Cambio en Argentina
CON 10 puntos de ventaja que hacen innecesaria una segunda vuelta, los argentinos han elegido presidente a Fernando de la R¨²a, enterrando una d¨¦cada de peronismo interpretada por Carlos Menem. A la peor derrota del justicialismo en medio siglo, en la persona de Eduardo Duhalde, no es ajena su rivalidad con Menem. De la R¨²a, candidato de la Alianza de centro-izquierda, ha vencido m¨¢s por lo que no es que por lo que es; b¨¢sicamente, por la normalidad que exhibe frente a la exuberancia de Menem. ?ste, en una reacci¨®n no muy leal con su partido y con Duhalde, ya ha empapelado Buenos Aires postul¨¢ndose como el aspirante para las elecciones del 2003.La Argentina que deja Menem, pese a todas sus carencias, es m¨¢s fuerte y democr¨¢tica que la que encontr¨® en 1989, a cuyo tim¨®n lleg¨® enarbolando un populismo rayano en la demagogia. El presidente saliente, quiz¨¢ el m¨¢s influyente de Latinoam¨¦rica esta d¨¦cada, escond¨ªa tras su extravagante fachada un pragmatismo pol¨ªtico puesto de manifiesto en algunas decisiones cruciales. Liquid¨® una inflaci¨®n hist¨®rica y consigui¨® a trav¨¦s de la convertibilidad peso-d¨®lar encarrilar la econom¨ªa. Perdon¨® a los militares encarcelados por las atrocidades cometidas durante la dictadura y ha reducido hasta casi la irrelevancia a unas Fuerzas Armadas con vocaci¨®n de salvapatrias. A medida que avanzaba su segundo mandato, sin embargo, fue desapareciendo la magia que le permiti¨® el apoyo simult¨¢neo de los humildes y de los enriquecidos por su libremercadismo. Las acusaciones de corrupci¨®n se han multiplicado, la evasi¨®n fiscal est¨¢ generalizada y algunas grandes privatizaciones han creado de hecho monopolios privados. Argentina sufre una recesi¨®n aguda, la segunda en cuatro a?os, que ha recortado en m¨¢s de un 3% la riqueza nacional.
En este paisaje hay que saludar el triunfo de De la R¨²a sobre un Duhalde que apuntaba de nuevo al populismo econ¨®mico. El regeneracionista que pretende ser el nuevo jefe del Estado estar¨¢ m¨¢s capacitado para lidiar, a partir de diciembre, con los peores aspectos de la herencia de Menem. Ha prometido combatir sin tregua la corrupci¨®n, tiene mejores credenciales para intentar reformar la polic¨ªa o el poder judicial, y anuncia que mantendr¨¢ la convertibilidad, columna vertebral de la pol¨ªtica econ¨®mica actual. Los argentinos, que guardan memorias terribles de un pa¨ªs p¨¦simamente administrado, parecen tener claro que la estabilidad es insoslayable.
A De la R¨²a le esperan de inmediato tragos amargos, ya que deber¨¢ pactar con sus adversarios los grandes asuntos, como las reformas estructurales o la austeridad fiscal. La cohabitaci¨®n es necesaria, porque los peronistas no s¨®lo son fuertes en la C¨¢mara de Diputados, sino que controlan el Senado y la mayor¨ªa de las provincias a trav¨¦s de sus gobernadores. Los principales sindicatos son tambi¨¦n de obediencia justicialista, y Menem se ha encargado de inclinar hacia ese lado el Tribunal Supremo. El "cambio moral" prometido por el nuevo presidente no se har¨¢, pues, sin complicaciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.