Cebri¨¢n expone en EE UU las malas relaciones entre los medios espa?oles
Llu¨ªs Foix cree que desde alg¨²n peri¨®dico se intenta gobernar el pa¨ªs
Juan Luis Cebri¨¢n, consejero delegado de PRISA y miembro de la Real Academia Espa?ola, coment¨® ayer en Nueva York el negro panorama que envuelve las relaciones de los medios de comunicaci¨®n espa?oles, sumidos desde hace tiempo en una batalla en la que se combinan "los intereses period¨ªsticos y los pol¨ªticos". Llu¨ªs Foix, director adjunto de La Vanguardia, fue de la misma opini¨®n: "Los medios espa?oles se han dedicado los ¨²ltimos cinco a?os a destruirse entre ellos y a intentar gobernar el pa¨ªs".
Cebri¨¢n y Llu¨ªs Foix participaron, junto a otros periodistas de Espa?a, Portugal y Am¨¦rica, en las jornadas sobre Medios y Democracia en la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica y Latinoam¨¦rica, organizadas por el Spanish Institute de Nueva York.El consejero delegado de PRISA record¨® c¨®mo los medios de comunicaci¨®n espa?oles consiguieron en la transici¨®n consensuar un c¨®digo de conducta para sustentar desde la prensa a la naciente democracia. "Hab¨ªa reuniones entre los diarios de Madrid y Barcelona para ponernos de acuerdo en los puntos b¨¢sicos el proceso", relat¨®. "Todo el mundo coincid¨ªa en que hab¨ªa que salvar la democracia y en que la importancia de la libertad de expresi¨®n".
Pero Cebri¨¢n cree que las relaciones entre los medios de comunicaci¨®n espa?oles se han deteriorado en los ¨²ltimos a?os hasta el extremo de que ahora ser¨ªa imposible alcanzar aquel grado de entendimiento. "Las relaciones entre algunos medios se han roto y, en algunos casos, se ha perdido el sentido de la ¨¦tica. En estas condiciones, ?c¨®mo puede haber un ambiente de consenso?", se pregunt¨®. Cebri¨¢n hizo esta reflexi¨®n tras defender la necesidad de que sea la profesi¨®n period¨ªstica la que se marque sus propias normas e impedir con ello que sea regulada desde fuera. Se evitar¨ªa as¨ª uno de los problemas que padecen muchos medios de todo el mundo. "Algunos Gobiernos est¨¢n utilizando su poder de regulaci¨®n para censurar, para cerrar la boca en nombre de la democracia", coment¨®.
Adem¨¢s, Cebri¨¢n subray¨® la existencia de otros enemigos que se ciernen sobre la ¨¦tica y la prensa. Y cit¨® uno de los casos, aunque sin concretar el medio al que se refer¨ªa: "En Espa?a hemos visto c¨®mo un peri¨®dico se pon¨ªa de acuerdo con un juez para cambiar la vida pol¨ªtica".
Cambiar de actitud
Llu¨ªs Foix, director adjunto del citado diario catal¨¢n, cree que ha llegado el momento de cambiar de actitud y recuperar viejos principios de la profesi¨®n. "No creo en la objetividad, algo muy dif¨ªcil de obtener, pero creo en que se puede contar a la audiencia lo que pasa y que ellos saquen las consecuencias". Foix asegur¨® que "los medios de comunicaci¨®n espa?oles deben renunciar a su pol¨ªtica de intentar gobernar el pa¨ªs".
Otros periodistas presentes en las jornadas recordaron las dificultades de la prensa latinoamericana, "que debe en algunos casos desempe?ar el papel que otras instituciones no pueden ejercer porque son d¨¦biles y no funcionan", explic¨® Ana Arana, del Centro para la Guerra, la Paz y los Medios de Comunicaci¨®n, de la Universidad de Nueva York. Pero ese papel, que en alguna ocasi¨®n lleva a los peri¨®dicos a reemplazar a la polic¨ªa o a los jueces tiene el peligro "de cometer excesos a la hora de hacer denuncias", explic¨® Andr¨¦s Oppenheimer, periodista de The Miami Herald y ganador de los premios Pulitzer y Ortega y Gasset. "En Venezuela lo llaman denunciolog¨ªa y contra sus excesos s¨®lo hay tres soluciones: un editor de contenidos como tiene la prensa norteamericana, un defensor de los lectores y una secci¨®n donde corregir los errores de fondo".
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