Thatcher y Pinochet

Qu¨¦ cruel iron¨ªa (y qu¨¦ lecci¨®n de historia) la portada de EL PA?S del 7 de octubre pasado: arriba, el rostro hier¨¢tico de la dama de hierro jaleando al genocida Pinochet, cuya imagen se adivina al fondo. Abajo, la noticia de que los muertos en el accidente ferroviario de Londres podr¨ªan superar el centenar.No hay duda de que el thatcherismo ha sido el pinochetismo de un pa¨ªs desarrollado. En Inglaterra es muy dif¨ªcil torturar, asesinar y arrojar los cad¨¢veres de la gente al T¨¢mesis o al canal de la Mancha impunemente. Eso s¨®lo les puede ocurrir a algunos pobres chilenos, que viven en un pa¨ªs muy lejano y casi irrelevante. Sin embargo, Margaret Thatcher s¨ª que pudo cerrar todos los pozos mineros que quiso, enviar a sus j¨®venes a morir en una guerra absurda (para su fortuna gan¨®, que es lo ¨²nico que cuenta) y fabricar cientos de miles de muchachos sin esperanza y sin futuro que llamamos hooligans. Pero su herencia m¨¢s ominosa tal vez haya sido convertir los servicios p¨²blicos en un puro y simple negocio. Ah¨ª est¨¢n las consecuencias: entre los hierros retorcidos de un sistema ferroviario en ruinas reposan un centenar de v¨ªctimas inocentes. ?se es el balance final de esta altanera dama, que no tuvo la oportunidad de matar con sus propias manos a los "marxistas" que s¨ª liquid¨® su admirado amigo. A no dudarlo, a ella tampoco le hubiera temblado el pulso.- , Salamanca.