El juego maldito

El Arlequ¨ªn es un teatro rescatado al cine. Tiene una historia relativamente corta, pero brillante, y algunos de sus estrenos que fueron famosos est¨¢n reproducidos en las fotograf¨ªas que adornan las paredes. La empresa Cornejo ha recuperado tambi¨¦n una sala del cine Avenida, otra del Real Cinema y reconstruye el teatro Maravillas. Merece un elogio su fe en tiempos dif¨ªciles. El local es peque?o y acogedor, su reconstrucci¨®n ha sido cuidada y debe recuperar su buena leyenda.Tampoco se han ahorrado dificultades al elegir la obra del estreno. Sleuth, de Anthony Shaffer, fue un ¨¦xito mundial; pero Hollywood se apoder¨® de ella y fue uno de esos casos, no tan frecuentes, en los que la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica super¨® al original.

Otros efectos

La dirigi¨® Joseph L. Mankiewicz y sus dos ¨²nicos personajes los hicieron Laurence Olivier y Michael Caine. Parece todo dicho, pero hay algo m¨¢s: las posibilidades de producci¨®n. La inteligente y bien dialogada historia -y esto permanece- es la de un ingl¨¦s de la alta sociedad, escritor policiaco de ¨¦xito, que invita al amante de su mujer, un peluquero de origen italiano, para envolverle en una venganza astuta y meditada, en su casa trucada: en esta cuesti¨®n de efectos especiales el teatro tiene poco que hacer frente a un cine de gran inversi¨®n econ¨®mica.

Habr¨¢ personas que no la hayan visto nunca, y para ellas esta versi¨®n que interpretan Agust¨ªn Gonz¨¢lez y Andoni Ferre?o, con la movilidad y la preparaci¨®n del director Richard Reguant, les parecer¨¢ suficiente, sobre todo en un momento en que el p¨²blico de teatro busca el thriller, la intriga, el misterio y el efecto. Me parecieron apasionados en la funci¨®n del domingo por la tarde.