"Sue?o con marcar en el Bernab¨¦u"
El goleador holand¨¦s, fichado por 3.000 millones de pesetas al Leeds, se ha convertido con cinco tantos en una de las figuras del Atl¨¦tico que se enfrenta ma?ana al Madrid
Jimmy Floyd Hasselbaink (Surinam, 27 de marzo de 1972) arrastrar¨¢ al Atl¨¦tico como un remolcador, el s¨¢bado en el Bernab¨¦u. Sus ¨®rdenes, sus tacos, retumban constantes en los partidos y los entrenamientos del Atl¨¦tico. Tiene la mirada irritada, la corpulencia y el andar contenido de un boxeador de peso medio. Dos a?os en el f¨²tbol ingl¨¦s, en el Leeds, a las ¨®rdenes de George Graham, lo desenterraron a la luz del gran escaparate de la Premier League. Su instinto depredador hizo el resto. Marc¨® 44 goles en dos a?os. Y el Atl¨¦tico lo fich¨® por 3.000 millones. Ahora es uno de esos "l¨ªderes" ocultos de los que habla el t¨¦cnico, Claudio Ranieri. Lleva cinco goles en la Liga, de una gran rentabilidad. Sus tres primeros tantos valieron para atrapar los primeros siete puntos de la campa?a. Sin ocultar su voracidad, anuncia que tiene que batir al Real Madrid para acariciar su anhelo: "Mi sue?o es ganar la Liga... y una parte importante del sue?o es ganar en el Bernab¨¦u, sacar un buen resultado, y marcar. Si meto un gol pago la cena"."Madrid me encanta". Hasseelbaink sale del entrenamiento en Majadahonda casi de noche y mira al cielo encapotado antes de dirigirse hacia su casa en Pozuelo. Llueve a c¨¢ntaros. "Aunque hoy se parece a Leeds". Hace tres meses que cambi¨® el Leeds United por el Atl¨¦tico, en la misma ¨¦poca en que Nicolas Anelka abandonaba el Arsenal por el Madrid. Su marcha fue tormentosa. Era el ¨²nico futbolista con halo de estrella en un equipo que exaltaba la responsabilidad colectiva. Era el goleador, un objeto de culto en Ellan Road. El sucesor de mitos como Eric Cantona o Tony Yeboah en el santuario de los hinchas. Para evitar su fuga, el Leeds le ofreci¨® cinco millones de pesetas a la semana, pero lo rechaz¨®. Muchos columnistas de la prensa brit¨¢nica, como Michael Hart, del Evening Standard, celebraron su marcha como una purga: "...[jugadores brit¨¢nicos como] Bould, Tony Adams, Lee Dixon y Nigel Winterburn establecen niveles de lealtad ajenos a los valores de Anelka u otros mercenarios extranjeros como Van Hooijdonk o Jimmy Floyd Hasselbaink, que no terminaron sus contratos".
El f¨²tbol ingl¨¦s elev¨® a Hasselbaink a la categor¨ªa de futbolista estelar, pero sus comienzos apuntaban a un destino menos feliz. Comenz¨® a jugar en Holanda, en el centro del campo del Telstar. Fornido, din¨¢mico y llegador, sus aptitudes no parecieron convencer a los t¨¦cnicos, que no contaron con ¨¦l. Pas¨® un a?o inactivo, y emigr¨® al f¨²tbol portugu¨¦s. All¨ª abandon¨® el centro del campo. Jug¨® en el Campomaiorese, y le fich¨® el Boavista, donde explot¨® como un delantero centro avispado. En 1997, el entonces t¨¦cnico del Leeds, George Graham, pidi¨® su contrataci¨®n por 480 millones. Debut¨® contra el Arsenal, y marc¨® el gol del empate. El primer gol de una serie que lo consolid¨® en la delantera del Leeds. "Su adaptaci¨®n al f¨²tbol ingl¨¦s ha sido incre¨ªble", exclam¨® Graham tras un partido.
Graham es para Hasselbaink lo m¨¢s cercano que conoce a un padre futbol¨ªstico, seg¨²n confes¨® en una entrevista concedida al Times en 1998: "A veces he sido un poco pasota y ¨¦l saca el 100% de m¨ª. Soy un jugador que a veces necesita que le griten y que lo desaf¨ªen". Graham le anim¨® a recuperar el bal¨®n, a colaborar en defensa. Activ¨® su agresividad. Y los efectos no se hicieron esperar: Hasselbaink propin¨® un cabezazo a un jugador llamado Keith Curle, durante un partido de Copa. En otro, combati¨® a pu?o limpio contra uno de sus ¨ªdolos reconocidos, Alan Shearer.
Clarence Seedorf, compa?ero de Haseelbaink en la selecci¨®n holandesa, asegura que su rival de ma?ana es un hombre "pasional en el campo". Seedorf le conoce bien. Su prima fue la novia de Haseelbaink durante un tiempo. ?l reconoce hablador, y lo destaca como una virtud futbol¨ªstica: "Hablar es una buena cosa porque se discuten las ideas; cada partido es diferente y cada situaci¨®n es diferente, as¨ª es que hay que hablar para afrontarlas. En el campo hay que hablar de todo, de todo... de lo que marcha bien y lo que marcha mal".
Durante el verano pasado, el Atl¨¦tico se entreg¨® a buscar el goleador que hab¨ªa perdido con la marcha de Christian Vieri. La secretar¨ªa t¨¦cnica recopil¨® nombres y cintas de v¨ªdeo, hasta destilar los datos en cuatro puntas: Jardel (Oporto), Kovacevic (Real Sociedad), Palermo (Boca) y Hasselbaink (Leeds). El ¨²ltimo era la debilidad del secretario t¨¦cnico, Miguel ?ngel Ruiz. Cogi¨® un v¨ªdeo suyo y se lo ofreci¨® a Ranieri, que al verlo, pareci¨® conforme, y dio el visto bueno. Ruiz describe que Hasselbaink encajaba en el perfil de delantero que precisaba el Atl¨¦tico: "Necesit¨¢bamos un goleador, un depredador del ¨¢rea, no un rematador est¨¢tico sino uno que bajara a colaborar en la gesti¨®n del juego ofensivo, con carisma, personalidad... ¨¦l se llevo la mejor puntuaci¨®n".
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