Millones de colombianos exigen la paz en la calle el d¨ªa en que se inician las negociaciones
El lema era No m¨¢s, y el mensaje, claro: "El coste de la guerra lo paga usted, y de usted depende que esto se acabe". Y convenci¨®. Al menos 12 millones de colombianos salieron a la calle, convocados por diversas organizaciones civiles, para que en Uribe -el pueblecito donde ayer comenzaron las negociaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)- se escuchara este deseo de acabar con una guerra que, en los ¨²ltimos 50 a?os, ha sesgado 400.000 vidas. Mientras, en Medell¨ªn, tres bombas explotaron para demostrar que ¨¦ste no va a ser un camino f¨¢cil.
"Sin justicia social y sin libertades democr¨¢ticas no se callar¨¢n las armas", se lee en una pancarta colocada a la entrada de Uribe. El nuevo intento de reconciliaci¨®n no tiene como metas la desmovilizaci¨®n ni el desarme de este grupo guerrillero, que ech¨® ra¨ªces hace 50 a?os. Pero al mismo tiempo, en las calles de las principales ciudades de Colombia, millones de ciudadanos exigieron el silencio de las armas.Francisco Santos, jefe de informaci¨®n de El Tiempo, dijo, en nombre de la fundaci¨®n Pa¨ªs Libre, que 12 de los 40 millones de habitantes de Colombia se manifestaron ayer en 700 localidades bajo el lema de No m¨¢s. "S¨®lo en Bogot¨¢ han participado dos millones y en Medell¨ªn, otros dos". En esta ¨²ltima ciudad, la marcha se realiz¨® a pesar de las tres bombas que explotaron en el exterior de la alcald¨ªa y de una oficina bancaria, que provocaron graves da?os, pero ninguna v¨ªctima mortal.
En Uribe, uno de los municipios de la zona desmilitarizada el 7 de noviembre, los delegados del Gobierno y de los mandos de las FARC celebraron, ante periodistas e invitados, el acto que marca el inicio de las negociaciones. El ministro colombiano del Interior, Humberto Mart¨ªnez, dijo que "el proceso ha tomado su propia din¨¢mica y que es irreversible, aunque los colombianos deben saber que los problemas no se solucionar¨¢n de un d¨ªa para otro". El comandante guerrillero Ra¨²l Reyes centr¨® su discurso en tres puntos: no a la extradici¨®n; s¨ª a la ampliaci¨®n de la zona desmilitarizada, y necesidad de reestructar las relaciones con EEUU.
Los 349 d¨ªas empleados en conversar para poder negociar, salpicados de contratiempos, han dejado la sensaci¨®n de que las FARC no tienen prisa y de que todo se ha desarrollado conforme a su libreto. El ¨²nico resultado es una agenda com¨²n de 12 puntos para el cambio hacia una nueva Colombia.
"Se ha perdido mucho tiempo", sostienen unos. Otros piensan que estos meses, aparentemente perdidos, han servido para calmar los ¨¢nimos. Por los campamentos guerrilleros de la zona despejada han desfilado pol¨ªticos, periodistas, empresarios y hasta el presidente de la Bolsa de Wall Street. Sin duda, no ha sido un a?o f¨¢cil: la guerrilla ha realizado una media de 37 acciones violentas al mes, y los paramilitares han asesinado a 633 campesinos.
Al acto de ayer no asistieron los dos hombres clave: Andr¨¦s Pastrana, de 44 a?os -abogado, economista y presidente, que ayer se encontraba en Madrid-, y Manuel Marulanda Tirofijo -un campesino que so?aba con ser violinista, a los 20 arm¨® una guerrilla, y, hoy, a los 72, es el guerrillero m¨¢s viejo del mundo-.
Pero los dos han dejado asomar sus cartas. Pastrana anunci¨® los puntos innegociables: "Ni principios democr¨¢ticos ni unidad territorial ni soberan¨ªa". Y se?al¨® lo prioritario: voluntad para firmar acuerdos, respeto a los derechos humanos y erradicaci¨®n de los cultivos il¨ªcitos. Seg¨²n Pastrana, en el primero de sus dos encuentros, Marulanda le dijo: "D¨¦me plata y l0 a?os, y yo erradico". Los guerrilleros reiteraron ayer su plan piloto de sustituci¨®n en el municipio de Cartagena del Chair¨¢, en plena selva. Precisamente, ayer, en el inicio de las negociaciones, la guerrilla pidi¨® que la zona desmilitarizada incluya los 13.000 kil¨®metros cuadrados de ese municipio.
Tirofijo plantea un "modelo socialista" que no repita los errores. Un punto central en el dec¨¢logo que maneja esta organizaci¨®n, b¨¢sicamente campesina, es una reforma agraria integral. Su planteamiento de modelo econ¨®mico, en el que el Estado debe ser "el principal propietario de los sectores estrat¨¦gicos", se anuncia como uno de los asuntos conflictivos.
Otro hueso duro de roer ser¨¢ el de la reforma de las Fuerzas Armadas. Para dar la pelea en esta cuesti¨®n, un ex general, Jos¨¦ Gonzalo Forero, estar¨¢ en la mesa. Lo acompa?ar¨¢n en esta tarea tres escuderos de Pastrana -su secretario, su ex asesor pol¨ªtico y el ex presidente del Senado- y un empresario liberal no partidista. Los cinco forman el equipo oficial.
Muchos de los que conocen c¨®mo se vive en las zonas donde manda la insurgencia -tiene fuerte presencia en m¨¢s de 400 de los l.002 municipios del pa¨ªs- no creen ni en la democracia ni en la justicia social que pregonan las FARC. Tom¨¢s Rold¨¢n, un espa?ol que lleg¨® al Meta hace 35 a?os y hoy es p¨¢rroco de Uribe, opina: "Deber¨ªan armar un diccionario de palabras necesarias como democracia y paz. Para la guerrilla, democracia y paz es hacer lo que ellos digan; para el Gobierno, paz es callar las armas".
Los terceros en discordia, los paramilitares, no quisieron dejar pasar la oportunidad. El estado mayor de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) hizo p¨²blica una carta dirigida a Pastrana en la que ofrecen un "cese nacional y unilateral" en las acciones militares, bajo el compromiso pol¨ªtico de las FARC y del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional [ELN] de dejar en libertad a los secuestrados".
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