El Atl¨¦tico gana de forma convincente
El equipo de Ranieri se impuso sin problemas al Valladolid, que dependi¨® de V¨ªctor
Contra el criterio de su entrenador, al Atl¨¦tico no le hizo falta jugar mal para ganar con toda justicia al Valladolid. Su mejor partido se convirti¨® en el mejor resultado de la temporada. As¨ª de sencillo es el f¨²tbol. Luego se podr¨¢ opinar sobre las caracter¨ªsticas del juego, del estilo, de las preferencias de cada cual. Pero esa es materia para otro debate.Esta vez el Atl¨¦tico no se movi¨® por una actitud intempestiva. No le falt¨® vigor, ni desatendi¨® la presi¨®n, ni abandon¨® la velocidad, valores caracter¨ªsticos del f¨²tbol que pretende Ranieri. Pero tampoco se cay¨® en excesos contraproducentes, en la fogosidad in¨²til que hab¨ªa llevado al Atl¨¦tico a la ¨²ltima posici¨®n del campeonato. Hubo un plan y se ejecut¨® con bastante precisi¨®n.
ATL?TICO 3
VALLADOLID 1Atl¨¦tico de Madrid: Molina; Gaspar, Gamarra, Chamot, Capdevila; Jos¨¦ Mari (Hugo Leal, m.93), Bejbl, Baraja, Solari (Aguilera, m.85); Correa (Valer¨®n, m.72), Hasselbaink. Valladolid: C¨¦sar; Santamar¨ªa, Pe?a, Garc¨ªa Calvo; Chema, (Luis, m.80), Rodrigo, Lozano, Eusebio (Turiel, m. 61), Marcos; V¨ªctor, Alberto (Congo, m. 61). Goles: 1-0. M. 27. Capdevila remata libre de marca una falta que hab¨ªa cabeceado Chamot. 1-1. M. 62. V¨ªctor culmina jugada de contragolpe del Valladolid. 2-1. M. 70. Solari desde el borde del ¨¢rea. 3-1. M. 94. Hasselbaink, de cabeza. ?rbitro: Brito Arceo. Amonest¨® a Baraja, Chamot, Aguilera, Rodrigo. Estadio Calder¨®n, 25.000 espectadores. Presenciaron el partido el seleccionador, Jos¨¦ Antonio Camacho, y el t¨¦cnico de la selecci¨®n uruguaya, Daniel Passarella.
No se puede hablar de un gran partido. S¨ª de uno respetable por lo que se refiere al Atl¨¦tico. Del Valladolid apenas se puede decir nada. Lleg¨® al Manzanares con cierta fama de equipo equilibrado y no hizo nada por confirmarla. Su actividad se redujo al incisivo juego de V¨ªctor, delantero diminuto que merece m¨¢s cr¨¦dito que algunos que alardean de figuras. V¨ªctor complic¨® la vida a la defensa del Atl¨¦tico con su velocidad y sus regates. Lo hizo de vez en cuando, porque el Valladolid le busc¨® poco. V¨ªctor se vio en la obligaci¨®n de buscarse la vida en territorio enemigo. Sali¨® con nota de su empe?o. Marc¨® un gol y estuvo a punto de convertir otros dos remates. Pero fuera de V¨ªctor, el Valladolid pas¨® de puntillas por el Manzanares.
En su b¨²squeda de una alineaci¨®n que se le ha resistido hasta ahora, Ranieri incluy¨® algunas variantes. Puso a sus tres delanteros -Correa, Hasselbaink y Jos¨¦ Mari-, jug¨® con tres defensas -Gaspar, Gamarra y Chamot- y pobl¨® el centro del campo. En el caso de Jos¨¦ Mari hay que ubicarle como delantero reconvertido a carrilero. As¨ª es la vida del futbolista. Uno se cree dotado para el juego en el ¨¢rea y termina tirando millas por la banda. El experimento no funcion¨® ni bien ni mal. El papel de Jos¨¦ Mar¨ª fue irrelevante en comparaci¨®n con el de Baraja, Solari, Correa y Hasselbaink, los principales actores del partido.
La superioridad del Atl¨¦tico se debi¨® al poder¨ªo de sus centrocampistas frente a los indolentes medios del Valladolid. Eusebio fue el ¨²nico que intent¨® levantarse sobre la mediocridad general. Busc¨® pases pero no encontr¨® a nadie. El Valladolid perdi¨® el bal¨®n con un rapidez extraordinario. Alg¨²n m¨¦rito tuvo la presi¨®n del Atl¨¦tico, que se movi¨® con su l¨ªnea defensiva muy adelantada y con sus mediocampistas en territorio del Valladolid. Cada vez que recuperaban el bal¨®n, se encontraban muy cerca del ¨¢rea del Valladolid, que sufri¨® un ataque de p¨¢nico. Se quit¨® del partido y esper¨® alg¨²n error del Atl¨¦tico, actitud pobr¨ªsima que le condenaba a la derrota.
Marc¨® Capdevila y empat¨® V¨ªctor, como no pod¨ªa ser de otra forma. En otros d¨ªas, la situaci¨®n hubiera sido delicad¨ªsima para el Atl¨¦tico, ¨²ltimo de la clasificaci¨®n y v¨ªctima de una crisis que le tiene agarrotado. Pero, por una vez, no se quebr¨® el equipo. Ni tuvo tiempo de hacerlo. Una buena intervenci¨®n de Hasselbaink, que vio la llegada de Solari, permiti¨® el remate y el gol del argentino. Con la derecha, por cierto. El Valladolid cambi¨® la mayor¨ªa de sus centrocampistas con la intenci¨®n de variar el signo del encuentro. No lo consigui¨®. Nunca estuvo en condiciones de apremiar al Atl¨¦tico, que anot¨® el tercero por medio de Hasselbaink, el rematador que ha sostenido mal que bien a su equipo. Ayer no fue tan necesario, la mejor noticia para el Atl¨¦tico, que arranc¨® por fin.
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