida tambi¨¦n por otros pa¨ªses", concluye Elorza.
Las reticencias espa?olas no se limitan al tratamiento general de la reforma (mini o maxi) o al calendario (ahora o dentro de unos a?os). Espa?a plantea objeciones concretas a muchas de las propuestas, desde la de extender la mayor¨ªa cualificada a la de simplificar las cooperaciones reforzadas, desde la de desgajar del Tratado una parte constitucional para poder modificar las normas b¨¢sicas de las pol¨ªticas comunitarias por mayor¨ªa cualificada hasta la de extender la reforma a otras instituciones y no limitarla a la Comisi¨®n Europea.
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