La rosa del azafr¨¢n
De los amores de Zeus, el padre de los dioses y de los hombres, y de Hera, soberana del cielo y de la tierra, naci¨®, entre otros, Croco, que vivi¨® con la ninfa Esm¨ªlax unos amores desgraciados. Quiz¨¢s estas preocupaciones le nublaron la vista y, paseando por el campo donde se entrenaba Hermes, el heraldo de los dioses y gu¨ªa de los muertos, protector del comercio y de los caminantes, Croco, un malasombra, se cruz¨® con el objeto que, con gran fuerza, hab¨ªa lanzado Hermes. Muri¨® el joven, invocando a los dioses, que, compungidos, lo cubrieron de roc¨ªo y lo convirtieron en azafr¨¢n. La planta nac¨ªa con mayor vigor en el monte Ida, el sitio de los ardores de Zeus y Hera, que animaban la tierra con el calor que desprend¨ªan sus cuerpos. Quiz¨¢s por ello la planta huye de las t¨®rridas temperaturas: produce hojas con las lluvias primaverales, se oculta bajo tierra para pasar el verano y rebrota en oto?o. Su admirada flor nace al salir el sol, cuando, como canta Homero, "la Aurora, con su velo de azafr¨¢n, se expande por toda la tierra" y muere al atardecer. Su flor adorn¨® los templos egipcios; los fenicios la utilizaban, en las bodas, como s¨ªmbolo de fecundidad; los griegos y los romanos lo empleaban como perfume y estimulante. Desde la Edad Media fue ingrediente de sensuales ung¨¹entos e incitantes elixires, pues, para Llull, "safr¨¤ ha virtut a confortar e alegrar lo cor e fa bona sang".En el Pa¨ªs Valenciano fue introducido en el siglo X, por los musulmanes (con el arroz, una hist¨®rica pareja) y su comercio ayud¨® a consolidar nuestro siglo XV de oro. Valencia fue el centro exportador de la especia m¨¢s apreciada y cara (200.000 flores dan un kilo, que vale unas 100.000 pesetas), ahora el 90% del azafr¨¢n mundial se comercializa desde Novelda, el hijo de Zeus y de Hera.
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