Dos estilos
Hace algo m¨¢s de seis a?os el entonces presidente del Gobierno fue abucheado por un grupo de estudiantes de la Universidad Aut¨®noma de Madrid mientras pronunciaba una conferencia en dicha Universidad. Esta misma semana estudiantes de la Universidad de Granada han "abroncado" (titular de portada de El Mundo) al presidente de la Junta de Andaluc¨ªa cuando iba a intervenir en una conferencia en dicha Universidad. En ambos casos los universitarios han podido ejercer su derecho a la libertad de expresi¨®n sin que hayan intervenido las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para imped¨ªrselo. Al contrario. Felipe Gonz¨¢lez continu¨® dando su conferencia a pesar del abucheo e incluso admiti¨® que hubiera coloquio y respondi¨® a las preguntas que se le formularon sin rechazar ninguna. Manuel Chaves no s¨®lo soport¨® estoicamente el abucheo, sino que se reuni¨® despu¨¦s con los universitarios para o¨ªr directamente lo que tuvieran a bien decirle. Soportar un abucheo por parte de los estudiantes es algo que, como dijo muy gr¨¢ficamente el presidente andaluz, "entra en el sueldo".Hace unos meses los estudiantes de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona que pretendieron ejercer ese mismo derecho con ocasi¨®n de la visita a su Universidad del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, no pudieron hacerlo como consecuencia de una brutal carga policial. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no se entrevist¨® con ning¨²n estudiante y todav¨ªa no ha pedido disculpas a la Universidad por la carga policial. Tampoco lo ha hecho el ministro de Interior, que mantiene como delegada del Gobierno en Catalu?a a la se?ora Garc¨ªa Valdecasas, a pesar de que ha habido una condena de la actuaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional por el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a.
Creo que vale la pena reflexionar sobre esta doble manera de hacer frente a una protesta estudiantil, porque es muy expresiva de la manera de gobernar. Soportar abucheos de los estudiantes no es nunca agradable. Pero es un riesgo que corre siempre un presidente de Gobierno, de la Naci¨®n o de una Comunidad Aut¨®noma, que acude a un campus universitario. Cuando se est¨¢ en la oposici¨®n se puede acudir con garant¨ªas de que no va a haber ning¨²n tipo de problemas. Pero cuando se est¨¢ en el Gobierno, no. La probabilidad de que los estudiantes protesten y de que lo hagan de forma ruidosa es muy alta.
Esa es la regla de juego en la sociedad democr¨¢tica. A la Universidad se puede ir o se puede no ir. Pero lo que no se puede es ir e impedir que los universitarios se expresen como lo estimen pertinente.
Es obvio que el presidente del Gobierno no orden¨® la carga policial en la Aut¨®noma de Barcelona. Pero no lo es menos que la delegada del Gobierno sigue siendo la misma persona que s¨ª la orden¨®. A cambio, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ha sido el primer presidente declarado persona non grata por una Universidad. ?Es mejor eso que prescindir de una delegada de Gobierno que, en lugar de garantizar el ejercicio de los derechos constitucionales de los estudiantes, los conculca?
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