El portavoz de la OTAN reclama medios m¨¢s r¨¢pidos y potentes para informar
Jamie Shea opina que en la guerra de Kosovo los periodistas actuaron de forma "gregaria"
Los Gobiernos democr¨¢ticos deben informar mejor y m¨¢s r¨¢pido a la prensa durante las guerras. Sobre este principio, el portavoz de la OTAN, Jamie Shea, hizo una severa autocr¨ªtica p¨²blica, acompa?ada de una cr¨ªtica a los periodistas, en una reflexi¨®n p¨²blica sobre las relaciones de la pol¨ªtica y la informaci¨®n, basada en su experiencia en Kosovo. Shea asegur¨® que en momentos clave ¨¦l mismo careci¨® de informaci¨®n b¨¢sica. Y consider¨® que los periodistas se comportaron a veces de forma "gregaria", sin valent¨ªa ante Belgrado ni distancia frente a la Alianza Atl¨¢ntica.
"Ser portavoz en tiempos de guerra es una maldici¨®n", porque todo el mundo cree "que lo sabes todo" y en realidad "tienes que hacer de periodista dentro de tu organizaci¨®n" buscando la informaci¨®n que te dan en cuentagotas, explic¨® Shea en Bruselas a unos quinientos miembros de las Grandes Conferencias Cat¨®licas. Puso un ejemplo paradigm¨¢tico. Cuando el primer gran error de la OTAN durante la guerra de Kosovo, el bombardeo accidental de unos tractores en Djakovica, los jefes militares ofrecieron "versiones contradictorias" y su servicio tard¨® cinco d¨ªas en recopilar una informaci¨®n solvente. M¨¢s o menos simult¨¢neamente, se produc¨ªan asuntos que "la historia considerar¨¢ mucho m¨¢s determinantes", como el reinicio de los contactos con Rusia, la duplicaci¨®n de los bombardeos, la confirmaci¨®n de la unidad de la Alianza en la cumbre de Washington y, sobre todo, unos contactos secretos en Alemania del secretario de Defensa norteamericano William Cohen, para discutir la eventual operaci¨®n terrestre. "No critico a los medios de comunicaci¨®n" por haber dado m¨¢s prioridad al suceso de Djakovica, "porque yo mismo ignoraba la celebraci¨®n de esa reuni¨®n", revel¨® el portavoz.Shea defendi¨® que la Alianza respet¨® la verdad durante el conflicto, aunque no supo explicarla de forma completa. "Hay que contar la verdad cuando las cosas van mal, porque es la condici¨®n de tu credibilidad cuando las cosas van bien", reconoci¨®. El problema con que se encontr¨® consist¨ªa en que "Milosevic jugaba con ventaja" porque controlaba el acceso al teatro de operaciones, y si se produc¨ªa un bombardeo equivocado, "enviaba desde Belgrado a un grupo de periodistas occidentales para que lo filmaran".
Por el contrario, los atropellos contra los albanokosovares, como los incendios de sus casas y ciudades, no eran filmables. Y sobre todo, "no se pod¨ªa filmar el futuro" de los refugiados volviendo a casa, para que la opini¨®n pudiera comparar el ¨¦xodo con la futura normalidad, por lo que los Gobiernos democr¨¢ticos estaban exigiendo de hecho un acto de fe a sus opiniones p¨²blicas. As¨ª, el p¨²blico "s¨®lo pod¨ªa comparar las fotograf¨ªas de la realidad" controladas y censuradas por Milosevic, con "nuestras buenas palabras de confianza", lament¨® Shea. Algo dram¨¢tico porque "a las democracias las buenas noticias en una guerra les llegan s¨®lo en los ¨²ltimos cinco minutos, pero para alcanzarlas tienes que arrostrar antes 68 d¨ªas de malas noticias".
La soluci¨®n al dilema es que las democracias "otorguen m¨¢s recursos a la pol¨ªtica de informaci¨®n" porque en esta ¨¦poca "sin im¨¢genes no hay pruebas, ni noticia". Shea explic¨® que su m¨¢ximo deseo hab¨ªa sido poder "filmar en tiempo real" los abusos cometidos por las fuerzas serbias, pero claro, eso era imposible. La Alianza se plante¨® incluso dotar a los guerrilleros del ELK de c¨¢maras para que lo hicieran ellos, pero al final se demostr¨® inviable. "En un futuro ha de poderse filmar los incendios de las viviendas", para lo que se necesita que la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n -tomar im¨¢genes reveladoras desde 15.000 pies- progrese tanto al menos como ha avanzado la militar, con armas precisas y sofisticadas. "As¨ª se podr¨ªa ganar la batalla informativa", concluy¨®.
Adem¨¢s de a los Gobiernos, el portavoz de la OTAN lanz¨® un ramillete de cr¨ªticas a los medios y a los periodistas. Consider¨® que a veces incumplieron su "obligaci¨®n de decir lo que saben y tambi¨¦n lo que ignoran, explicando a sus lectores los l¨ªmites que encuentran a su informaci¨®n". Eso ocurri¨® sobre todo, a su modo de ver, en el caso de los enviados especiales a Belgrado, que en general "mantuvieron una actitud muy floja" de denuncia de las imposiciones y censuras impuestas por Milosevic.
Tampoco los corresponsales en Bruselas se libraron de sus cr¨ªticas, porque muchas veces "depend¨ªan de una sola fuente", la oficial aliada; demostraban una "mentalidad gregaria"; se basaban en lo que les contaban algunos colegas; acompasaban sus cr¨®nicas al enfoque de la CNN; y se documentaban poco sobre las ra¨ªces del conflicto. Shea calific¨® de "tonter¨ªa" la idea de Churchill de que "durante las guerras hay que envolver la verdad con mentiras".
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